Por AGUSTÍN RIVERA
El confidencial, 22/11/2018
Antropólogos y
especialistas en la imagen de la comunidad andaluza explican
por qué persisten
estos tópicos y estereotipos dos siglos después
¿La Rioja? Bodega. ¿Baleares?
Islas alquiladas a Alemania. ¿Andalucía? ¿Qué era Andalucía en ese chiste que
circulaba en los primeros años del milenio en los 'e-mails' de la época? Pues sí:
¿Andalucía? Patio de recreo.
Madrileños que toman el
AVE en Atocha rumbo a Sevilla a pasar unos días en la Feria de Abril y ellas se
ponen el traje de faralaes (no, no: se dice de flamenca o gitana: de faralaes,
nunca). Catalanes de origen charnego que van a la tierra de sus padres en
Semana Santa y de paso se toman unos espetos de sardinas en Pedregalejo o una
tortillitas de camarones en Sanlúcar de Barrameda.
Extranjeros y
nacionales saben que Andalucía es un buen sitio para vivir. Los andaluces más
chovinistas aseguran que es el mejor, incluso. Lo que todos saben (locales y
foráneos) es que la fiesta, el Rocío, la Semana Santa, la Feria de Abril (o la
de Málaga o Jerez), el pescaíto frito… y también la Andalucía subvencionada, el
PER y “lo vagos que son los andaluces” son marca Andalucía. ¿Desde cuándo? ¿Hasta
cuándo?
Viajes románticos y Ortega y Gasset
Viajeros románticos del
siglo XIX como Merimée, Bizet, Washington Irving y Richard Ford fijaron el
estereotipo. Una tierra admirable no para trabajar, sino para disfrutarla ya
jubilado. También tierra abonada para la hipérbole y el engaño. “Aunque no hay
quien los gane a exagerar, su credibilidad es proporcional y acaban creyéndose
sus propios embustes. Con ellos todo es superlativo o diminutivo”.
Ortega y Gasset
sentó las bases modernas del estereotipo en su ‘Teoría de Andalucía’, publicada
en 1927 en ‘El Sol’ de Madrid. “Permanece fiel a un ideal paradisiaco de la
vida”. La experta María del Carmen Lasso de la Vega, profesora de la Universidad
de Cádiz, recuerda que los Tartessos convirtieron Andalucía en la primera
civilización de Occidente. "La caída de las ciudades del Medievo no tuvo
lugar en esta tierra y, sin embargo, la autonomía llegó por la puerta de atrás,
con el café para todos. Son cuestiones cegadas en las aguas estereotípicas
porque Andalucía interesa".
España se convirtió
en el siglo XVI en el imperio donde no se ponía el sol. El resto de los países
crearon sus estados y no veían con buenos ojos a España. Ya desde ese momento,
la imagen exterior de España se asocia a la de Andalucía. La comunidad entera,
y más en concreto la Bética de los romanos y la capital andaluza, representa a
España más que ningún otro lugar. Esta 'tierra de María Santísima', con el
flamenco y los toros como elementos identitarios.
“Esta situación es
rentable desde el punto de vista político, sobre todo para Cataluña, que
siempre ve a Andalucía como su antagonista. Ellos son los buenos y los
andaluces los malos”, subraya Lasso de la Vega, tras apuntar en otra dirección:
la de que el PSOE “conoce muy bien” Andalucía y el PP “no tiene ni idea y por
eso difícilmente podrá gobernar”.
Esta experta, que
pertenece al Instituto Universitario de Investigación para el Desarrollo
Sostenible (Indess) de la universidad gaditana, tiene muy claro que el PSOE
sabe que Andalucía “no solo es charanga y pandereta”, pero que el partido hegemónico
en la comunidad andaluza podría haber cambiado la imagen de Andalucía y no se
dedicó en profundidad a ello. Política de corto plazo. “Susana Díaz debe ser
consciente de afrontar este reto por encima de los intereses partidistas”. Los
más susanistas consideran que la candidata socialista ha sido, junto al
expresidente Rafael Escuredo, la máxima mandataria de la Junta más andalucista.
"No interesa una mirada crítica"
Isidoro Moreno,
catedrático de Antropología Social de la Universidad de Sevilla, tachó al PSOE
de una especie de PRI mexicano, el partido que pilotó aquel país durante décadas
sin alternancia de Gobierno, y “que mantiene una clientela política y potencia,
de manera falsa, una autoidentificación con lo andaluz. Y es falsa porque
silencia o deja fuera valores importantes de nuestra identidad. No interesa una
mirada crítica sobre nosotros mismos. En los planes de estudios, Andalucía
apenas representa tres párrafos en determinados capítulos. Nos ven solo como
vivero de votos”.
