29 septiembre 2022

21 septiembre 2022

Museo Virtual de la Guerra Civil Española



Por Peio H. Riaño, eldiario.es 14.09.22

Además de la aportación de Canadá, que proviene de sus presupuestos para el área de investigación, han logrado reunir otros 20.000 euros de varias instituciones, como la York University (Toronto, Canadá) y la Trent University, que mantendrán durante los próximos diez años el alojamiento y actualización de la web del museo. 

La embajada de España en Canadá contribuye con 2.000 euros que servirán para sufragar el diseño gráfico del museo. Cuentan los creadores del museo que lo más difícil ha sido conseguir los derechos de las imágenes para publicarlas y aquí han ayudado tanto el Archivo General de la Administración (AGA) como el Centro Documental de la Memoria Histórica, en Salamanca. ¿Ha colaborado la Secretaría de Estado de Memoria Democrática en el proyecto? “Existe la promesa de apoyarlo con la traducción a otras lenguas del Estado”, responde el historiador Antonio Cazorla. El museo es accesible en inglés y español, de momento.

La imagen con la que recibe al visitante es la desgarradora fotografía de la mujer llorando a los pies del cadáver de su marido, asesinado por el bombardeo franquista sobre la ciudad de Lleida. A Cazorla le parece oportuna para señalar las contradicciones de esta guerra civil, porque el hombre fallecido era favorable al golpe de Estado. “No queremos glorificar la guerra, sino contar la miseria”, dice por teléfono desde su despacho en la Universidad de Trent. 

La foto es un icono revelador sobre el punto de vista del museo, que podría tener un reflejo en el Museu Memorial de l'Exili, en La Jonquera, cuyo objetivo es difundir la memoria y el legado de las personas que tuvieron que huir del franquismo y de “la diáspora catalana contemporánea”. Sin embargo, no hay institución dedicada al repaso pormenorizado de aquellos acontecimientos que avanzaron el desastre del siglo XX. Reconoce que han puesto en marcha el museo virtual porque no existe en España un museo “de ladrillo” dedicado a contar la Guerra Civil. “En el Estado español no ha existido ningún interés por contarla”, dice. Lamenta esta situación y la compara con Francia, donde Cazorla ha contado hasta un centenar de museos dedicados a reconstruir el relato de la II Guerra Mundial. 

Lenguaje directo

De momento, podrán consultarse 130 entradas sobre el comienzo de la Guerra Civil y desarrollo del conflicto, las retaguardias, la vida cotidiana en el frente, el contexto internacional y la memoria histórica. Cada una de ellas incluye fichas en las que se explica, por ejemplo, el avión Dragon Rapide, el avión alquilado por el banquero Juan March para transportar a Franco hasta Tetuán y poner en marcha los planes que desencadenarían el golpe de Estado y levantamiento militar contra la República. También hay imágenes sobre la represión, objetos, la vida en las trincheras, las tropas rebeldes y un largo etcétera. Para la segunda fase de crecimiento del museo se incluirá un capítulo dedicado a las causas de la Guerra Civil, el papel desempeñado por la mujer o los paisajes de la guerra. 

La intención es profundizar en el conocimiento y divulgación de los estudios secundarios sobre la guerra, apoyándose para contextualizarlos en documentos y artefactos, conservados en el depósito español más grande, el AGA. “La Guerra Civil española (1936-1939) fue un acontecimiento definitorio de la historia de España y uno de los eventos seminales del siglo XX. A pesar de su importancia y de la inmensa literatura académica dedicada a su conocimiento, tanto en España como a nivel mundial, las formas en que se ha comunicado la guerra civil al público español e internacional han sido, en general, muy polémicas”, explican los organizadores del museo compuesto por un equipo internacional, multilingüe y multidisciplinario de historiadores, arqueólogos, académicos de estudios culturales y especialistas en humanidades digitales.

