"Una laicidad bien entendida es, ante todo, una doctrina de concordia civil en el interior de los Estados, así como en las relaciones interestatales; es también una doctrina que protege al individuo de la dictadura del conformismo y de las presiones psicológicas que pueden ejercer sobre él los notables y dirigentes de su comunidad religiosa o étnica; es, además, una doctrina destinada a preservar la integridad de la religión y de los valores espirituales, resguardándolos de las manipulaciones de los políticos en la competición por el poder, al tiempo que preserva la integridad del Estado de las manipulaciones de los religiosos".
Definición del maestro politólogo libanés Georges Corm, aportada en su conferencia "Globalización y comunitarización del mundo: ¿Cuál es el futuro de la laicidad", 2006
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