Leo Bassi se ató ayer la mitra a la cabeza para presentar la primera capilla dedicada al patolicismo.
Fue en Lavapiés, a pocos metros del Nuevo Café Barbieri. Allí el cómico
proclamó la religión de la que se ha erigido sumo pontífice y que
promulga el pensamiento crítico y el humor como mandamiento. Sus fieles
se declaran "hijos de la Ilustración y defensores de la duda como escudo
contra los oscurantismos, totalitarismos o las supersticiones". Quienes
no lo acepten y les insulten no recibirán castigo divino, ya que el
dogma es que no hay dogma. Eso sí, serán considerados unos anti-páticos.
La elección de un patito de goma como Dios es para Bassi "una manera
de evitar caer en la idolatría o la intolerancia, pecados de todas las
religiones". En una crítica a la retirada de Educación para la
Ciudadanía de las aulas y a los coqueteos del PP con el clero, en el
patolicismo ofrecen educar a los niños en los ideales ilustrados,
empezando por el ateísmo. Su particular capilla, decorada con retratos
de brillantes pensadores de los últimos tiempos, se ofrece como templo
para casar a todos aquellos que demuestren lo más importante: que hay
amor de por medio. También se ofrecen a realizar el rito del bautismo
patológico, aunque solo a mayores de 18 años. "Consideramos el bautismo
de niños como anti-pático", reza su página web.
28 diciembre 2012
10 diciembre 2012
Escuela de santidad
FELIPE BENÍTEZ REYES
EL PAÍS Andalucía, 25-11-2005
Todo
el mundo tiene derecho a reclamar sus derechos, sobre todo cuando se
trata de derechos torcidos. Torcidos por el curso de la realidad, por
ejemplo. O de la historia. O de los azares pequeños de la vida. Pero hay
derechos adquiridos que no sólo pueden perderse, sino que deben
perderse para que gire la rueda de los derechos, que no siempre puede
detenerse en el mismo sitio.
La
iglesia católica exige su derecho a seguir en los programas educativos,
en calidad de secta infiltrada, con todas sus prerrogativas. Es uno de
sus derechos históricos, al margen de los cambios históricos. O eso
creen. Y eso defienden. Si los curas fuesen apartados de los planes de
enseñanza -cosa que no va a ocurrir-, España acabaría convirtiéndose en
una sucursal babilónica de ahí te espero, entre otras cosas porque ya no
podrían infectar la conciencia de los menores con recursos de novela
gótica: dioses ensangrentados, santos mártires, vírgenes milagrosas que
lloran sangre por la legalización del aborto o del matrimonio mariquita,
niños que prefieren morir antes que pecar, rosarios aurorales
protagonizados por ancianas insomnes y enlutadas que parecen haberse
fugado del sepulcro, y así.
Llegaba
uno al colegio y allí estaban, empeñados en meternos el miedo en el
cuerpo para que le cogiésemos asco a nuestro cuerpo, obligándonos a
confesar, a delatar nuestro pequeño mundo de prodigios y descubrimientos
sensoriales, mientras nos magreaban la nuca al son del relato de
nuestras abominaciones, empeñados en instruirnos sobre las penalidades
infinitas de los pecadores, bajo un crucifijo flanqueado por una foto
meliflua del Caudillo y otra de José Antonio Primo de Rivera, el siempre
presente, el repeinado. ¿Y ahora qué más quieren ustedes, por favor?
08 noviembre 2012
Matrimonio gay y restauración conservadora
Por Josep Ramoneda
El País, 8 de noviembre de 2012
Después de siete años y veintidós mil matrimonios, el Tribunal Constitucional ha validado el matrimonio homosexual al rechazar el recurso del PP contra la ley que lo legalizaba. A menudo, los tribunales llegan tarde. La sociedad había ya decidido, asumiendo con toda normalidad una ley que no ha traído ninguno de los terribles males que el PP y su coro de acompañamiento episcopal auguraban.
Afortunadamente, el tribunal en esta ocasión no ha querido enmendar lo que la ciudadanía ya había asumido con toda naturalidad. No podía ser de otra manera. El Constitucional es garante de los derechos y libertades de los ciudadanos. Difícilmente podía objetar una ley que reconoce a un sector importante de nuestros conciudadanos un derecho que se les negaba y amplía, por tanto, las opciones de vida, sin perjudicar a nadie, salvo a las atormentadas mentes homófobas. Es un triunfo de Zapatero, que tuvo el coraje de impulsar una serie de reformas en los derechos civiles que sitúan a España junto a los países más avanzados en el campo de las libertades personales, después del enorme retraso acumulado por tantos años de imposición del nacional-catolicismo. El fracaso de la presidencia de Zapatero, por su errática gestión de la crisis económica y social, que ha hundido el proyecto socialista, no debe impedir el reconocimiento a una serie de reformas que han ampliado las opciones y los derechos de los ciudadanos. Reformas que a su vez no justifican una de sus extrañas maniobras compensatorias. Zapatero fue el presidente de la democracia que más dinero dio la Iglesia Católica. Una vela al diablo, una dádiva a Dios.
Pero la decisión del Constitucional es también un fracaso del PP, que ve rechazado su recurso. Y un golpe al proyecto de restauración conservadora que Mariano Rajoy ha encargado a Alberto Ruiz-Gallardón y a José Ignacio Wert. Dicen en el entorno del PP que la decisión del Alto Tribunal ha sido un alivio, porque libra al gobierno de las consecuencias que habría tenido una rectificación de la ley. Son niveles de cinismo difíciles de superar. La ley era inadmisible para ellos hace siete años, por razones, al decir de los sobreactuados discursos de la época, de profundo calado moral y social. Y ahora es una suerte no tener que tocarla porque nos ahorramos un gran lío. ¿Cómo se justifica entonces la que montaron en su momento? ¿Es aceptable jugar con la suerte de un colectivo de millones de personas por espurios intereses políticos? El gobierno ni siquiera ha pedido disculpas a las 22.000 parejas que han vivido estos años con la zozobra de que el Constitucional pudiera anular la ley y dejarlas en la ilegalidad.
Se trata de uno de tantos episodios de los años negros del PP en la oposición en que, con tal de desgastar al gobierno socialista, buscó sistemáticamente ganar en los tribunales lo que perdía en el parlamento, utilizó la lucha antiterrorista como materia de confrontación política y se lanzó a campañas desaforadas recorriendo las calles del brazo de los obispos o recogiendo firmas y promoviendo boicots contra el Estatuto catalán de 2006.
La decisión del Constitucional llega precisamente cuando Francia está en pleno debate sobre el matrimonio homosexual. También allí la derecha se alía con la Iglesia Católica para dar la batalla contra el gobierno socialista. Que lo hiciera una derecha como la española, que bebió del nacional-catolicismo en un pasado no tan lejano y que todavía tiene una parte de la parroquia atenta a los prelados, podría ser explicable, que lo haga la derecha republicana francesa (o una parte de ella) es inquietante, porque puede dar pistas sobre el calado de la revolución conservadora. Afortunadamente, Barack Obama ha ganado las elecciones en Estados Unidos y ha frenado la ofensiva cultural que habría seguido a una victoria de Mitt Romney. Pero Obama ha ganado en un país profundamente dividido, “como nunca lo había estado desde la II Guerra Mundial”, en palabras del periodista John Lee Anderson. Lo que habla de una fractura cultural profunda.
La derecha parece decidida a aprovechar la crisis para reinstalar los valores conservadores: sálvese quien pueda, religiosidad como lenitivo, laboriosidad como destino, rechazo a las minorías, familia convencional, desprecio a los perdedores, estado débil al servicio del dinero. Y, sin embargo, son incapaces de capitalizar el deseo conservador de los homosexuales de vivir en matrimonio y formar una familia como los demás. Son unas derechas muy patriarcales, que detestan las minorías por encima de todo porque las ven como una amenaza a su cerrada estructura de poder.
El País, 8 de noviembre de 2012
Después de siete años y veintidós mil matrimonios, el Tribunal Constitucional ha validado el matrimonio homosexual al rechazar el recurso del PP contra la ley que lo legalizaba. A menudo, los tribunales llegan tarde. La sociedad había ya decidido, asumiendo con toda normalidad una ley que no ha traído ninguno de los terribles males que el PP y su coro de acompañamiento episcopal auguraban.