“Es un proyecto al margen del relato oficial. Parte de la sociedad civil, en colaboración puntual con instituciones, que aportan dinero o derechos de imágenes. El enfoque del museo es desde la historia social y cultural”, indica Cazorla, aunque también se cuentan algunas de las batallas más importantes de la contienda. 

Déficit de historia pública

Cazorla cree que en España “hay un déficit de historia pública”, que es la historia dedicada a formar al público. “El problema es que nuestra historia pública carece de un relato para el público. Eso es lo que quiere cubrir este museo”, dice. “Lo habitual es que se cuente la nación como víctima y heroína, pero no como nación bellaca. Por eso, los museos sobre guerras civiles son tan escasos. Por eso, hemos tratado de construir un espacio que el Estado español se ha negado a construir. Ni la izquierda ni la derecha se han atrevido a hacer la propuesta. Una prefiere refugiarse en la memoria y la otra, en que se reabren las heridas”, añade Antonio Cazorla desde Ontario (Canadá), donde desde hace más de una década ejerce como catedrático de Historia Contemporánea de Europa.

Un pañuelo bordado con los colores de la República.

La misión declarada del Museo virtual de la Guerra Civil española es sintetizar la erudición más actualizada sobre la contienda y sus secuelas a largo plazo. También pretende evaluar los documentos en poder de las instituciones asociadas para su análisis y exhibición. Y montar una exhibición que combine síntesis académica y fuentes primarias de una manera que atraiga a un amplio público internacional. Son objetivos que insisten en reforzar la idea de “historia pública” que, sin renunciar a la calidad del contenido se esfuerza por comunicar. Porque, como dice Cazorla, “en España hay muchos lugares sin memoria y muchas memorias sin lugar”.

Un museo para leer

Entre los objetos que han rescatado de momento, y que irán creciendo, llama la atención un pañuelo bordado con los colores de la bandera de la Segunda República. Los investigadores que han escrito las fichas explican a partir de este caso el legado de los símbolos de represores y víctimas. Apuntan que la memoria de la Segunda República se ha desvanecido ante la de la guerra civil y la dictadura. “El cine y la literatura españoles, que se han centrado poderosamente en recuperar a las víctimas olvidadas de la Guerra Civil y la dictadura, han tendido a presentar a la Segunda República como un simple preámbulo para la acción, por ejemplo, en La lengua de las mariposas, de José Luis Cuerda, o en Belle Époque, de Fernando Trueba”, puede leerse en el museo.

Este museo virtual también es un ejercicio de contrapropaganda, en el que se aclara que, desde la más inmediata posguerra, las iniciativas de memoria de la dictadura reforzaron la victoria de Franco y descalificaron a los vencidos de cualquier presencia en el horizonte de la memoria nacional. De ahí se ha llegado al estado actual del Valle de los Caídos, en origen planeado para glorificar a los muertos de los rebeldes y transformado para contener los caídos de los dos ejércitos. “Es un monumento que nunca ha sido neutral y sigue siendo foco de una muy justificada polémica”, puede leerse en el museo. Tampoco elude la situación de la recuperación y dignificación de algunas víctimas de la represión franquista, “enterrados en fosas comunes o agujeros junto a las carreteras desde los años del conflicto, aunque muchos lugares están aún por excavar”. 

17 septiembre 2022

Teoría del ciberarmario (o la curiosidad mató al "hetero")

Por CARLOS MARTÍN GAEBLER


Dedicado a esos hombres que ansían parecer lo que no son.

En estos tiempos de noticias falsas abundan igualmente los hombres falsos que pululan por aplicaciones de contactos homosexuales o en chats de videollamadas aleatorias de un nuevo armario global, el ciberarmario. El ciberespacio se ha convertido en el nuevo armario, un espacio donde se esconden, enmascarados, muchos hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH), que se denominan a sí mismos discretos, un eufemismo que les permite simular ser heterosexuales.

