19 marzo 2022

Los gays y los homosexuales

Por CARLOS MARTÍN GAEBLER

¿Son los términos “gay” y “homosexual” realmente sinónimos? Todos los gays son homosexuales, pero no todos los homosexuales pueden también definirse como gays. La homosexual es simplemente una orientación sexual, lo gay es un hecho cultural, es decir, la opción de vivir en libertad y sin miedo una sexualidad no mayoritaria. El homosexual nace, mientras que el gay se hace. O, dicho en términos más coloquiales, la tendencia homosexual viene de serie, pero ser gay hay que currárselo.

El hombre homosexual se conforma con vivir su sexualidad con mucha discreción (palabra predominante en su vocabulario), sin que “se le note”, y conservando el status quo de su invisibilidad (suele confundir la visibilidad con “ir predicándolo a los cuatro vientos”); por contra, el hombre gay reivindica su derecho a mostrarse tal como es, a visibilizarse, y a no reprimir, por ejemplo, sus muestras de afecto hacia su pareja o sus amigos en público. Si al homosexual le preocupa que le puedan percibir como tal (por la vergüenza que le produce su propia homofobia interiorizada), al gay no le importa. El hombre gay, por tanto, ha debido recorrer un duro camino para aprender a convivir con la homofobia circundante de miradas, insultos y agresiones, y es feliz actuando con naturalidad y sintiéndose libre. (Conviene señalar que precisamente el vocablo “gay” significaba originariamente en inglés y en el antiguo provenzal “alegre/feliz”.)

Aquí reside la motivación del denominado orgullo gay: lo que los gays celebramos cada 28 de junio en todo el mundo no es el ser gays, sino el haber conquistado la libertad para poder serlo, y este importante matiz parecen ignorarlo quienes se preguntan por qué no celebrar también un día del orgullo heterosexual o del macho ibérico. El orgullo gay es totalmente ajeno a muchos hombres, que son simplemente homosexuales y prefieren permanecer semiarmarizados (o armarizados del todo y con doble vida) pues no se sienten identificados con esta celebración, ya que sencillamente no han hecho nada de lo que sentirse orgullosos, y uno sólo puede sentirse orgulloso de aquello de lo que es responsable. Pero los festejos callejeros del orgullo gay no surgen, en ningún caso, por afán exhibicionista, sino que pretenden ser una celebración de la diversidad social y afectivo-sexual. Hacemos de la reivindicación una fiesta, y de la fiesta una reivindicación. Como dijo Ruth Toledano en cierta ocasión, el Orgullo es una manifiesta.

Aunque para algunos hablantes parezcan sinónimos, estos adjetivos son semánticamente diferentes, además de que uno incluya al otro, como señalé al inicio de esta reflexión filológica. Varios prototipos de la ficción contemporánea ilustran la diferencia. Brokeback Mountain es, en puridad, una oscura historia de amor homosexual. Ennis del Mar y Jack Twist, vaqueros de la América profunda de los años 60, personifican a unos hombres homosexuales atormentados por su diferencia biológica. Sin embargo, en la ficción televisiva Física o química, el personaje de Fer vive con naturalidad, y a la vista de todos, una historia de amor y desamor gay con su novio David en los pasillos de su instituto de bachillerato.

Cuarenta años “distancian” a unos personajes de otros, cuarenta años desde que una noche de junio de 1969, en el bar Stonewall de Nueva York, un grupo de “locazas” con muchos reaños dejaran de poner la otra mejilla y comenzara así la liberación gay para generaciones posteriores de hombres y mujeres homosexuales, un hito histórico magníficamente retratado en la película Stonewall. Siglos de vergüenza necesitan ser contrarrestados con años de visibilidad. ¿Puede alguien a estas alturas poner en duda que ese momento fundacional no sea motivo de orgullo y celebración? cmg2009

25 comentarios:

Anónimo dijo...

Nuestra común amiga Reyes me ha pasado el link del blog y me ha encantado.

