19 agosto 2022

El infinito en un junco, por IRENE VALLEJO


Leer es escuchar música hecha palabra. Es cercanía y extrañeza. Es a veces hablar con los muertos para sentirnos más vivos. Es viaje inmóvil. Es una maravilla cotidiana. En tiempos de reclusión, hemos comprobado que los libros amansan la ansiedad y nos regalan lejanías. Hoy valoramos -quizá más que nunca- el papel que desempeñan en nuestras vidas zarandeadas por la tormenta y el desconcierto. A lo largo de los siglos, estos cofres de palabras han sobrevivido a guerras, dictaduras, sequías, crisis y catástrofes. En ellos, las utopías esperan días más propicios. Una y otra vez, nos ofrecen en sus páginas -como brazos abiertos- las ideas, las historias y los cuentos que necesitaremos para escribir el mañana... Este es un libro salvado por la bondad de los desconocidos. (Irene Vallejo)

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