La canción L'estaca, del cantautor catalán Lluís Llach, es un himno de resistencia y esperanza que ha trascendido su contexto original. Escrita en 1968, durante la dictadura de Franco en España, la letra utiliza la metáfora de una estaca a la que todos están atados para representar la opresión y la lucha por la libertad. El abuelo Siset, personaje central de la canción, dialoga con el narrador, instándole a unirse al esfuerzo colectivo para derribar la estaca, símbolo de la represión. La repetición del estribillo 'Si estirem tots, ella caurà' ('Si tiramos todos, ella caerá') refuerza la idea de que la unión hace la fuerza y que la persistencia es clave para superar la adversidad.
A pesar del paso del tiempo y del desgaste físico que representa el esfuerzo constante, la canción transmite un mensaje de resistencia inquebrantable. La estaca, aunque podrida y a punto de caer, sigue en pie debido al peso de la opresión, simbolizada en la dificultad de Siset para mantener la lucha. La canción termina con una nota de continuidad generacional, donde el narrador, a pesar de la ausencia del abuelo Siset, sigue cantando y transmitiendo el mensaje de resistencia a las nuevas generaciones que pasan por el portal.
L'estaca se ha convertido en un símbolo de lucha y esperanza en diversos contextos, no solo en Cataluña o en España, sino en todo el mundo, y forma ya parte de nuestra memoria democrática. La canción ha sido adaptada y cantada en múltiples idiomas y situaciones, convirtiéndose en un himno universal de la lucha contra la opresión y la búsqueda de la libertad. La obra de Llach, con su estilo musical que combina elementos del folk, la canción de autor y la música mediterránea, sigue inspirando a quienes buscan un mundo más justo y libre.
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En marzo del año 1977, Lluís Llach hizo una gira de ocho recitales por Andalucía: dos en Granada (días 2 y 3), uno en Málaga (día 4), dos en Córdoba (días 5 y 6) y tres en Sevilla (días 7, 8 y 9). Tras sus primeros recitales en Granada y Sevilla (Teatro Lope de Vega), la entonces autoridad gubernativa (aún franquista) suspendió el resto de los conciertos contratados porque los censores de la policía encontraron subversivos los gritos por la libertad, la amnistía para los presos políticos, y contra el régimen monárquico heredado de la dictadura, que se profirieron al final de los mismos. Tras cantar todos los asistentes “L’estaca” junto al cantautor, se llegó a corear incluso el “España mañana, será republicana.” Casi 50 años después, aquellos dos recitales se revelan como momentos históricos de nuestra memoria democrática.
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