Los valores éticos escasean tras una máscara de anonimidad, que para algunos homosexuales secretos es permanente. Algunos se creen con derecho a no mostrar el rostro al tiempo que esperan que otros se sientan en la obligación de dar la cara. Se creen superiores en su invisibilidad, cual troles en el fango de las redes.

El ciberarmario desenmascara a individuos tóxicos de parca educación sexual, dejando al descubierto sus falsedades, su embrollo mental. En paralelo, el miedo escénico a la violencia verbal de los homófobos fuerza a muchos a permanecer ocultos en el ciberarmario, albergando la ilusión de seguir perteneciendo a la fratría, a la tribu hetero. La lengua inglesa denomina este fenómeno de forma más precisa, incluso me atrevería a señalar que más honesta: straight-acting, es decir, actuar como si uno fuese hetero, representar un papel ficticio para mantener la presunción de heterosexualidad. Algunos ejemplos:

VidaHeteroMax busca “chavales como yo, discretos masculinos, al máximo vida hetero. Me mola morbazo a tope entre colegas.” 

Sexmaxdiscr demanda “discreción máxima 100x1000 y en la calle no te conozco. Yo con novia.”

Discreto Máx declara "Vida Hetero 100% = Discreción Máxima. Gente de buen rollo. Heteros = plus"

Roberdosmil se define como "chico de 43 años. 109 y 92kg. Aspecto masculino. Muy discreto buscando igual. Vida de hetero con novia. No se si te va."

Se comportan como si la liberación homosexual nunca hubiera comenzado hace medio siglo, allá por 1969, fecha que marca un antes y un después en la percepción del hombre homosexual como individuo libre y sano. Aunque la heterogeneidad de las fantasías sexuales es insondable, para cualquier investigador, estos hombres armarizados y atenazados por el miedo aportan tal caudal de datos para la observación sociológica y psicológica que servirían para escribir un novedoso TFG o una original tesis doctoral.

Los pensamientos tóxicos sobre la homosexualidad han existido siempre, pero ahora algunos los escriben en un teclado, haciendo a veces un pobre uso del lenguaje. Aquí va una sucesión de perlas recopiladas en Grindr:

Pasivo45belludo: Haber busco hechar un polvo. Cuerpo de gymnasio. Qué te gusta aser? Hechas mucha lefa? Hablamé. Perfiles vacio no hablo. Sino tienes sitio bente o boy a tu casa. Quieres que valla? No chulos. No drogas. Buen royo. A una cosa me gusta la discreccion...” (sic.)

Suelen buscar sexo solo con tíos 100% activos porque de este modo se crean la fantasía de que están con un “hetero”, evitan a tíos versátiles, pues los perciben como “maricones,” y rechazan la idea de tener sexo con estos homosexuales para no creerse homosexuales ellos mismos. Alguna vez me he tenido que reprimir las ganas de decirle a alguno: “pues, para creerte hetero, comes muy bien la polla,” pero hay que ser un caballero hasta en la cama.

Dicho de otro modo, fantasean con que lo hacen con “otro heterosexual”, haciéndose la ilusión de no percibirse como maricones ("busco solo heterosno me atraen gays"). Se autodenominan heteros ("heteroxhetero"), lo que no es sino una cortina de humo para ocultar la vergüenza que les causa ser tan maricones como cualquier otro. Se autoengañan pensando que el otro es “hetero”:

Vienes, te la como y te vas ¿te importa? Es lo que me da morbo. No, no me comas la polla. Busco dominante. Tú te dejas hacer, como si fueras hetero. Sin hablar.

Prefieren la endogamia (“colegueo” lo llaman) de quienes actúan como ellos (se llaman "colegas" entre sí). Y, habitualmente, no se dejan besar ("yo ni besos ni nada de eso"), pues ese rasgo de ternura es impropio de un varón machista. Esta ausencia de ternura es otro de los rasgos definitorios del macho armarizado, tanto en la comunicación en línea como durante el sexo. Un proceso mental perverso de principio a fin (“y si nos vemos en la calle, yo no te conozco”), que perpetúa rancios roles machistas. Una masculinidad tóxica que alguno se debería hacer mirar.