BSS
Antonio B.

Javier León dijo...

Sí señor. Es exactamente lo que siempre he sentido y expresado.

Manuel Garre dijo...

Muy buena reflexión. Siempre me gusta leerte... creo, como tú, que ser gay hay que ganárselo y es motivo de orgullo.

Daniel dijo...

Yo no he ido nunca al Orgullo. No me llama la atención lo que veo y escucho. Lo respeto pero no comparto la forma. Yo soy gay y no me escondo ante nadie. Pero no creo que sea forma de reivindicarse. Los gays no somos unos bichos raros sobreactuados y promiscuos, como muchos nos ven. Habrá gays así, pero yo personalmente no me siento identificado con la forma de la manifestación. Solo se consigue que los heteros sigan viendo a los gays como anormales. Y somos personas normales. Con nuestra vida, perros, trabajo, amigos. Se ven cosas muy innecesarias que nos alejan mucho de la normalidad que ansiamos. Para mí el Orgullo debería ser una manifestación de normalidad, no de exaltación de lo chabacano, de lo femenino y de la lujuria. Es que me da la sensación de que es como un zas! en plan... ¿ah, que nos llamáis maricones? Pues, venga, que nos vamos a dar por culo en directo para que se hable con razón. Y si se busca normalidad, mal vamos. Así, desde luego, nunca se va a encontrar.

Anónimo dijo...

La homosexualidad existe en más de 450 especies. La homofobia sólo en una. ¿Cuál te parece más antinatural ahora?

Anónimo dijo...

no estoy fuera del armario por que fuera hace frio y se esta muy agustico aki; digamos que la situacion es dificil, mi familia es religiosa y pepera, franquistas a tope

Alberto dijo...

Sólo fui una vez al Orgullo. No soy muy dado a la cabalgata. Desde mi punto de vista, la importancia de los valores reside en otras cosas, no en lo externo. Pero es una visibilidad un tanto artificial. Yo no me siento representado en ella. Tenerlos bien puestos no tiene por qué traducirse en disfrazarse y formar una cabalgata. Eso se demuestra de otra forma. No es el disfraz. Lo verdaderamente importante no necesita de adornos. En la sencillez y la normalidad está la elegancia. Yo pienso así.

Carlos Martín Gaebler dijo...

Alberto, tu comentario parece quedarse en lo superfluo. El Orgullo es mucho más que cabalgatas y disfraces. Es una celebración colectiva de la libertad, la igualdad y la visibilidad conseguidas con mucho esfuerzo y mucha lucha por hombres y mujeres en todo el mundo y desde hace generaciones. Con cada semana o día del Orgullo celebramos que somos libres para ser lo que somos. Ahí es nada!

Juanjo Roldán dijo...

El desfile del Orgullo Gay es una fiesta que suscita que mucha gente aún se pregunte para qué hace falta, qué significa eso del orgullo gay, y lo que es peor, por qué los heterosexuales no tienen su día del orgullo. Cuestiones que quedan suficientemente zanjadas en el documental THE BEST DAY OF MY LIFE, un filme seguramente no muy estricto en sentido pedagógico e histórico, pero sí muy valioso en su cometido de hacer visibles los anhelos y ambiciones de quienes únicamente quieren vivir su vida con felicidad.

Roberta Marrero dijo...

Defiendo lo reivindicativo, pero también el desmelene y ese punto hedonista que rodea al colectivo. Hay mucha gente a la que le parece muy bien la reivindicación, pero después añaden una coletilla como: "¿Y es necesario hacerlo en tanga?". Y yo pregunto: ¿Es necesario que los heteros se pinten la cara con banderitas y vayan a celebrar a Cibeles o a las calles? Cuando lo hacen ellos, es normal. Si lo hacemos nosotras, un exceso. Se nos pone en tela de juicio cuando nos soltamos la melena y eso es LGTBfobia. La visibilidad escuece en algunos sectores de la sociedad. Cuanto más visibles somos, más violencia generamos. Hay mucha gente que se piensa que ya vivimos en un oasis y eso no es verdad. Hay que seguir luchando. El aburguesamiento del colectivo no solo me parece que no es deseable sino que considero que es peligroso: te hace olvidar que eres una minoría.