Afortunadamente, el tribunal en esta ocasión no ha querido enmendar lo que la ciudadanía ya había asumido con toda naturalidad. No podía ser de otra manera. El Constitucional es garante de los derechos y libertades de los ciudadanos. Difícilmente podía objetar una ley que reconoce a un sector importante de nuestros conciudadanos un derecho que se les negaba y amplía, por tanto, las opciones de vida, sin perjudicar a nadie, salvo a las atormentadas mentes homófobas. Es un triunfo de Zapatero, que tuvo el coraje de impulsar una serie de reformas en los derechos civiles que sitúan a España junto a los países más avanzados en el campo de las libertades personales, después del enorme retraso acumulado por tantos años de imposición del nacional-catolicismo. El fracaso de la presidencia de Zapatero, por su errática gestión de la crisis económica y social, que ha hundido el proyecto socialista, no debe impedir el reconocimiento a una serie de reformas que han ampliado las opciones y los derechos de los ciudadanos. Reformas que a su vez no justifican una de sus extrañas maniobras compensatorias. Zapatero fue el presidente de la democracia que más dinero dio la Iglesia Católica. Una vela al diablo, una dádiva a Dios.
Pero la decisión del Constitucional es también un fracaso del PP, que ve rechazado su recurso. Y un golpe al proyecto de restauración conservadora que Mariano Rajoy ha encargado a Alberto Ruiz-Gallardón y a José Ignacio Wert. Dicen en el entorno del PP que la decisión del Alto Tribunal ha sido un alivio, porque libra al gobierno de las consecuencias que habría tenido una rectificación de la ley. Son niveles de cinismo difíciles de superar. La ley era inadmisible para ellos hace siete años, por razones, al decir de los sobreactuados discursos de la época, de profundo calado moral y social. Y ahora es una suerte no tener que tocarla porque nos ahorramos un gran lío. ¿Cómo se justifica entonces la que montaron en su momento? ¿Es aceptable jugar con la suerte de un colectivo de millones de personas por espurios intereses políticos? El gobierno ni siquiera ha pedido disculpas a las 22.000 parejas que han vivido estos años con la zozobra de que el Constitucional pudiera anular la ley y dejarlas en la ilegalidad.
Se trata de uno de tantos episodios de los años negros del PP en la oposición en que, con tal de desgastar al gobierno socialista, buscó sistemáticamente ganar en los tribunales lo que perdía en el parlamento, utilizó la lucha antiterrorista como materia de confrontación política y se lanzó a campañas desaforadas recorriendo las calles del brazo de los obispos o recogiendo firmas y promoviendo boicots contra el Estatuto catalán de 2006.
La decisión del Constitucional llega precisamente cuando Francia está en pleno debate sobre el matrimonio homosexual. También allí la derecha se alía con la Iglesia Católica para dar la batalla contra el gobierno socialista. Que lo hiciera una derecha como la española, que bebió del nacional-catolicismo en un pasado no tan lejano y que todavía tiene una parte de la parroquia atenta a los prelados, podría ser explicable, que lo haga la derecha republicana francesa (o una parte de ella) es inquietante, porque puede dar pistas sobre el calado de la revolución conservadora. Afortunadamente, Barack Obama ha ganado las elecciones en Estados Unidos y ha frenado la ofensiva cultural que habría seguido a una victoria de Mitt Romney. Pero Obama ha ganado en un país profundamente dividido, “como nunca lo había estado desde la II Guerra Mundial”, en palabras del periodista John Lee Anderson. Lo que habla de una fractura cultural profunda.
La derecha parece decidida a aprovechar la crisis para reinstalar los valores conservadores: sálvese quien pueda, religiosidad como lenitivo, laboriosidad como destino, rechazo a las minorías, familia convencional, desprecio a los perdedores, estado débil al servicio del dinero. Y, sin embargo, son incapaces de capitalizar el deseo conservador de los homosexuales de vivir en matrimonio y formar una familia como los demás. Son unas derechas muy patriarcales, que detestan las minorías por encima de todo porque las ven como una amenaza a su cerrada estructura de poder.
29 octubre 2012
20 octubre 2012
Wertlandia
Por Román Orozco
El País Andalucía, 17 de octubre de 2012
José Ignacio Wert se ha convertido en la estrella de la división acorazada mediática del país. Cuando fue nombrado ministro, parecía que iba a representar el ala más liberal del Gobierno. Pero no ha sido así. Al contrario. Desde el primer día, ha añadido el calificativo ultra a su liberalismo de tertulia radiofónica.
Dos de sus primeras hazañas le granjearon la simpatía de los sectores más reaccionarios de la derecha: la anulación de la asignatura Educación para la Ciudadanía y las subvenciones a los colegios concertados (ultra) religiosos que segregan a sus alumnos por sexo. Su última proeza ha sido afirmar que los niños catalanes necesitan ser españolizados.
Estas decisiones de Wert no son fruto de la casualidad o de su inexperiencia política. Él mismo ha reconocido que no improvisó su andanada anticatalanista. Y días después afirmó: “No rectifico ni una coma”.
Bajo el paraguas de la crisis, el Gobierno del PP está introduciendo profundos cambios que afectan a todos los ámbitos de la vida española: la reforma laboral, que entrega todo el poder al empresario; la recentralización del modelo autonómico; las reformas que desvirtúan el derecho al aborto y endurecen el Código Penal... Pero lo más peligroso son las reformas ideológicas en la educación.
Como afirma Wert, nada es improvisado. Forma parte del programa oculto que se fragua en la FAES de Aznar. Golpe a golpe, esta derecha ultramontana está arrasando con las bases de una sociedad moderna que lideraba en Europa la defensa de los derechos laborales y sociales.
El control casi absoluto que ejerce en el Estado el PP, tras las elecciones autonómicas, municipales y generales, al que suman el apoyo incondicional de buena parte de los medios de comunicación, públicos (tras el asalto a TVE) y privados, hacen casi imposible que se pueda plantar cara a esta oleada ultraconservadora.
Por ello, es importante observar lo que sucede en reductos como el andaluz, donde gobierna una coalición de izquierdas. El Gobierno de José Griñán, al que no le queda más remedio que cumplir con determinados mandatos de Madrid (ajuste del déficit), intenta dañar lo menos posible en sus ajustes los dos pilares del Estado de bienestar, la sanidad y la educación.
En ese sentido, el Gobierno andaluz contrarresta la ofensiva conservadora con medidas aparentemente menores, pero que tienen un gran simbolismo en estos tiempos. En primer lugar, y en el uso de sus competencias, recuperando las partes que Wert censuró del contenido de la antigua Educación para la Ciudadanía. Así, los niños andaluces podrán seguir estudiando la división social y sexual del trabajo y los prejuicios sociales, racistas, xenófobos, antisemitas, sexistas y homófobos que imperan en la sociedad.
Y frente al revisionismo centralista y reaccionario de la historia, según la cual Franco no fue un dictador, la Junta prepara una Ley para la Recuperación de la Memoria Democrática en Andalucía, que permitirá el estudio en los institutos de la II República, la sublevación militar fascista del 36, o la larga dictadura franquista.
Al tiempo, se aprobarán unas ordenanzas según las cuales los Ayuntamientos que incumplan la vigente Ley de la Memoria Histórica de 2007, y no retiren los símbolos franquistas de sus municipios, dejaran de percibir ayudas y subvenciones de la Junta.
Porque la eliminación de los nombres de calles y plazas de personalidades como García Lorca (caso de Berja, Almería) son algo más que una anécdota. Son el reflejo que llega a los alcaldes de remotos pueblos de que en la España del PP, en esta Wertlandia de pacotilla, se vuelve al pasado.
@JRomanOrozco
El País Andalucía, 17 de octubre de 2012
José Ignacio Wert se ha convertido en la estrella de la división acorazada mediática del país. Cuando fue nombrado ministro, parecía que iba a representar el ala más liberal del Gobierno. Pero no ha sido así. Al contrario. Desde el primer día, ha añadido el calificativo ultra a su liberalismo de tertulia radiofónica.