En la obsesión por hacerse de una identidad falsa que les sirva de tapadera, alguno no tiene escrúpulos en usurpar la imagen de otro, que luego adopta como foto de perfil, dispuesto a lo que sea con tal de asociar su imagen, por ejemplo, a la del heterosexualizado universo futbolero. La mayoría, sin embargo, opta bien por no publicar imagen alguna y dejar la silueta de una cabeza gris sobre fondo negro y oscuro, como el fondo de un armario, o bien elige mostrar una fotografía de su torso fibrado pero descabezado.

La etiqueta más utilizada en este gremio es "discreto, vida hetero," un eufemismo con el que dar a entender que se trata de un homosexual secreto, armarizado, que se hace pasar por heterosexual por miedo a ser percibido como homosexual (algunos hasta lo manifiestan por escrito: "nadie sabe que me van los tíos," "y si nos vemos por la playa, pido mucha discreción, ya que a mis amigos no se les pasa por la cabeza nada.") 

Sorprende que en el siglo 21 la presión social heteronormativa sea tan potente que lleve a algunos hombres bisexuales a percibirse como heterosexuales cuando les gusta comerle la polla a otro hombre o que otros hombres se la coman a ellos. La atávica pulsión por aparentar. Un comportamiento visceral e instintivo, provocado por el uso compulsivo de las redes, les lleva a no tener que pensar ni plantearse su situación. Estas personas se escudan en el anonimato y en la falta de consecuencias de sus propias acciones.

En el tóxico ciberarmario se comprueban las nefastas consecuencias de la ausencia en España de asignaturas como Educación para la Ciudadanía o Educación Sexual en los currículos escolares, lo que habría ayudado a inculcar valores cívicos y prácticas saludables. El autoengaño es un fastidioso signo de estos tiempos. Para contrarrestarlo, terminaré recordando algunas verdades semánticas, que en absoluto obedecen a criterios ideológicos, pero que, por obvias que parezcan, pueden contribuir a la educación sexual colectiva:

  • Heterosexualidad no es sinónimo de masculinidad, ni homosexualidad lo es de afeminamiento.
  • La heterosexualidad NO aumenta la masculinidad.
  • Creerse más hombre que otro por tener sexo con mujeres es propio de machistas. El supremacismo sexual es consustancial al macho.
  • La nueva masculinidad no reside en la testosterona ni en la entrepierna sino en la inteligencia emocional y en la afectividad.

Cuando un homosexual muestra homofobia o autohomofobia, este comportamiento no es sino señal de una mente enferma (It's homophobia that's queer), como lo es la violencia machista contra las mujeres, la discriminación contra los inmigrantes o el fanatismo religioso. Denota un no estar en paz consigo mismo, una lucha contra el propio yo.

Conviene recordar que un hombre homosexual es simplemente quien tiene sexo con otros hombres (el adjetivo se refiere a un hecho meramente biológico); sin embargo, un hombre gay es quien es capaz de establecer relaciones emocionales, culturales, intelectuales, y también sexuales, con otro hombre, en un plano de igualdad y respeto mutuo. La diferencia es notoria y conviene tenerla presente. (Véase mi artículo Los gays y los homosexuales.)

La buena noticia es que hay una salida ética a esta espiral de toxicidad masculina: transitar de homosexual a gay; es decir, recorrer el camino para aceptarse como uno es y ser feliz en sociedad. Esta es la tarea que todos los gays hemos tenido que realizar con esfuerzo y determinación en algún momento de nuestra vida. Nos lo hemos currado, pero ahora somos personas libres y realizadas.