¿Y qué medidas son
necesarias? 1) Para eliminar el tópico, los expertos plantean que hay que
asumirlo y luego eliminarlo. ¿Cómo? 2) Explicando qué ha sido Andalucía y no “incidir
en lo buenos que fuimos", sostiene Lasso de la Vega. Una mirada más hacia
el futuro, el camino que queda por recorrer. 3) Abundar en el concepto andaluz
y no en los localismos que no favorecen nada el sentimiento de unidad. Se trata
de evitar que en Andalucía la mayoría o al menos gran parte se sienta más de su
ciudad o su pueblo que de la comunidad.
Moreno señala el
hecho de que en Sevilla, la ciudad con más habitantes de la comunidad (689.434,
según el padrón de 2017), solo suponga un 13% de la población. “En Andalucía no
existe lo que ocurre en el conjunto del Estado español: que el gigantismo de
una urbe, como pasa con Madrid, París o Berlín, anule al resto del territorio”.
Lasso de la Vega
recuerda que Ortega también dijo que los andaluces “no tenemos más remedio que
ser flojos porque lo tenemos todo”. El profesor Alberto González Troyano
prepara la publicación de un monográfico encargado por el Centro de Estudios
Andaluces sobre ‘La cara oculta de la imagen de Andalucía: estereotipo y mitos’.
¿La pereza como identidad?
Troyano vuelve a
Ortega. Parece inevitable. “De todas las connotaciones que pueden deducirse de
la exposición de Ortega acerca del ideal vegetativo de los andaluces, apenas se
han entresacado las interesantes notas de epicureísmo, felicidad, hedonismo,
exaltación del goce y de la sensualidad, que subyacen tras ese planteamiento. Y
solo se ha destacado una tendencia negativa: la pereza”.
El catedrático
sevillano lamenta cómo rasgos y expresiones de la cultura andaluza se han
vaciado hasta suprimirles su significado interno, tratando de presentar Andalucía
“de una forma unilateral, sesgada e incluso como caricatura”. Moreno adopta el
discurso del caribeño Frantz Fanon, que estudió el “síndrome del colonizado”,
el que padece la región “desde la mitad del siglo XIX, como una especie de
colonia interior dentro de España”.
Sostiene Moreno que
existen intereses no solo políticos y económicos para ofrecer una imagen “reduccionista
y folclorizada” de Andalucía. “Basta caer en la tentación de ver Canal Sur TV,
donde abundan los programas que fomentan el tópico andaluz. No hay que olvidar
que ciertos elementos de la cultura popular andaluza fueron tomados para el
propio maniquí de la cultura andaluza”.
Mujeres muy guapas y hombres informales
"El
estereotipo andaluz es doble: las mujeres son muy guapas y los hombres,
informales. Además del matiz machista, se trata de una imposible categorización
que, sin embargo, ha resurgido con mucha fuerza en los últimos años,
fundamentalmente en la propaganda catalana, que utiliza la imagen de Andalucía
para construir su propia identidad, como ya ocurriera en el siglo XX con la
inmigración andaluza", indica Lasso de la Vega.
“El pueblo andaluz
lleva siglos sometido a una desvirtuación identitaria, muy útil políticamente y
nefasta para los intereses andaluces. Andalucía, ‘la que divierte’, que diría
el cantautor Pepe Suero, sigue cumpliendo esa misma función. La deuda histórica
a Andalucía es mucho mayor de lo que se dice incluso en campaña electoral”.
Mercedes de Pablos
fue, en la segunda década de los noventa, la primera mujer directora de Canal
Sur Radio, entre 1996 y 2000. Ahora capitanea el Centro de Estudios Andaluces,
dependiente de la Junta de Andalucía. Su familia procede de la sierra de
Aracena (Huelva). Su niñez, adolescencia y primera juventud las pasó en Madrid,
pero lo andaluz siempre estaba presente en su casa. Llegó a Sevilla en plena
Transición y se quedó en el sur. Solo su acento muestra que no es sevillana.
“Mi padre era un
gran lector, un andaluz raro, muy ocurrente, pero de los siesos, no de los
graciosos. Mi idea de Andalucía es más próxima a Ganivet y Lorca que a los clásicos
estereotipos”, cuenta. “Hay muchas Andalucías. Está la de Luis Cernuda, pero
también la del cineasta Alberto Rodríguez y la de las películas de ‘El mundo es
nuestro’. Lo que sí creo es que confundimos la alegría con la falta de
seriedad. La capacidad de alegría es lo que te mantiene vivo. El pueblo que
mantiene la curiosidad intelectual y es capaz de organizar fiesta y subvertir
la vida cotidiana”.