Dos de sus primeras hazañas le granjearon la simpatía de los sectores más reaccionarios de la derecha: la anulación de la asignatura Educación para la Ciudadanía y las subvenciones a los colegios concertados (ultra) religiosos que segregan a sus alumnos por sexo. Su última proeza ha sido afirmar que los niños catalanes necesitan ser españolizados.
Estas decisiones de Wert no son fruto de la casualidad o de su inexperiencia política. Él mismo ha reconocido que no improvisó su andanada anticatalanista. Y días después afirmó: “No rectifico ni una coma”.
Bajo el paraguas de la crisis, el Gobierno del PP está introduciendo profundos cambios que afectan a todos los ámbitos de la vida española: la reforma laboral, que entrega todo el poder al empresario; la recentralización del modelo autonómico; las reformas que desvirtúan el derecho al aborto y endurecen el Código Penal... Pero lo más peligroso son las reformas ideológicas en la educación.
Como afirma Wert, nada es improvisado. Forma parte del programa oculto que se fragua en la FAES de Aznar. Golpe a golpe, esta derecha ultramontana está arrasando con las bases de una sociedad moderna que lideraba en Europa la defensa de los derechos laborales y sociales.
El control casi absoluto que ejerce en el Estado el PP, tras las elecciones autonómicas, municipales y generales, al que suman el apoyo incondicional de buena parte de los medios de comunicación, públicos (tras el asalto a TVE) y privados, hacen casi imposible que se pueda plantar cara a esta oleada ultraconservadora.
Por ello, es importante observar lo que sucede en reductos como el andaluz, donde gobierna una coalición de izquierdas. El Gobierno de José Griñán, al que no le queda más remedio que cumplir con determinados mandatos de Madrid (ajuste del déficit), intenta dañar lo menos posible en sus ajustes los dos pilares del Estado de bienestar, la sanidad y la educación.
En ese sentido, el Gobierno andaluz contrarresta la ofensiva conservadora con medidas aparentemente menores, pero que tienen un gran simbolismo en estos tiempos. En primer lugar, y en el uso de sus competencias, recuperando las partes que Wert censuró del contenido de la antigua Educación para la Ciudadanía. Así, los niños andaluces podrán seguir estudiando la división social y sexual del trabajo y los prejuicios sociales, racistas, xenófobos, antisemitas, sexistas y homófobos que imperan en la sociedad.
Y frente al revisionismo centralista y reaccionario de la historia, según la cual Franco no fue un dictador, la Junta prepara una Ley para la Recuperación de la Memoria Democrática en Andalucía, que permitirá el estudio en los institutos de la II República, la sublevación militar fascista del 36, o la larga dictadura franquista.
Al tiempo, se aprobarán unas ordenanzas según las cuales los Ayuntamientos que incumplan la vigente Ley de la Memoria Histórica de 2007, y no retiren los símbolos franquistas de sus municipios, dejaran de percibir ayudas y subvenciones de la Junta.
Porque la eliminación de los nombres de calles y plazas de personalidades como García Lorca (caso de Berja, Almería) son algo más que una anécdota. Son el reflejo que llega a los alcaldes de remotos pueblos de que en la España del PP, en esta Wertlandia de pacotilla, se vuelve al pasado.
@JRomanOrozco
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16 octubre 2012
20 septiembre 2012
“España, tenemos que hablar”
Así se empiezan muchas de las conversaciones de
pareja en las que una de las partes plantea o bien el final o bien un cuasi
ultimátum. Las razones pueden ser variadas: desenamoramiento, desacuerdos
varios, cambios en el entorno o las condiciones… Exactamente como me siento yo.
España, esa pareja que no siempre ha caído bien entre mis amigos, entre mi
familia. Cada vez que yo te defendía con un “en realidad, no la conocéis bien,
tiene muchas cosas buenas”, tú volvías a hacer algún desdén hacia ellos. Pocas
veces hiciste algún gesto afable por entender la otra lengua que hablamos en
casa, nuestro carácter, nuestra “sequedad” de trato. Cuando parecía que por fin
os acercabais, os entendíais y apreciabais más, cuando parecía que podíais
llevaros bien mi entorno y tú, España, yo era feliz. Porque no tenía la
necesidad de estar decidiendo constantemente a quién prefería: si a mi pareja o
a mi familia; a mamá o a papá. Porque no tenía que plantearme qué escoger,
simplemente tenía las dos cosas, con lo bueno y lo malo de ambas, que tanto nos
enriquece a los catalanes, pero también al resto de españoles. Pero llegó el
momento de las dificultades. Y ante la llamada de los míos a cerrar filas, a
hacer piña y mirar adelante, justo cuando más necesitaba que mostrases tu mejor
“yo”, esa España abierta, tolerante, inclusiva, que respeta e incluso se
enorgullece de su diversidad, la volviste a fastidiar. Me dejas sin argumentos,
querida. Cada vez me cuesta más defenderte. Por eso te digo: “Tenemos que hablar”.
Sonia Andolz-Rodríguez, Barcelona. El País, 20 de
septiembre de 2012
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31 julio 2012
VIVIR CON SENTIDO COMUN
FRANÇES MIRALLES
El País Semanal, 29 de julio 2012
Retornar
a la sabiduría ancestral que ha pasado de una generación a otra es una
brújula fiable para encontrar nuestro rumbo en tiempos revueltos. Lo
que sucede en la actualidad es consecuencia de una cultura de lo
inmediato, que no ha contemplado los riesgos a medio y largo plazo.
Gran
parte de los problemas que estamos sufriendo actualmente tienen su
origen en el abandono del sentido común. Una vez superada la economía de
subsistencia y conquistadas las comodidades básicas, en nuestro primer
mundo muchos pensaron que el crecimiento era ilimitado y que la mejor
manera de impulsar la economía, incluyendo la propia, era vivir a
crédito. Ese mismo que ahora nos niegan y que ha puesto a España bajo la
picota de especuladores. Los resultados de tanto desbarajuste -de
consecuencias aún inciertas- saltan a la vista.
Ahora
que el país trata de corregir el rumbo, merece la pena que recuperemos
la sabiduría que nos había guiado antes de que los nuevos ricos
creyeran que habían descubierto la sopa de ajo.
EN LA ECONOMÍA
"Algún dinero evita las preocupaciones. Mucho, en cambio, las atrae" (proverbio chino)
Uno
de los ámbitos en los que incide de forma recurrente la sabiduría
popular es el uso que hacemos del dinero. Al escritor Josep Pla, un
maestro del sentido común, le preguntaron una vez cuál era el secreto
de una buena economía. Su respuesta fue apabullante: "Si tienes dos y gastas dos, vas bien. Si tienes dos y gastas tres, entonces no vas bien".
En
el mismo sentido se pronunciaba Clint Eastwood, un clásico moderno del
cine, al ser interrogado sobre la crisis. Respondió que en su juventud
la gente gastaba solo cuando tenía dinero, y que hoy las tarjetas de
crédito lo han complicado todo, ya que nadie sabe lo que tiene en
realidad ni lo que deja a deber. Ni siquiera los bancos parecen saberlo.
¿Cuál es entonces el sentido común en las finanzas? Emplear el dinero
de forma lógica, comedida e incluso aburrida, sin correr riesgos.
EN LA VIDA COTIDIANA
"Durante la estación seca hay que hacerse amigo del dueño de la piragua" (proverbio africano)
"Las
ideas simples tienden a ser obvias porque tienen un toque de realidad.
Pero, en general, la gente no se fía de sus instintos. Normalmente se
cree que suele haber una respuesta oculta más compleja. Es un error. Lo
que es obvio para usted es, generalmente, obvio para los demás", afirman los investigadores sociales Jack Trout y Steve Rivkin. En su libro El poder de lo simple establecen cuatro pautas para mantener el sentido común en nuestra vida cotidiana:
NO JUZGAR A TRAVÉS DEL EGO.
Si contemplamos los acontecimientos a través de nuestros prejuicios,
opiniones e ideas preconcebidas, nos equivocaremos. Cuanto más objetiva
sea nuestra visión, más realistas seremos.