Esta transición hacia la autoaceptación requiere paciencia, resiliencia y coraje. Hoy día millones de gays somos felices viviendo una nueva masculinidad, pero miles de hombres que viven su homosexualidad en la ocultación, en la presunción de heterosexualidad, son infelices atrapados en una doble vida basada en falsedades (y en engaños a novias y esposas). Por tanto, la homosexualidad o la bisexualidad se pueden (y se deben) vivir con normalidad fuera de la toxicidad del ciberarmario. El magnífico cortometraje "masculino_32" (Filmin) ilustra muy bien este modus operandi.

Para salir del ciberarmario y sentirse bien con la propia identidad recomiendo leer a especialistas como Gabriel J. Martín (www.gabrieljmartin.com), autor de Quiérete mucho, maricón y Gaynteligencia emocional, cuyo blog sobre psicología afirmativa gay es uno de los mejores en español, o a otros autores que han escrito mucho y bien sobre visibilidad y normalidad gay, como Luisgé Martín, Luis Alegre o Leopoldo Alas; informarse en las webs de asociaciones de ayuda a personas LGTB, como Cogam o Triángulo; ver películas que versen sobre cómo afrontar la transición de homosexual a gay, tales como Beautiful Thing, o God’s Own Country; o, en un tono más desenfadado, igualmente sanador es desternillarse de risa con los vídeos del youtubero Mr, Avelain sobre asuntos gays. Es imprescindible leer el espléndido artículo de Jesús Encinar Cómo salir del armario (cuando no sabes cómo hacerlo).

Y, recuerde, si a usted le gusta follar con mujeres y también con hombres, usted no es “hetero” (revise el diccionario), ni curioso ni discreto, sino bisexual, con B de LGTB, y eso no es ningún problema, por mucho que la bisexualidad masculina siga en el armario, como demuestra este informe. En la era de la información, la ignorancia es una elección. cmg2020

10 septiembre 2022

SEMIÓTICA DE UNA IMAGEN: Los buenos libros

Dedicado a Irene Vallejo

SE LEE EN 1 MINUTO

Aunque pudiera parecer lo contrario, esta calle no fue rotulada a propuesta de la Asociación de Abogados Cristianos, guardianes de la ortodoxia reaccionaria. El rótulo en cuestión está colocado, desde tiempo inmemorial, a escasos metros de la salida de un colegio religioso, en el centro de una ciudad muy santa y muy beata de este Estado, supuestamente aconfesional, llamado España. Pero, ya se sabe, quienes adoctrinan son siempre los otros.

Me pregunto si esos buenos libros se refieren a libros de texto edificantes contra el machismo o la homofobia en las escuelas; o a manuales divulgativos de la diversidad afectivo-sexual y los tipos de familia; o a folletos pedagógicos sobre cómo evitar embarazos no deseados o cómo promover una sexualidad sana y segura. Póntelo. Pónselo. Buenos libros para la buena educación cívica. Quiero pensar que sí, pero no las tengo todas conmigo. cmg2022

05 septiembre 2022

DARK: por qué la serie de ciencia ficción de Netflix se ha convertido en un fenómeno cultural


Por JORGE LOSER, xataca.com

La serie alemana ‘Dark’ (26 episodios en tres temporadas) ha ido creciendo en popularidad lentamente hasta llegar a ser considerada la mejor serie original de Netflix, superando a ‘Stranger Things’ en una encuesta de Rotten Tomatoes; hasta el 80% eligieron el título como mejor producción del catálogo internacional. 

No deja de sorprender que la primera serie original en alemán de Netflix, un producto extranjero y en su idioma local, que lidia con la física cuántica, los viajes en el tiempo y las paradojas, haya superado su condición de apuesta de riesgo para llegar a ser la número uno en el top 10 de la plataforma en numerosos países. Además, 'Dark' es compleja, con muchas implicaciones en sus giros. No es el clásico caso de éxito seguro y se ha convertido en una suerte de fenómeno cultural, quizá por algunos de los siguientes factores.

