La lluvia en Sevilla es una maravilla, pero los paraguas...
Si al Teatro de la Maestranza con paraguas has de llegar, unos sabios consejos le daría sin faltar.
Llegue tranquilo al vestíbulo,
salude educadamente.
Besos, abrazos, bla, bla, bla...
Pero cuando suene la música que el espectáculo suele anunciar,
apresúrese enseguida y encuentre raudo su localidad.
Ahora viene lo más fácil,
se lo digo de verdad.
Por todos los santos del cielo que rodeados de música están,
ponga el paraguas en el suelo tendidito y ya está.
Dispóngase relajado todo enterito a gozar,
pues está visto y comprobado
que su querido paraguas de ahí no habrá de pasar.
Gracias le doy de antemano,
pues duda no ha de quedar que cumplirá con agrado
todo esto y mucho más.
Mire que estoy respaldada y represento a muchos, muchísimos más,
tantos que algunos ilustres, como Beethoven y Brahms,
me inspiraron este desesperado compás.
Deje el paraguas en el suelo
que nada le ha de pasar.
Me despido con cariño, confiada, una vez más,
en que el sentido común y la buena voluntad
deben siempre triunfar.
Melómana y sufridora
a sus pies rendida está.
Y en el próximo concierto,
¡todo el mundo a disfrutar!
REYES LÓPEZ HERNÁNDEZ (2000)
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