Comunidad pobre,
comunidad rica. Para Moreno, si los pobres andaluces siempre han mirado a
Barcelona y los ricos andaluces a Madrid, ¿quién ha mirado a Andalucía? De
Pablos critica que la imagen que se exhibe de Andalucía sea en realidad de una
guerra de pobres. El contrato en Navantia de la Bahía de Cádiz es una buena
prueba. “Hay mucho clasismo con Andalucía y no reconocer su capacidad de
vanguardia. El problema también radica en que hace 40 años, con pueblos con
bajos niveles de escolarización, sus clases dirigentes eran ágrafas y no muy
productivas. La burguesía también ha alimentado esa imagen”.
La exdirectiva de
la RTVA no entiende cómo en Andalucía “viene un madrileño con faroles y enseguida
se lo compramos”. Mercedes de Pablo no entra en si el canal autonómico fomenta
los tópicos. “Todos los medios, no solo Canal Sur, deberíamos hacer un examen
sobre la calidad de los contenidos. Tienen que existir programas de
entretenimiento y yo prefiero ver a los mayores en un programa así [el de Juan
y Medio, que se emite todas las tardes de lunes de viernes] en vez de que estén
entristecidos". En Canal Sur TV abundan los programas de folclore y copla.
Apenas hay programas educativos y culturales.
La leyenda negra andaluza
Alberto Egea es
profesor de literatura comparada de inglés y español en la Universidad Pablo de
Olavide de Sevilla. Ha vivido 12 años en Estados Unidos. Estudió el doctorado
en la Universidad de Miami y enseñó en la Universidad de Minnesota (Indianápolis).
“Una vez que se consolida el estereotipo, es difícil cambiarlo. Es más, se
anquilosa y fosiliza. Y a cambiar esta imagen no colaboran ni la Junta ni Canal
Sur. ¿Por qué no se ha reimaginado una Andalucía posmoderna como sí ha ocurrido
en Cataluña o la Comunidad de Madrid?”.
La malagueña María
Elvira Roca Barea, autora del superventas ‘Imperofobia y leyenda negra’
(Siruela), disecciona cómo el mundo funciona “con estereotipos” y que eso “forma
parte del sistema de construcción mental del conocimiento”. “Lo que extraña”,
explica, “es la permanencia de determinados clichés. En Andalucía, estos son
una creencia del siglo XIX y vienen a quedarse en lo referente a lo exótico, lo
raro, lo africano, y corresponde totalmente a la versión de la leyenda negra
que manufactura el liberalismo”.
Según Barea,
Andalucía se ha considerado un territorio no enmarcado dentro de la cultura
occidental, y sí con “falta de iniciativa y talento para la gestión económica;
una sociedad atrasada y ruralizada. Se busca en la realidad aquello que se
adecua a la imagen ya concebida y aprendida; y se elimina aquello que no cuadra”.
Ejemplifica Roca el
caso de Málaga, asociada a la imagen de sol, playa, boquerones y chiringuitos,
y en la que no se la considera como líder europeo en turismo de salud. “¿Quién
piensa que Alicante es una potencia en robótica e inteligencia artificial?
Hemos aprendido a visualizar lo que culturalmente nos han enseñado. Eso es un
problema grave”.
Sobre la Junta de
Andalucía, resalta: “En líneas generales, las comunidades cultivan el ombliguismo
folclórico, narcisista y endogámico, y eso no es bueno para nadie. Y las
cadenas de televisión autonómicas han traído más problemas que beneficios”.
Satisfacción y comodidad
Y es que en este
sur que es tan grande como Portugal, bañado por un océano y un mar a 14 kilómetros
de África, sigue funcionando lo que el sociólogo Manuel Pérez Yruela acuñó como
“la paradoja de la satisfacción”. Otro estereotipo más. Satisfacción por el
desarrollo de Andalucía si se compara con el resto de España. Satisfacción por
el Estado de bienestar o la propia satisfacción personal.
Ya en 1972 lo
advertía Antonio Burgos en su ‘Andalucía, ¿tercer mundo?': “Creerse que Andalucía
es lo mejor del mundo, lo más perfecto y bello, el ombligo del universo, será
lo que por los siglos mantendrá a los andaluces en su atraso”. Y claro, con
fiesta, pescaíto, Feria, Semana Santa, ¿hay que irse a vivir a otra parte? Es
el drama.
El estrés, los
atascos, las jornadas duras de trabajo también son realidad cotidiana de
Andalucía, pero se remarca (dentro y fuera) lo lúdico, las horas de sol, la
'cervesita' del aperitivo. Una más, por favor. Que sean dos. Y risas, guasa,
gracia, chistes. Andalucía sigue anclada en ese estereotipo del patio de recreo
que sin duda es veraz y el más visible, pero acaso no es el más aproximado.
Estos tópicos que lastran su despegue e incluso su credibilidad y fortaleza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario