Libertad para ver matar a seis toros (algunos con nombres como Feminista o Nigeriano) como espectáculo. Libertad para tomarse unas cañas en la barra de un bar sin guardar las distancias. Libertad para dejar el aire acondicionado encendido al dejar la habitación del hotel o el apartamento alquilado. Libertad para contaminar conduciendo por la Gran Vía. Libertad para aparcar un vehículo de gran cilindrada donde les plazca. Libertad para poder llevar corbata en verano. Libertad para adoctrinar en la superstición a niños y niñas. Libertad para matar a 26 millones de rojos por hijos de puta. Libertad para seguir denominando ejército nacional al ejército sublevado (contra la democracia). Libertad para decirle al adversario que se largue. Libertad para negarse a compartir la memoria colectiva. Libertad para hacer chistes de mariquitas. Libertad para agredir o asesinar al grito de maricón de mierda. Libertad para no participar del Orgullo. Libertad para quedarse sin argumentos. Libertad para destrozar la convivencia. cmg2021
5 comentarios:
Salud y libertad, Carlos, pero la libertad de toda la vida; no esta falsa libertad que tan bien describes.
Ya veréis qué bonito será vivir a la madrileña cuando vayas al hospital y, en vez de pedirte la tarjeta sanitaria, te pidan la de crédito.
La tauromaquia no es más que una forma de asesinato avalada por el Estado y ejercida por un puñado de hombres cobardes que, al someter al diferente —inferior, dirían ellos—, se sienten menos frágiles en su tóxica masculinidad. La tauromaquia es el opio del misógino. Pan y machismo.
Por desgracia, la parte mayoritaria de la izquierda no entendió la nueva situación [tras la pandemia]. No era cierto que no existiera contradicción entre salvar vidas o mantener los negocios/empleos, por lo menos a corto plazo. Y el PP capitalino escogió lo segundo, sobre todo porque los que se morían eran los viejos, que ni trabajan ni mantienen los negocios, salvo excepciones. Ante la brutalidad de la opción había que vestirla de alguna manera, y se escogió la más falsa, populista y demagógica, pero efectiva: la "libertad", como otras veces se elige a la "patria". "Libertad frente a socialismo…. luego comunismo". Es decir, el concepto de libertad reducido a su versión más pedestre y elemental: poder tomar cañas e ir de copas, la "cultura del botellón", moverse y consumir, como si todo eso no se pudiese hacer igual en una dictadura. Cuidado con el sentido de la libertad/ liberalismo que se está abriendo paso en España y en otros lares. Una auténtica regresión al viejo adagio de "dejar hacer, dejar pasar, el mundo camina por sí mismo", origen de todos los desastres de las últimas décadas. El "no me diga lo que tengo que hacer", ¿tampoco que es malo fumar o drogarse o no vacunarse? O bajar los impuestos como todo programa político, pues "el dinero está mejor en el bolsillo de la gente", aunque ello suponga que la mayoría de la gente no tenga un duro en el bolsillo para disfrutar de una sanidad, educación o pensión decentes, salvo que se las proporcione el Estado vía impuestos.
Me ha gustado mucho este último post. Escribir es la mejor forma de soltar la rabia. Gracias por escribirlo y compartirlo.
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