HUIR DE LAS ILUSIONES.
Es inevitable desear que las cosas sucedan según nuestra conveniencia,
pero la experiencia demuestra que muchos acontecimientos no están
bajo nuestro control. La persona con sentido común "sintoniza con el
rumbo que siguen las cosas", es decir, fluye con ellas.
SABER ESCUCHAR.
La mayoría de acciones absurdas son las que se ejecutan de manera
caprichosa y unilateral, sin contrastarlas. Para ello, puesto que el
sentido común es la visión compartida por muchos, escuchar a los demás
nos dará la justa medida de las cosas.
SER PRUDENTE.
Hay personas, acciones y situaciones que resultan engañosas a primera
vista. Por eso el sentido común aconseja no precipitarnos. Un poco de
tiempo puede ayudarnos a entender.
EN EL AMOR
"El amor es como la cerámica. Cuando se rompe, aunque se reconstruya, se reconocen las cicatrices" (proverbio griego)
Probablemente
las relaciones sentimentales son el ámbito en el que menos aplicamos
el sentido común. Elegimos un compañero o compañera de vida según los
misteriosos dictados del corazón, que hacen que veamos a alguien único y
distinto a otros miles de parejas posibles. Pero sin renunciar a esa
magia, el sentido común nos da unas pautas para una vida en pareja
armoniosa.
En su ensayo El amor inteligente, el psiquiatra y escritor Enrique Rojas identifica tres ingredientes para una larga andadura: "Una
buena relación sexual, que se irá consiguiendo con el tiempo; Ja
compenetración psicológica, que implica aunar corazón y cabeza,
sentimientos y razones, y la compenetración espiritual, es decir,
aspirar a elevarse y superar los vaivenes propios de la vida". Traducido en medidas prácticas:
Cuidar los detalles. Más que grandes declaraciones de amor, una relación se sostiene a través de pequeñas acciones cotidianas.
Vigilar el lenguaje. Muchas peleas conyugales tienen su origen en una verbalización poco adecuada de las diferencias de opinión.
Dar y darse libertad. La solidez de una pareja no depende del apego, que puede ser enfermizo, sino de la autonomía de cada uno de los miembros.
Respeto y admiración mutua.
Solo podemos amar a aquellas personas que admiramos por sus cualidades
humanas. Por eso es importante elegir una pareja que despierte en
nosotros ese sentimiento de respeto y aprecio.
Armonizar el sexo. Las relaciones íntimas no lo son todo en una pareja, pero es importante hallar un equilibrio entre las necesidades de cada uno.
Evitar daños irreparables.
Una vez se hiere profundamente a la pareja, por ejemplo a través de una
infidelidad, aunque la relación se reconstruya nunca volverá a ser lo
mismo.
EN LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS
"Enseña al niño el camino en el que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él" (proverbio hebreo)
En
las décadas de 1960 y 1970, en algunos países del primer mundo se pasó
de una educación rígida y tradicional a dar libertad absoluta a los
hijos. Esto resultó ser contraproducente, ya que, sin unos límites
claros entre los que transitar, el niño se siente inseguro y
desorientado, tomando decisiones equivocadas.
El pedagogo y doctor en psicología Javier Urra, que trabajó como defensor del menor, señala en su ensayo Educar con sentido común dos momentos clave en los que se necesita la guía de los padres: "Hay
una edad esencial, que es de los seis a los siete años, donde se da un
cambio muy significativo porque el niño comienza a entender el tú y el
nosotros. Y luego otra etapa de interés es la preadolescencia (12 a
14), que es donde el chico empieza a volar, a ver que hay otros grupos,
que no toda la verdad la tienen los padres".
Si
observamos a muchos padres estresados, veremos que en la educación de
sus hijos aplican toda clase de estrategias excepto el sentido común.
Intentan compensar el tiempo que no dedican a su familia con caros
regalos que transmiten a los pequeños el mensaje equivocado -puedes
tener todo lo que quieras-, en lugar de inculcarles la cultura del
esfuerzo, el ahorro y la espera.
Al
final, lo que estamos viviendo en la actualidad es consecuencia de una
cultura de lo inmediato que no ha sabido contemplar los riesgos a medio
y largo plazo. Ojalá tengamos ahora el sentido común de rectificar y
construir el futuro inmediato sobre los valores de la paciencia, el buen
juicio y la responsabilidad.
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Educación para la Ciudadanía
08 julio 2012
Maravillas de la crisis
JAVIER MARÍAS
Si queremos combatir un poco la depresión diaria que producen las noticias, la actitud entre despreciativa, acobardada e inepta de Rajoy y las tonterías infinitas de sus ministros sin excepción, no cabe sino empezar a mirar las posibles ventajas, y aun maravillas, que la crisis y la recesión pueden traer. Son escasas, no nos engañemos, y en modo alguno compensarán las penurias, tribulaciones y padecimientos de los más desfavorecidos, que cada día serán más, ni el meticuloso desmantelamiento de la sanidad y la educación públicas. No me tomen por frívolo. Es sólo que el panorama se ve tan lúgubre que con algo hay que animarse, por tenues que sean los ánimos. Así que pongámonos en lo peor, en el momento en que la gente tenga lo justo -como mucho- y no pueda gastar más que en lo fundamental Con ser eso un desastre personal y colectivo, alguna bendición acarreará consigo.
Por ejemplo, ¿se imaginan un país en el que, en vez de haber más de un móvil por habitante, sean poquísimos los que se lo puedan permitir? Uno no tendría que viajar en tren o en autobús en medio de un guirigay de conversaciones cretinas a voz en cuello (casi todo el mundo chilla a sus móviles, como si éstos fueran extranjeros o sordos); ni que enterarse de las supuestas hazañas de negocios llevadas a cabo por los adictos, quizá hayan observado la frecuencia con que la gente llama para presumir de sus logros o de sus viajes o de sus coches o de sus hijos o de cómo se la ha jugado a algún pardillo, es decir, de cómo se ha aprovechado o ha engañado, el gran mérito nacional. Los individuos no irían por las calles ensimismados y abducidos por sus iPhones, y contaríamos con una población más alerta, más vivaz, más al tanto de lo que sucede a su alrededor y por tanto más considerada con los demás. Ah, qué delicia no escuchar más sandeces impuestas, ni verse interrumpido por musiquillas y rugidos imbéciles en los restaurantes ni en los cines, todos sin dinero para pagar las facturas.
¿Se imaginan también un país en el que la corrupción y el robo no estuvieran ya bien vistos? Hasta hace cuatro días, lo único que gran parte de la ciudadanía lamentaba al respecto era no estar en posición de corromper ni de ser corrompida, de robar directamente o al menos sacar tajada de los latrocinios ajenos. Las incontables operaciones fraudulentas le merecían mucha más admiración que condena, y los estafadores, en consecuencia, pretendían no someterse a la acción de la justicia merced a los reiterados votos con que los obsequiaban los electores: ¿cuántas veces hemos oído, sobre todo en boca de políticos del PP, “Las urnas me absolverán” o incluso “… me han absuelto”? Es triste que sólo ahora, por las precariedades particulares de los votantes, éstos empiecen a rebelarse contra los abusos, los despilfarros, las comisiones sin cuento, las financiaciones ilegales y los gastos privados cargados al erario público. Pero cualquier tipo de reprobación -aunque provenga de los más bajos instintos- es mejor que la complacencia con los bribones y la aspiración a engrosar sus filas. ¿Se imaginan un país en el que se pidieran cuentas de las obras y construcciones arbitrarias y superfluas, en el que se forzara a explicar a un alcalde -a los tres últimos de Madrid, por ejemplo- por qué tapiza su ciudad de un espantoso, árido, sucio y caluroso granito, si no es por favorecer a empresas, tal vez de amigos, especializadas en él? Y así mil casos más.
