12 mayo 2024

España entre sol y sombra


Por MANUEL VICENT

El País, 12 de mayo de 2024

Al matador de toros se le llama diestro porque su oficio se basa en la destreza, no en el arte, a menos que se llame arte al hecho de matar al toro sin degollarlo y acertar con el descabello a la primera. Eso también lo hacen los buenos matarifes en el matadero y nadie les llama artistas. La corrida posee una estética singular que se apoya en la crueldad con que se trata a un animal. Sobre esto no hay discusión. El festejo taurino termina siempre convirtiendo la belleza del toro en un estofado sangriento. A algunos españoles les gusta, pero a la inmensa mayoría no les gusta. El taurino no ve la crueldad porque, debido a la costumbre, contempla esta tortura como algo natural y necesario para la lidia, hasta el punto que puede bostezar mientras sucede la carnicería; en cambio, el antitaurino, al comprobar que con el primer rejón la sangre del toro le llega hasta la pezuña, se niega a seguir y deja las verónicas y los pases de pecho para quienes se los quieran tragar. Ortega y Gasset decía que sin la fiesta de los toros no se podía entender la historia de España. Cierto. Tampoco se podría entender sin la Inquisición, sin el hambre y el analfabetismo secular, sin el grito de ¡vivan las cadenas!, sin el bandolerismo, sin la pareja de la Guardia Civil decimonónica, cuya silueta con el capote, el tricornio y el fusil naranjero al hombro causaba pavor en los caminos polvorientos de aquella España negra. Quede claro que Goya era antitaurino y en el Guernica de Picasso alienta una inspiración goyesca porque en el fondo ese cuadro es una tauromaquia unida a los desastres de la guerra. Hasta hace poco la afición a los toros no tenía ideología. Siempre ha habido taurinos de izquierdas y de derechas, solo que hoy la fiesta, ya en plena agonía, ha sido asumida por la derecha castiza como un arma de ataque y resistencia política a cara de perro. Llega San Isidro y en la plaza de Las Ventas empieza la hecatombe con un ruedo ibérico partido en dos, como el país, en sol y sombra.

1 comentario:

Sergio C. Fanjul, El País dijo...

El toreo es parte de la cultura española, pero el pensamiento antitaurino también. Este debate tiene arraigo en la historia: argumentos a favor y en contra se han enfrentado a través de los siglos.
El debate sobre los toros sigue en el aire. Según una encuesta de Electomanía de 2023, un 45% de los españoles piensa que las corridas de toros se deberían prohibir; un 24% que debería fomentarse, y un 30% que no deberían prohibirse ni tampoco fomentarse.