Dark’ no es una serie norteamericana y se nota en su ritmo diferente, más lento, lleno de pausas y con una construcción narrativa que exige atención para entender su juego temporal. Su trama del espacio-tiempo desafía al espectador que va descubriendo todo a la vez que los personajes, con espesas disertaciones del cómo, cuándo y por qué.

Hay algunos puntos en común con Stranger Things, como ciertas subtramas románticas entre adolescentes, pero no es una serie en la que sus personajes jueguen con sus poderes o maten monstruos. El estilo narrativo también es muy diferente. El director Baran bo Odar crea planos sostenidos, montajes con mucha información visual sin palabras,  cambiando los puntos de vista entre muchos personajes, épocas y bandos. 

Dark’ expone temas relacionados con el período de posguerra, la energía nuclear, las secuelas de Chernobyl, la literatura clásica alemana, el cristianismo, y, sobre todo, la mitología griega. La presencia del hilo de Ariadne, dentro del episodio mitológico del laberinto de Creta, establece una similitud entre Martha y Ariadne, que ayuda a Teseo, Jonas, a vencer al Minotauro y luego a salir del laberinto, usando un ovillo para marcar el camino de regreso. Algo que no solo no oculta sino a lo que se hacen guiños con obras de teatro y libros.

Muchos ingredientes han hecho atractiva la serie para millones de personas, pero puede que no haya más gancho que la trama misma. Escrita por Jantje Friese, la serie pasa del misterio de desapariciones, más presente en su primera temporada, hasta dibujar una trama que se mueve entre tres líneas de tiempo explotadas en una historia compleja que implica a Jonas y Martha como personajes principales y un conflicto infinito conducido con viajes en el tiempo.

Los personajes viajan entre distintos periodos del pueblo de Winden y sus acciones en cada visita, deliberadas o no, tienen efectos colaterales que dejan eco a lo largo de las décadas, con algunas complicaciones de impacto. Sin embargo, fue la segunda temporada la que realmente picó a sus espectadores, al complicar aún más la trama, introduciendo parentescos inesperados e impactantes e introdujo una mitología aún más establecida con la rivalidad entre un anciano llamado Adam y otra llamada Claudia, doblando los personajes e hilos de trama hasta tal punto que es realmente difícil seguir a cada uno de ellos sin perder de vista a otros.

Máquinas del tiempo, partículas de Dios y algunos conceptos cuánticos se implementaron con el final de la segunda temporada, cuando se introdujeron realidades paralelas, construyendo una mitología que añadía alternativas a sus ya complicadas paradojas. En un tiempo en el que toda ficción viene mascada y simplificada, puede que el éxito de ‘Dark’ sea una llamada de atención sobre un público eternamente subestimado por muchas multinacionales del entretenimiento.

Uno de los distintivos de ‘Dark’ sobre otras series de es su soberbia fotografía. El trabajo de Nikolaus Summerer no solo ofrece un uso impresionante de la nitidez digital sin perder profundidad y textura, sino que crea una una paleta oscura que añade peso a su atmósfera agobiante, a menudo puntualizada por siniestros golpes de sonido que, especialmente en su primera temporada, acercaban la ficción al lenguaje cinematográfico del horrorDark’ se guía por el determinismo y la falta de albedrío, lo que conecta con su aspecto árido y crudo.

Todo ello contrasta con las motivaciones de los personajes, normalmente guiados por el amor romántico, paterno o fraternal. Amores no correspondidos, prohibidos y con turbias relaciones familiares entre los Kahnwalds, Dopplers, Nielsens y Tiedemanns. Clanes que proporcionan un culebrón de matices bíblicos que explora la mortalidad, la naturaleza humana, el dolor y la pérdida.