¿Se imaginan un mundo en el que los niños no fueran pijos casi desde su nacimiento? Independientemente del medio del que procedan y de la fortuna de sus progenitores, casi todos son hoy “pijos de espíritu”. Sin dinero ni créditos, dejarían de ser mimados a toda costa, caprichosos y quejicas, presumidos por mandato, no se “frustrarían” tan fácilmente porque tendrían la piel más curtida, no exigirían como si fuera un derecho el último modelo de PlayStation o de Nintendo o de lo que sea con lo que jueguen (lo ignoro), ni las zapatillas deportivas tal o cual, ni las siete zamarras de colores distintos que lucen de vez en cuando Messi o Cristiano. ¿Se imaginan un lugar en el que los niños, además de niños, fueran también proyectos de adultos y como a tales se los tratara, aunque fuera a ratos?
¿Y una prensa sin periodistas envenenadores y sobornados, a los que ya no podría comprarse? ¿Unas televisiones sin lenguas estúpidas y viperinas porque no habría con qué pagarles y además la gente, afanada en llegar a fin de mes y de semana y de día, carecería de tiempo para ver cómo unos gañanes despellejan a otros que casi nadie conoce y que de hecho a nadie le importan? ¿Un país en el que las personas desearan aprender porque eso redundaría en su beneficio económico o las ayudaría a hallar empleo, o simplemente las haría sentirse menos burras? Sentirse menos burro equivale a sentirse menos indefenso ante las adversidades, y el que aún no se haya dado cuenta de eso es porque es burro con deliberación. No me digan que un país así no tendría sus ventajas. Es más, yo creo que acabaría por prosperar. Claro que entonces volvería el peligro de la abundancia y la necedad…
El País Semanal, 8 de julio de 2012
Si queremos combatir un poco la depresión diaria que producen las noticias, la actitud entre despreciativa, acobardada e inepta de Rajoy y las tonterías infinitas de sus ministros sin excepción, no cabe sino empezar a mirar las posibles ventajas, y aun maravillas, que la crisis y la recesión pueden traer. Son escasas, no nos engañemos, y en modo alguno compensarán las penurias, tribulaciones y padecimientos de los más desfavorecidos, que cada día serán más, ni el meticuloso desmantelamiento de la sanidad y la educación públicas. No me tomen por frívolo. Es sólo que el panorama se ve tan lúgubre que con algo hay que animarse, por tenues que sean los ánimos. Así que pongámonos en lo peor, en el momento en que la gente tenga lo justo -como mucho- y no pueda gastar más que en lo fundamental Con ser eso un desastre personal y colectivo, alguna bendición acarreará consigo.
Por ejemplo, ¿se imaginan un país en el que, en vez de haber más de un móvil por habitante, sean poquísimos los que se lo puedan permitir? Uno no tendría que viajar en tren o en autobús en medio de un guirigay de conversaciones cretinas a voz en cuello (casi todo el mundo chilla a sus móviles, como si éstos fueran extranjeros o sordos); ni que enterarse de las supuestas hazañas de negocios llevadas a cabo por los adictos, quizá hayan observado la frecuencia con que la gente llama para presumir de sus logros o de sus viajes o de sus coches o de sus hijos o de cómo se la ha jugado a algún pardillo, es decir, de cómo se ha aprovechado o ha engañado, el gran mérito nacional. Los individuos no irían por las calles ensimismados y abducidos por sus iPhones, y contaríamos con una población más alerta, más vivaz, más al tanto de lo que sucede a su alrededor y por tanto más considerada con los demás. Ah, qué delicia no escuchar más sandeces impuestas, ni verse interrumpido por musiquillas y rugidos imbéciles en los restaurantes ni en los cines, todos sin dinero para pagar las facturas.
¿Se imaginan también un país en el que la corrupción y el robo no estuvieran ya bien vistos? Hasta hace cuatro días, lo único que gran parte de la ciudadanía lamentaba al respecto era no estar en posición de corromper ni de ser corrompida, de robar directamente o al menos sacar tajada de los latrocinios ajenos. Las incontables operaciones fraudulentas le merecían mucha más admiración que condena, y los estafadores, en consecuencia, pretendían no someterse a la acción de la justicia merced a los reiterados votos con que los obsequiaban los electores: ¿cuántas veces hemos oído, sobre todo en boca de políticos del PP, “Las urnas me absolverán” o incluso “… me han absuelto”? Es triste que sólo ahora, por las precariedades particulares de los votantes, éstos empiecen a rebelarse contra los abusos, los despilfarros, las comisiones sin cuento, las financiaciones ilegales y los gastos privados cargados al erario público. Pero cualquier tipo de reprobación -aunque provenga de los más bajos instintos- es mejor que la complacencia con los bribones y la aspiración a engrosar sus filas. ¿Se imaginan un país en el que se pidieran cuentas de las obras y construcciones arbitrarias y superfluas, en el que se forzara a explicar a un alcalde -a los tres últimos de Madrid, por ejemplo- por qué tapiza su ciudad de un espantoso, árido, sucio y caluroso granito, si no es por favorecer a empresas, tal vez de amigos, especializadas en él? Y así mil casos más.
¿Se imaginan un mundo en el que los niños no fueran pijos casi desde su nacimiento? Independientemente del medio del que procedan y de la fortuna de sus progenitores, casi todos son hoy “pijos de espíritu”. Sin dinero ni créditos, dejarían de ser mimados a toda costa, caprichosos y quejicas, presumidos por mandato, no se “frustrarían” tan fácilmente porque tendrían la piel más curtida, no exigirían como si fuera un derecho el último modelo de PlayStation o de Nintendo o de lo que sea con lo que jueguen (lo ignoro), ni las zapatillas deportivas tal o cual, ni las siete zamarras de colores distintos que lucen de vez en cuando Messi o Cristiano. ¿Se imaginan un lugar en el que los niños, además de niños, fueran también proyectos de adultos y como a tales se los tratara, aunque fuera a ratos?
¿Y una prensa sin periodistas envenenadores y sobornados, a los que ya no podría comprarse? ¿Unas televisiones sin lenguas estúpidas y viperinas porque no habría con qué pagarles y además la gente, afanada en llegar a fin de mes y de semana y de día, carecería de tiempo para ver cómo unos gañanes despellejan a otros que casi nadie conoce y que de hecho a nadie le importan? ¿Un país en el que las personas desearan aprender porque eso redundaría en su beneficio económico o las ayudaría a hallar empleo, o simplemente las haría sentirse menos burras? Sentirse menos burro equivale a sentirse menos indefenso ante las adversidades, y el que aún no se haya dado cuenta de eso es porque es burro con deliberación. No me digan que un país así no tendría sus ventajas. Es más, yo creo que acabaría por prosperar. Claro que entonces volvería el peligro de la abundancia y la necedad…
El País Semanal, 8 de julio de 2012
28 junio 2012
Cómo salir del armario (cuando no sabes cómo hacerlo)
28 de junio de 2012
Salir del armario es una habilidad que adquieres con la práctica, como montar en bici. Al principio te caes, te haces daño, te sientes torpe. Después lo disfrutas y parece increíble que en el pasado lo vieses como algo difícil e insuperable.
Mi conversación más difícil fue con mi madre. Una buena mujer de Ávila de toda la vida que en aquel momento tenía 70 años, católica practicante. Ella jamás había tenido ningún contacto con el mundo gay. Aquella conversación no fue fácil. Con todos los tópicos que cabría esperar. ¿Cómo me haces esto? ¿Dios mío en qué me equivoqué? ¿De quién fue la culpa? Hoy mi madre conoce y quiere a Daniel. Nos trata con cariño. En abril vino a nuestra boda donde estuvo riéndose, a sus 82 años, con las bromas de todos nuestros amigos. No habría disfrutado mi vida igual sin haber podido compartir con ella todos estos años.
Salir del armario fue una de las decisiones más difíciles y a la vez más satisfactorias que he tomado en mi vida. No podría imaginarme mi relación con mi familia, amigos y compañeros de trabajo fingiendo ser otra persona. Por muy difícil que sea salir del armario siempre es más duro, difícil y triste tener que ocultar tu vida o andar preocupándose por quién sabe qué. No conozco ningún amigo que piense que le gustaría estar un poco más dentro del armario o que se arrepienta de haber salido del armario.
Mis consejos para salir del armario son:
Haz prácticas. Como todo, es más fácil cuanto más lo haces. Cada vez que sales del armario hace la siguiente más fácil. Si empiezas por situaciones cómodas, con amigos que te conocen y te quieren, hace más fácil salir del armario las siguientes veces.
