16 marzo 2018

Los jóvenes marchitos

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¡Ay, jóvenes marchitos que no conocéis el gozo de acariciar otros cuerpos ni de besar otros labios! Los jóvenes marchitos de la era digital viven atenazados por el miedo. Su dificultad para interactuar físicamente con otros muchachos tiene su raíz en el miedo. El miedo, como señaló Anthony de Melo, desaparece gracias al amor, pero el amor les da miedo. Anhelantes de sexo tangible, aunque vírgenes aún a los treinta, empollan y empollan, pero no pillan cacho. Muchachos líquidos e hiperaislados, carentes de educación sexual o sentimental, a los que les resulta difícil expresarse con ternura. A veces se muestran descabezados, a veces mudos, nunca van más allá de una telepaja. Hacerse pajas está muy bien, pero follando se conoce gente. Follar con humanos es beneficioso para la salud mental y física. El Sistema Nacional de Salud debería ayudar a los jóvenes armarizados a florecer como gays normales para evitarles tanto aislamiento y sufrimiento.

Quienes nos criamos en la época analógica no vivíamos distraídos por pantallas en línea, y ligábamos cara a cara, al calor del amor en un bar, como decía la canción de Gabinete Caligari. Hoy, los jóvenes marchitos, enredados en los videochats del ciberarmario, son tímidos que ni quedan, ni follan, ni han bailado nunca al son de A quién le importa en ningún Orgullo porque les importa, y mucho, el qué dirán. ¿Alternativa? Apagad el ordenador, salid de de la oscuridad de vuestra habitación, cuya puerta no os atrevéis a cerrar con llave por miedo a qué dirán los papis o los compis de piso, respirad el aire fresco de la calle, y buscad el cuerpo a cuerpo, nunca mejor dicho. Ahí fuera hay una peña de carne y hueso con muy buen rollo. Carpe Diem. 
PD: Estos apuntes de psikología marika están basados en casos reales. • cmg2018

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué quieres que te diga? Que llevas razón en todo y que debería cambiar, pero que cada persona tiene sus circustancias y sus demonios y no es tan fácil para todos.

Anónimo dijo...

Me parece que es algo muy cierto, pero no estoy de acuerdo del todo con eso porque, a pesar que ahora las relaciones cibernéticas son muy comunes, la gente busca sexo en persona y sí ocurre.

Anónimo dijo...

El artículo está muy bien, pero cada persona es un mundo. Yo conozco gente que lo lleva con discreción porque tienen familas superconservadoras, pero tampoco viven permanentemente angustiados por el tema. No sé. Yo creo que la sociedad avanza rápido y que afortunadamente esto cada vez es un problema menor.

Juan María González-Anleo dijo...

Como sociólogo, constato que en la actualidad, usar el móvil o ver series, por ejemplo, es una auténtica obsesión entre los jóvenes. Hay un consumo cada vez más hogareño, sobre todo de tecnología. Por esto, además, los jóvenes tienen cada vez menos sexo, y ésta es una tendencia internacional.

Anónimo dijo...

Yo creo que el asunto del armario es muy personal, pero jugar desde el escondite me parece vergonzoso.