Detalles de cultura popular como la música, el idioma exótico y las actitudes con la que lo expresan los personajes resultan un componente atractivo más eficiente para enganchar a públicos de otros países que los mejores efectos especiales. Hoy las series son un elemento clave de lo global, que une a personas de diferentes edades e intereses con acceso a producciones audiovisuales de muchos países, tradicionalmente más restringidas a un público más conectado con la cinefilia de pequeños circuitos, festivales y exposiciones internacionales. Pero no es solo ese factor, hay temas profundos de la serie que hablan del libre albedrío, que aluden a la mentalidad filosófica teutónica.

Las pistas para el desenlace de ‘Dark’ están integradas en el propio lema de la secta. El fin es el principio, el principio es el fin. Si en las dos primeras temporadas, la serie se dedica a explicar las conexiones de las cuatro familias y su relación en el espacio y el tiempo, la tercera abre las posibilidades con versiones alternativas. Durante los primeros 16 episodios, se insiste en frases como "todo está conectado" pero su conclusión trata de explicar esas conexiones surgidas en las tres temporadas de la serie.

La trama tiene en común, desde el principio, el hilo de Ariadne. Al comienzo vemos a Martha Nielsen interpretando una obra en la que ella es Ariadne, por lo que la temporada final aumenta su importancia en la resolución del problema del laberinto temporal creado por el viaje en el tiempo, y se resuelve si la secta creada por el misterioso Adam, Sic Mundus, tiene sentido. La tercera y última temporada de ‘Dark’ juega en paralelo a la primera, incluso con los mismos diálogos y eventos repetidos en el mundo especular adquiriendo un nuevo significado mientras se encamina a una conclusión que deja gran cantidad de cabos sueltos.

Los episodios, tratan de llenar los vacíos del pasado, pero es difícil satisfacer tantas cuestiones abiertas. Sin embargo, su final es suficientemente definitivo y completo para ofrecer la gran culminación a la historia general que promete. Los ocho últimos episodios son grandes y diferentes y conducen a una solución que opta por simplificar toda la complejidad que ha ido alimentando con cierta coherencia. Pese a que puede decepcionar, hay una visión de un gran plan cuyos creadores han tenido la inteligencia de no alargar, por lo que cada pieza encaja con precisión. Pero el elemento diferencial de ‘Dark’ es que tiene una factura por encima de la media de muchas otras series fantásticas que, si bien están cargadas de efectos especiales, cuando implican elementos de drama juvenil tienden a ser planas e intercambiables, por lo que, salvo casos como ‘Stranger Things’, el nivel a batir es flojo.

Entre toda la cantidad de producción hay de todo, pero muchas series recientes de Netflix son ejercicios rutinarios que hacen que ‘Dark’ destaque sin demasiada dificultad y, esto, hoy por hoy, con más de 180 millones de suscripciones, hace que contenidos de calidad amplifiquen su importancia y resonancia crítica, porque la ubicuidad también crea una nueva necesidad de posicionarse, comentar y participar en el fenómeno. El tiempo dirá si se confirma su condición de clásico de la televisión.

02 septiembre 2022

¿LIBERTAD?

 

Libertad para ver matar a seis toros (algunos con nombres como Feminista o Nigeriano) como espectáculo. Libertad para tomarse unas cañas en la barra de un bar sin guardar las distancias. Libertad para dejar el aire acondicionado encendido al dejar la habitación del hotel o el apartamento alquilado. Libertad para conducir por la Gran Vía. Libertad para aparcar un vehículo de gran cilindrada donde les plazca. Libertad para poder llevar corbata en verano. Libertad para adoctrinar en la superstición a niños y niñas. Libertad para matar a 26 millones de rojos por hijos de puta. Libertad para seguir denominando ejército nacional al ejército sublevado (contra la democracia). Libertad para decirle al adversario que se largue. Libertad para negarse a compartir la memoria colectiva. Libertad para hacer chistes de mariquitas. Libertad para agredir o asesinar al grito de maricón de mierda. Libertad para no participar del Orgullo. Libertad para destrozar la convivencia. Libertad para quedarse sin argumentos. cmg2021