No salgas del armario en un bronca. Mucha gente le dice a su familia que es gay en una situación tensa, en medio de reproches, en una explosión de sinceridad, caretas fuera, la casa por la ventana. No es lo mejor. Más fácil intentar buscar una ocasión tranquila, sin estrés, en la que decir "algo importante". Si buscas la ocasión y anticipas que quieres decir algo importante para ti, la gente puede prepararse y controlar su reacción. Las primeras palabras que puedes oír pueden ser muy dolorosas, si además estás en mitad de una discusión por otro tema, todo puede estallar.
Disculpa todo lo que te digan. Cuando le dices a tu familia que eres gay puede haber todo tipo de reacciones. Ojalá positivas, pero quizá también negativas. No tengas en cuenta nada de lo que te digan. No son ellos. Es como la niña de El Exorcista poseída por una fuerza oscura soltando espumarajos por la boca. No son ellos los que hablan, es el miedo, la homofobia interiorizada de muchos años, la reacción ante lo desconocido. Lo importante en ese momento es demostrar que sigues siendo tú, que eres el de siempre, que les quieres y que vas a intentar superar con ellos esa situación que a ellos les parece el fin del mundo.
Explica lo que significa. Tú sabes lo que significa ser gay, tus padres normalmente no lo saben o tienen ideas y prejuicios equivocados. Muchas veces tienen preguntas en la cabeza que ni se atreven a verbalizar porque les da miedo la respuesta (¿tienes sida? ¿abusó alguien de ti de pequeño? ¿te vistes de mujer? ¿se lo has dicho a la tía pepita?). Prepárate para dar una charla, no para un diálogo, eres tú quién tiene que llevar la conversación y entregar toda la información posible para que los que te escuchan sepan digerir lo que les estás diciendo. Es casi como si les hicieses un powerpoint que tienes en la cabeza. Responde a las preguntas que tienen en su cabeza aunque ellos no las formulen.
En los siguientes meses sigue sacando el tema. Mucha gente sale del armario, lo dice en casa y jamás de los jamases vuelve a hablarlo. Un manto de silencio cubre las conversaciones. Gran error. Salir del armario sirve precisamente para integrar en tu vida a tus seres queridos, para demoler muros de silencio, si sales del armario y nunca vuelve a salir el tema, ese "secreto" acaba siendo un gran agujero negro que se traga todas las conversaciones y la intimidad. Tienes que salir del armario de manera casual una y otra vez. Comentar si has conocido a un chico, si fuiste al Orgullo, si viste una película que te gustó porque salía un personaje gay, etc. Mi madre durante años me pedía que no lo comentase, pero la insistencia en tratar con normalidad lo que ella pensaba que no era normal es lo que finalmente lo convirtió en normal.
Díselo a todos. No hay un sólo armario sino muchos. Amigos, familia, compañeros de trabajo. Incluso dentro de la familia a veces lo sabe la madre pero no el padre, o unos hermanos sí y otros no. La vida es una sucesión de armarios, secretos que hay que revelar, verdades que aceptar. La mejor forma de vivir es cuando no tienes que andar pensando quién lo sabe y quién no, sólo así puedes vivir concentrándote en lo que realmente importa: tu trabajo, tu salud, tu familia, tus amigos, etc. Igual que tus compañeros de trabajo pueden comentar qué hicieron su fin de semana o que llevan sus niños al médico tú también puedes hacer lo mismo. La gente no va por ahí diciendo "soy heterosexual" porque no lo necesita, se asume que es así y todo el lenguaje y la vida diaria les permite múltiples ocasiones de reafirmarlo ("ayer fui al cine con mi novia"). Pero si eres gay en algún momento tienes que asumirlo como normal también en el trabajo y tu vida diaria. No hacerlo te aleja de tus compañeros y te vuelve una persona distante. La gente es mucho más tolerante de lo que nos creemos y respeta mucho más a alguien fuera del armario que a un gay en el armario.
Échale guasa. Desdramatizar y tomarse la vida a broma es la mejor receta para vivir jovial muchos años. Si alguien se tira al drama y los llantos, no te dejes arrastrar, échale humor y alegría a la vida. Que los demás se tomen algo a la tremenda no es motivo para que tú hagas lo mismo. En las peores situaciones un buen chiste puede cambiarlo todo.
Fuente: http://www.jesusencinar.com/2012/06/como-salir-del-armario-cuando-no-sabes-como-hacerlo.html
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12 junio 2012
Que nos rescaten también de esto
JOSE MANUEL ATENCIA
Un rey cazador cazado y su yerno, exjugador de balonmano, que ahora
pone la mano. El honorable Dívar con sus viajes a Puerto Banús y los
miembros del CGPJ haciendo el avestruz. Los trajes de Camps de trabilla
veneciana y la prima de riesgo amargándonos cada mañana. El expresidente
del Banco de España, al que denominan MAFO, y los que realizaron los
test de estrés, a lo que habría que darles con un mazo. Los negocios de
Ferrán, el expresidente de los empresarios, condenado y sin pagar a sus
empleados los salarios. La coca y los gin-tonic en los ERE de
la Junta, Bruselas presionando y la Bolsa que no repunta. Bankia y Rato,
Caja Madrid y Blesa y Bancaja y el ladrillo, con indemnizaciones
millonarias para sus bolsillos.La sentencia de Matas y su palacio en Palma; el Bigotes y sus empresas fantasmas. Las comisiones del viaje a Valencia del papa Benedicto y la suerte de Fabra que con la lotería va de listo. Los viajes del defensor del pueblo catalán, desde las Bermudas, pasando por México, hasta llegar a Canadá. Los asuntos del presidente de la Diputación de Castellón o las provocaciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid, todos dando lecciones morales desde el atril.
Las estafas piramidales, las indemnizaciones millonarias y los falsos apuntes contables. La banca y las cajas llenas de gente innombrable. Los aeropuertos sin aviones, los museos de la nada, los tranvías sin vías y el AVE a Toledo sin pasajeros. Los culpables en sus cargos y las arcas a cero. Las ayudas de Bruselas para arrancar los olivos y las subvenciones millonarias para mantener terratenientes; el Gobierno negociando una nueva PAC y el campo que no da para vivir decentemente.
El paro, las colas, las eternas ventanillas, el subsidio que se acaba y la negativa a la dación en pago; mientras sube la gasolina, el gas y el butano. El informe Pisa, el ministro Wert, el plante de los rectores y la amenaza de los recortes. Adiós Bolonia, menos becas Erasmus y cómo investigar rebajando costes. Los impuestos: la renta, el IBI, el IAE, el de tracción mecánica, el de carruajes, el del vado, el de basura, el de patrimonio y el de transmisión. Y ahora el incremento del IVA, al que le van a dar otro subidón.
Para los ricos las fundaciones, las SICAV, las amnistías fiscales, las comisiones por recalificaciones y los pelotazos. Para los demás el pago en su fecha, el fraccionamiento, los recargos anuales, las comisiones por transferencia, por sacar dinero del cajero y por traspaso… La luz que sube y la pensión que baja, el salario cada día más mínimo y la edad de jubilación al alza. El copago sanitario y los recortes educativos, mientras siguen los gastos inútiles en las instituciones y crece la desafección hacia los partidos.
Y venga chocolate para el loro y venga cargos públicos con tarjeta oro. Y los inmigrantes sin sanidad, mientras muchos ya se van. Y los coches oficiales con cristales tintados, con sus escoltas, asesores, comunicadores, cargos de confianza, todos colocados. Los códigos deontológicos que nadie cumple y los pactos contra el transfuguismo que son de mentira; mientras siguen en sus puestos los imputados y condenados, que ya son la tira. La desaparición de la ética y el engaño de la estética.