Borja Mondeyork dijo...

Nadie debería estar orgulloso de ser gay, hetero, trans o lo que sea. La opción sexual debería ser algo natural y admitido. Y no debería ser necesario exhibirla, sino disfrutarla y aceptarla. No tiene mérito ser como se es por naturaleza, y no debería ser ningún demérito.

Carlos Martín Gaebler, PhD dijo...

El comentario de Borja precisa de algunas matizaciones. Si bien es obvio que ser homo o hetero no es ningún merito ni ningún demérito, pues son circunstncias naturales, y por tanto no deben ser motivo de orgullo ni exhibición. Sin embargo, la orientación sexual NO es una opción, sino que viene de fábrica. A ningún niño o niña se le ofrece la opcion de elegir su color de ojos ni su orientación sexual. En segundo lugar, como ya expliqué en su momento, no es lo mismo ser homosexual que ser gay. Una persona que nace homosexual debe recorrer un durísimo camino para hacer frente a insultos, humillaciones, homofobia institucional y religiosa, etc. para llegar a aceptarse como un gay normal y libre. Y le puedo asegurar que arribar a la meta de la liberación y de la aceptación de la homosexualidad como un hecho normal SÍ es motivo de orgullo y de celebración un día al año, igual que los franceses celebran con lógico orgullo cada 14 de julio la libertad, igualdad y fraternidad que obtuvieron tras realizar su revolución social. Por tanto, equiparar ser hetero con ser gay es un lugar común que no procede establecer, pues ningún hetero necesita esforzarse de por vida para serlo ya que no vive en una sociedad hostil a su naturaleza sexual.

Ruth Toledano dijo...

Ser gay significa la exaltación de ciertos valores, empezando por defender el amor y fomentar la alegría, el baile, la participación, la libertad: valores de incontestable valor municipal. Ser gay, además, es municipalmente necesario porque supone estar comprometido contra el machismo, contra la xenofobia, contra el maltrato, contra la represión, contra la censura, contra el sufrimiento impuesto, contra la segregación. Ser gay significa tomar conciencia de la necesidad de un mundo mejor, una ciudad más justa, más compasiva, más valiente, más generosa, moderna, cosmopolita, laica. Ser gay significa entender que todas estas ilusiones son pretensiones políticas, y pretender que sean representadas por políticos que las entiendan.

Miguel Poveda dijo...

Estoy de acuerdo con el actor Eduardo Casanova en que el homosexual que no sale del armario no ayuda a cambiar el mundo. Respetando la libertad de expresión de cada uno, pienso que es bueno que las personas que tenemos una imagen pública reconozcamos nuestra opción sexual para que otros puedan asumir de la mejor manera su homosexualidad y así ayudarles a verlo con normalidad. Los jóvenes que viven en pueblos lo pasan muy mal, sufren mucho y hay que ayudarles a cambiar esa mentalidad.

R.G.G. dijo...

Yo no estoy de acuerdo con el día del orgullo, no por el hecho de que sea un día de reivindicación, eso lo entiendo y eso está fenomenal, sino que es más bien por cómo se organizan las marchas. Personas ligeras de ropa marchando por ahí, y luego diciendo que eso es un comportamiento normal y pidiendo respeto... nope, no son formas. Eso más bien lo que hace es seguir segmentando, dividiendo a la sociedad en lugar de unirla, y terminan metiéndonos a todos en una misma bolsa, cuando no debería de ser así.

C dijo...

Un análisis impecable y claro. Lo difundo.

Anónimo dijo...

Bien puestos, sí señor. Reforzando su bien razonado discurso.

JAVIER AMBROSSI dijo...

