Un ciclista es un desastre para la economía de cualquier país. No compra automóviles y, por consiguiente, no solicita créditos al banco para comprarlo. No paga pólizas de seguro. No compra ni consume combustible, no debe hacer frente al mantenimiento del coche ni a las reparaciones que surjan. No paga por estacionar ni por una plaza de aparcamiento. No causa accidentes graves ni costosos. No requiere carreteras de varios carriles.
Las personas que utilizan la bicicleta como medio de transporte son sanas y están en buen estado físico. Esas personas no compran medicinas. No van a hospitales ni a médicos con tanta frecuencia. No necesitan acudir a nutricionistas ni someterse a costosas dietas.
En resumen, los ciclistas no aportan nada al PIB de un país. Por el contrario, cada nuevo restaurante McDonald’s crea al menos 30 puestos de trabajo, además de dar trabajo indirectamente a 10 cardiólogos, 10 dentistas, 10 expertos en nutrición y, obviamente, los puestos de trabajo para las personas que trabajan en el restaurante.
PD: Caminar es aún peor. Ni siquiera compran bicicleta.
Félix Talego Vázquez, profesor de Antropología de la Universidad de Sevilla
No hay comentarios:
Publicar un comentario