Por favor, que nos rescaten. Pero que nos rescaten también de todo esto. Que nos rescaten de Dívar y de UrdangarIn; de los sobres y del maletín; del Sálvame y de la Belén; de los trajes y de los ropajes; de donde dije digo, digo Diego y de los recortes que nos provocan tanto desasosiego; de la injusticia de la Justicia; de tantos líderes mundiales que no parecen estar en sus cabales; de los eufemismos y de los nacionalismos. Que nos rescaten de esta impresentable danza que nos roba la esperanza. Por favor, que nos rescaten también de esto. Que nos rescaten ya. El País Andalucía, 11 junio 2012
26 mayo 2012
Tres Sonetos del Amor Oscuro
FEDERICO GARCÍA LORCA
SONETO DE LA GUIRNALDA DE LAS ROSAS.
¡Esa guirnalda! ¡Pronto! ¡Que me muero!
¡Teje deprisa! ¡Cantal ¡Gime! ¡Canta!
Que la sombra me enturbia la garganta
y otra vez viene y mil la luz de enero.
Entre lo que me quieres y te quiero,
aire de estrellas y temblor de planta
espesura de anémonas levanta
con oscuro gemir un año entero.
Goza el fresco paisaje de mi herida,
quiebra juncos y arroyos delicados,
bebe en muslo de miel sangre vertida.
Pronto ¡prontol! Que unidos, enlazados,
boca rota de amor y alma mordida,
el tiempo nos encuentre destrozados.
EL POETA DICE LA VERDAD.
Quiero llorar mi pena y te lo digo
para que tú me quieras y me llores
en un anochecer de ruiseñores
con un puñal, con besos y contigo.
Quiero matar al único testigo
para el asesinato de mis flores
y convertir mi llanto y mis sudores
en eterno montón de duro trigo.
Que no se acabe nunca la madeja
del te quiero me quieres, siempre ardida
con decrépito sol y luna vieja.
Que lo que no me des y no te pida
será para la muerte, que no deja
ni sombra por la carne estremecida.
EL POETA PIDE A SU AMOR QUE LE ESCRIBA.
Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.
El aire es inmortal, la piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.
Pero yo te sufrí, rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.
Llena, pues, de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena noche
del alma para siempre oscura.
Enlace al resto de los poemas
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16 mayo 2012
El periodista que miraba a la gente
El interés por la obra del periodista y escritor Manuel Chaves Nogales
(Sevilla, 1897-Londres, 1944) se acrecienta con el tiempo. De hecho,
tras pasar por un purgatorio de décadas de olvido, la obra del autor
sevillano atrae a muchos lectores deseosos de conocer de primera mano
los tiempos convulsos que le tocaron vivir. Porque Chaves Nogales trazó
un retrato tan fiel como trágico de unos años de guerras y revoluciones.
Su mirada honesta y documentada, así como su estilo preciso y ágil,
refuerzan el atractivo de sus obras, como la imprescindible A sangre y fuego (Alianza), quizás la mejor novela escrita sobre la barbarie de nuestros antepasados.
“Lo que me interesa de Chaves Nogales es que es un periodista que
consigue salvarse del clima extremista. No está en las filas radicales
de la izquierda ni de la derecha. Consigue una ecuanimidad, una
distancia crítica y una mirada lúcida sobre lo que está pasando”, señala
el periodista José Andrés Rojo en referencia al libro La defensa de Madrid
(Espuela de Plata). “Chaves Nogales cuenta los horrores de la guerra y
cómo la guerra no respeta a nadie. Padece el general Miaja por su
familia; padece la gente de la calle, a la que le caen bombazos; padecen
los que no tienen que comer. Eso lo cuenta muy bien. Chaves Nogales
mira a la gente más allá de las ideologías y las grandes causas”,
concluye Rojo.
Por su parte, Alfredo Valenzuela cree que “Chaves Nogales responde al
principio de que el talento es inocultable, que puede estar 60 años
oculto, pero que al final siempre hay un lector avispado que enciende la
alarma y dice: ‘este escritor tiene interés”. Valenzuela termina con
unas palabras del escritor Andrés Trapiello: “Chaves Nogales es el
periodista español más importante desde Larra”.
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10 mayo 2012
Reporting from America
By Carlos Martín-Gaebler
While flying across the Atlantic to visit the United States again after 25 years, I started pondering and realized I was actually travelling to ground zero of the current financial crisis. Don’t miss Inside Job, a must-see documentary where Mat Damon articulately narrates how it all happened, unmasks the greedy predators that caused it leaving millions of people impowerished throughout the world, and explains how we have all ended up in such economic despair. Also, watch out for Ryan Gosling’s upcoming, much-talked-about documentary #ReGENERATION, about political apathy among American youngsters.
While flying across the Atlantic to visit the United States again after 25 years, I started pondering and realized I was actually travelling to ground zero of the current financial crisis. Don’t miss Inside Job, a must-see documentary where Mat Damon articulately narrates how it all happened, unmasks the greedy predators that caused it leaving millions of people impowerished throughout the world, and explains how we have all ended up in such economic despair. Also, watch out for Ryan Gosling’s upcoming, much-talked-about documentary #ReGENERATION, about political apathy among American youngsters.
Curiosity, nostalgia and gratitude took me back to Chapel
Hill, NC, to revisit UNC, my American
alma mater, a quarter of a century
later. My years at UNC helped shape the man and the teacher I am today. Seeing
present-day pictures of Chapel Hill on the Internet had definitely put back
Carolina on my mind, as we Tar Heels say, and rekindled the urge to tread the
territory of the best three years of my youth. I was received with open arms by
my American host family at Raleigh-Durham airport, and a few minutes later, when
I arrived in Chapel Hill, time suddenly compressed and the magic started again.
I found myself recuperating those olfactory memories of my
American youth: the smell of cedar wood, of wisteria, of Dove soap, etc., all stirring
up a kind of sensual link with the past. If only I could bottle them up or
insert a link to them! It was like this: The place holds the memories while my
brain also stores those memories. When my brain and body went back to the
place, the memories replayed themselves. I was on a high from minute one!
I have felt welcomed as a sort of prodigal son (like my friend
Thomas predicted) coming back to his second home. Everything surpassed my
expectations, as I indulged in letting myself be pampered with attentions by my
American family and friends. If you believe in heaven, then Chapel Hill must
surely be the Southern part of it, because it feels like a 24-hour happy hour!
Friendliness was in the air, as I kept running into young
students on campus who would greet
you with a How ya doin? and a big
smile, two distinctive features of Southern culture in America. I remember
finding that carefree spirit of youth, that rather non-standoffish attitude endearing and captivating when I was a
22-year-old student at Carolina. However, I am also aware that this is not a
real cross-section of US youth or even North Carolina youth, as these are
students who, for example, had to have been in the top 10% of their graduating class
at highschool before they could even apply to study at UNC . Be that as it may,
I enjoyed their good manners and taking their photos, which I have compiled in
my Flickr album Carolina Faces. I have
uploaded my photos of campus onto the UNC-Chapel Hill album.
Louisville, KY, gave me chance to add a few shots to my American Beauty collection.
Probably one of the highlights of my trip was President’s
Obama passionate speech on education at UNC’s Carmichael Auditorium to a cheering 8,000-student
crowd, and which I was privileged to follow on TV just a mere 100 metres away
at Davis Library: “Higher Education is
the single most important investment in your future… I am only here today
because of scholarships and student loans… An average [American] student
graduates with a $25,000 student loan debt!”
I must agree with Antonio
Muñoz Molina, former Director of the Cervantes Institute in New York City,
when he points out that when Spaniards and Americans get together they have the
ability to get on well with each other, as they share a common sense of
down-to-earth friendliness and lack of formality, which makes it easier for us
to approach each other. I recommend his column Desde este lado, desde el otro lado.
Moving on to other matters,
if you stay away from fast food, network television and extreme
air-conditioning, you are just fine in America. It
seems to me that, while many around the world are trying to downsize and simplify
things in order to reach a more sustainable lifestyle, America is upsizing, so
to speak, reluctant to give up their insaciable consumption of energy resources
(the unsustainable abuse of air-conditioning being but one example).
My last thought takes me back
to more social considerations. After having spent 10 days in Cuba recently and
another 10 days in the United States, I am struck by how some manage to survive
with so little and maintain their dignity while others live in such blatant
opulence and accumulate such dispensable wealth. The gods are so fucking
unfair!