Las personas LGTB crecemos desarrollando una personalidad falsa, para que no nos vean, para que no nos peguen, para que no nos insulten, para que nos quieran. Entonces el Orgullo representa justo lo contrario, exponerse, salir, celebrar. Por eso me duele tanto que haya gente que quiere señalar el Orgullo como una fiesta sexualizada, o como algo que debería estar fuera de los ojos de los niños, porque es fundamental, porque es la fiesta de los que no éramos invitados a la fiesta.

RSSM dijo...

Con respecto a este mensaje, me ha costado acomodar las ideas. La sociedad es una mierda, la verdad pienso que si la diversidad se hubiera visto de manera "normal", en mi caso no hubiera pasado por un cerro de mierda en mi infancia y adolescencia, pero al final uno comprende que es necesario para ser quien es. El mes del Orgullo no solo representa a las personas que marchan, representa a las personas que por ser diferentes no pudieron disfrutar y ser libres. Cuando se trata de ocultar o tapar situaciones de este tipo solo se logra sufrimiento para nosotros, hay una frase que me gusta mucho "Aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo.". Me parece muy triste que todos asuman que sos hetero y si no es así tienes que salir de un closet en el cual la sociedad te metió. La marcha del Orgullo es más que salir y sentirse representado, la marcha es un movimiento que busca eliminar la heteronormatividad y busca la tolerancia entre grupos.

Carlos Martín Gaebler, PhD dijo...

¿Por qué a los maricas de derechas parece que les da alergia la libertad? Siempre echan mano de alguna excusa para no acudir al Orgullo. Primero decían que si no me identifico con esas ordinarias locazas subidas en carrozas que no me representan, luego que es que dejan las calles hechas un asco, y ahora que si es un acto “ideológico”. Curiosamente, quienes no se dejan ver por el Orgullo son los mismos que tampoco muestran su rostro en el Grindr. Aquí, lo único elegible y, por tanto, ideológico, es la ideología de la ocultación. A nadie se le obliga a que salga del armario, pero sí se espera que, por dignidad, se acepte como es y no contribuya a difundir odio.

Luis García Montero dijo...

El orgullo LGTB tiene más que ver con la resistencia y la solidaridad que con la soberbia... El orgullo que tomará las calles de Madrid el próximo día 9 de julio no tiene que ver con la prepotencia, sino con la reivindicación de que el bien común sólo es posible con el respeto a la diversidad. Y más aún: la certeza de que el respeto al bien común necesita identidades libres que se reúnan, se reconozcan y se abracen. No sectarismos que se uniformen para fragmentar la convivencia.

SCHWULISSIMO dijo...

Genau, Schwul ist man nicht, das hat man sich hart erarbeitet!

Boti G. Rodrigo dijo...

El Orgullo es un lugar simbólico. Un espacio donde el colectivo LGTB+ se siente representado. Es el día de la lucha, pero como la vivimos nosotros, con alegría. Mi colectivo ha sido perseguido, maltratado y asesinado. Seguimos siendo atacados y, sin embargo, no dejamos de sonreír con la esperanza de que todo eso se va a superar. Eso es el Orgullo: luchar con la alegría de saber que vamos a cambiar el mundo El orgullo es el instrumento del que nos hemos servido para conseguir derechos.

David Hernández dijo...

¿Derechos humanos los derechos LGTB? El respeto, la integridad física y lo más importante la LIBERTAD, sí que son DD. HH. No hace falta agruparlo en una bandera y/o colectivo. No me gusta la palabra antifascista.

JM dijo...

Dice Santiago Abascal, líder del partido de ultra derecha VOX, que él no celebra el 28 de junio porque es heterosexual, y porque hay muchos homosexuales que no celebran este día.
Jajajaja. Te digo una cosa, yo tampoco lo celebro; a ver, lo respeto, pero no voy por ahí con los abanicos, los trajes de lentejuelas y con plumas pegadas.