The more I travel the world,
the more I realize I enjoy visiting friends wherever they are. It turns out
that, in my case, friends are family. So, thank you Karen, Herb, Marian,
Efrain, Dale, Polo, Dave, Greg and Len for making me feel at home with you and
for sharing such quality time with me. It has meant a lot to me, I swear. GRACIAS.
This has probably been the most emotional, uplifting trip in my life. Short and
sweet. I promise to be back soon for more. cmg2012
25 abril 2012
My First Time in Many Ways
MY FIRST TIME IN MANY WAYS
Carlos Martín-Gaebler
This is the first time I go back to America after my three best gay friends, Ritchie Bennett, Dan Moseley and David McCarn, have died. I will miss their big hugs…
The first time after a whole generation of talented American writers and scholars that I interviewed for my dissertation in 1987 have literally been swept away by the aids epidemic.
This is my first time back in America in the digital era.
This is my first time back in America with a black president in the White House. Yes, we can.
This is my first time I am back in America and I will not see the Twin Towers in the NYC skyline from the plane, my first time after the criminal attack on 9/11.
This is my first time back in America after Mr Bush and Mr Aznar’s illegal war on Iraq.
This is my first time back in the United States after Abu Ghraib, Guantánamo and Wikileaks.
The first time after I have travelled to Cuba and realized how counterproductive the American embargo is to bring about a democratic transition on the island.
After it has been proved that financially deregulated capitalism sucks!
After the 15-M protest movement has taken to the streets globally to demand a better world.
After getting captivated by the magic of Paul Auster’s literary universe and Clint Eastwood’s films.
After Hollywood has given the world the gift of Brokeback Mountain and Spain a new film star, a man called Miguel Ángel Silvestre.
After realizing that Bruce Springsteen is still rock’n rolling 30 years later.
The first time I am coming from a country where all have now been granted equal rights, even same-sex couples, but which is stricken with corruption at every level of society.
The first time after La Roja has won the World Cup!
The first time after making several new American friends in many parts of the world.
Still, in a way, by going back to Chapel Hill, NC, 25 years later I feel like I am coming home.cmg2012
Carlos Martín-Gaebler
This is the first time I go back to America after my three best gay friends, Ritchie Bennett, Dan Moseley and David McCarn, have died. I will miss their big hugs…
The first time after a whole generation of talented American writers and scholars that I interviewed for my dissertation in 1987 have literally been swept away by the aids epidemic.
This is my first time back in America in the digital era.
This is my first time back in America with a black president in the White House. Yes, we can.
This is my first time I am back in America and I will not see the Twin Towers in the NYC skyline from the plane, my first time after the criminal attack on 9/11.
This is my first time back in America after Mr Bush and Mr Aznar’s illegal war on Iraq.
This is my first time back in the United States after Abu Ghraib, Guantánamo and Wikileaks.
The first time after I have travelled to Cuba and realized how counterproductive the American embargo is to bring about a democratic transition on the island.
After it has been proved that financially deregulated capitalism sucks!
After the 15-M protest movement has taken to the streets globally to demand a better world.
After getting captivated by the magic of Paul Auster’s literary universe and Clint Eastwood’s films.
After Hollywood has given the world the gift of Brokeback Mountain and Spain a new film star, a man called Miguel Ángel Silvestre.
After realizing that Bruce Springsteen is still rock’n rolling 30 years later.
The first time I am coming from a country where all have now been granted equal rights, even same-sex couples, but which is stricken with corruption at every level of society.
The first time after La Roja has won the World Cup!
The first time after making several new American friends in many parts of the world.
Still, in a way, by going back to Chapel Hill, NC, 25 years later I feel like I am coming home.cmg2012
14 abril 2012
Cuidado con las crisis: engordan a las bestias
Fotografía: Gonzalo Orquín |
Por CARLOS MARTÍN GAEBLER
Vivimos tiempos oscuros, propensos al
populismo y al odio al diferente. Y muchos vivimos también indignados por la
ola de homofobia que nos invade y cuyo más reciente exponente son las declaraciones
homófobas del obispo de Alcalá de Henares en la
misa del pasado domingo, retransmitida por TVE, asociando homosexualidad y
prostitución y situando a los gays en el infierno. Como llevo ya seis días
lleno de rabia por dentro y de impotencia por no poder defenderme ni por contar
con los medios de comunicación a los que sí ha tenido acceso este sacerdote,
quiero desahogarme en esta preciosa tarde republicana con esta columna en mi
blog.
¿Cómo se permite Juan Antonio Reig Pla,
que así se llama este individuo, atentar de esta forma contra la dignidad de
las personas homosexuales desde el púlpito privilegiado de la televisión pública
de todos los españoles (de los católicos y de los no católicos) excusándose en
la libertad de expresión? La libertad de expresión acaba donde empieza la
dignidad del otro. ¿Cómo se atreve a tildar de corruptos a los gays siendo como
es representante de una iglesia apestada por casos de pederastia y habiéndose
demostrado que le paga el alquiler a un cura condenado por pederastia? ¿No le
valdría más limpiar su propia casa de sacerdotes corruptores de niños y de
monjas que vendían bebés? El día en que se forme una Comisión Nacional para la
Reparación a las Víctimas de Abusos en la Infancia, como se hizo en Irlanda
tras la acumulación de 30.000 denuncias, no van a tener fondos suficientes para
indemnizar a las víctimas de tanta crueldad. Y cada vez estamos más cerca de
que estalle esa cascada de denuncias que lleva años incubándose en la sociedad
española. Y, si no, al tiempo.
Convendría al obispo de Alcalá leer el
artículo que Mario Vargas Llosa publicaba el mismo día en que él se despachaba
a gusto desde la televisión pública, La
caza del gay (a propósito del reciente asesinato de joven Daniel
Zamudio en el ¿civilizado? Chile), para que se dé cuenta del daño que hace con
sus palabras a tantos jóvenes y no tan jóvenes que no pueden salir del armario,
que viven su sexualidad con miedo y sentimiento de culpa, o que se ven abocados
a vivir una doble vida para aparentar lo que no son. Sus palabras son tan
constitutivas de delito como las que incitan a la violencia contra las mujeres
del imán islamista de Tarrasa.
Algún día la Iglesia católica española habrá de pedir perdón por
tanto sufrimiento causado a las personas homosexuales, no sólo a los hombres
traumatizados por ser víctimas de abusos en su infancia, sino también a
aquellos que murieron de una enfermedad de transmisión sexual incurable y que
acabaron sus días estigmatizados por sus propios familiares como apestados. Eso
sí que no tiene perdón de dios.
Si nadie les obliga a los religiosos a
practicar sexo, ¿por qué ese empeño en inmiscuirse en la sexualidad de los demás?
El sexo es vida, alegría, comunicación y no mero intercambio de fluidos, por si
no lo sabían. ¿Por qué insisten estos sumos sacerdotes obsesionados con la
virginidad en ver el sexo como algo manchado, maculado? Como decía aquel, si
algunos follaran más, joderían menos.
Sé que no todos los católicos son intolerantes hacia los
homosexuales y desde el seno de la propia Iglesia católica han surgido voces
condenando el desvarío de este obispo de trayectoria fascista. Pero yo no
quiero ser tolerado, yo quiero ser respetado, igual que yo respeto su derecho a
practicar sus creencias, aunque no las comparta, que ésa es la condición para
la convivencia.
Yo soy un ciudadano honesto, pago mis impuestos (incluido el IBI
que la Iglesia católica no abona), no soy ningún corrupto, no adoctrino a mis
alumnos y, desde luego, no me acuesto con menores. A lo largo de mi vida he
conocido a sacerdotes que no podrían decir lo mismo. Y contribuyo cada día a
construir un país decente, donde no sobra nadie, si acaso lo que sobran son
expresiones denigrantes como las de estos religiosos islamistas o católicos que
nos retrotraen al tiempo de la barbarie (es lo que tiene no haber tenido una
revolución francesa). Mi generación ha luchado por conseguir la igualdad
de todos los españoles ante la ley, y nunca voy a dejar de luchar contra el
machismo y la homofobia –las dos caras de la bestia. cmg2012
Feliz 14 de abril. Salud y República.
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