29 septiembre 2022
No hay pensamiento sin tiempo para pensar
21 septiembre 2022
Museo Virtual de la Guerra Civil Española
El primer museo sobre la Guerra Civil española es virtual y está alojado en Canadá. Un grupo de académicos, historiadores, arqueólogos y especialistas en humanidades han lanzado, tras cinco años de trabajo, una institución digital para acabar con un “déficit de historia pública.” Tras cinco años de trabajo y con la aportación de 20.000€ por parte del Gobierno de Canadá, nace el Museo Virtual de la Guerra Civil Española, el primero dedicado a este “evento crucial del siglo XX”, como reza la portada del sitio web. El proyecto ha sido creado por los académicos Antonio Cazorla y Adrian Shubert, junto con otros investigadores como Alison Rivero de Meneses, Sofía Rodríguez, Jesús Espinosa o Alfredo González-Ruibal.
Además de la aportación de Canadá, que proviene de sus presupuestos para el área de investigación, han logrado reunir otros 20.000 euros de varias instituciones, como la York University (Toronto, Canadá) y la Trent University, que mantendrán durante los próximos diez años el alojamiento y actualización de la web del museo.
La embajada de España en Canadá contribuye con 2.000 euros que servirán para sufragar el diseño gráfico del museo. Cuentan los creadores del museo que lo más difícil ha sido conseguir los derechos de las imágenes para publicarlas y aquí han ayudado tanto el Archivo General de la Administración (AGA) como el Centro Documental de la Memoria Histórica, en Salamanca. ¿Ha colaborado la Secretaría de Estado de Memoria Democrática en el proyecto? “Existe la promesa de apoyarlo con la traducción a otras lenguas del Estado”, responde el historiador Antonio Cazorla. El museo es accesible en inglés y español, de momento.
La imagen con la que recibe al visitante es la desgarradora fotografía de la mujer llorando a los pies del cadáver de su marido, asesinado por el bombardeo franquista sobre la ciudad de Lleida. A Cazorla le parece oportuna para señalar las contradicciones de esta guerra civil, porque el hombre fallecido era favorable al golpe de Estado. “No queremos glorificar la guerra, sino contar la miseria”, dice por teléfono desde su despacho en la Universidad de Trent.
La foto es un icono revelador sobre el punto de vista del museo, que podría tener un reflejo en el Museu Memorial de l'Exili, en La Jonquera, cuyo objetivo es difundir la memoria y el legado de las personas que tuvieron que huir del franquismo y de “la diáspora catalana contemporánea”. Sin embargo, no hay institución dedicada al repaso pormenorizado de aquellos acontecimientos que avanzaron el desastre del siglo XX. Reconoce que han puesto en marcha el museo virtual porque no existe en España un museo “de ladrillo” dedicado a contar la Guerra Civil. “En el Estado español no ha existido ningún interés por contarla”, dice. Lamenta esta situación y la compara con Francia, donde Cazorla ha contado hasta un centenar de museos dedicados a reconstruir el relato de la II Guerra Mundial.
Lenguaje directo
De momento, podrán consultarse 130 entradas sobre el comienzo de la Guerra Civil y desarrollo del conflicto, las retaguardias, la vida cotidiana en el frente, el contexto internacional y la memoria histórica. Cada una de ellas incluye fichas en las que se explica, por ejemplo, el avión Dragon Rapide, el avión alquilado por el banquero Juan March para transportar a Franco hasta Tetuán y poner en marcha los planes que desencadenarían el golpe de Estado y levantamiento militar contra la República. También hay imágenes sobre la represión, objetos, la vida en las trincheras, las tropas rebeldes y un largo etcétera. Para la segunda fase de crecimiento del museo se incluirá un capítulo dedicado a las causas de la Guerra Civil, el papel desempeñado por la mujer o los paisajes de la guerra.
La intención es profundizar en el conocimiento y divulgación de los estudios secundarios sobre la guerra, apoyándose para contextualizarlos en documentos y artefactos, conservados en el depósito español más grande, el AGA. “La Guerra Civil española (1936-1939) fue un acontecimiento definitorio de la historia de España y uno de los eventos seminales del siglo XX. A pesar de su importancia y de la inmensa literatura académica dedicada a su conocimiento, tanto en España como a nivel mundial, las formas en que se ha comunicado la guerra civil al público español e internacional han sido, en general, muy polémicas”, explican los organizadores del museo compuesto por un equipo internacional, multilingüe y multidisciplinario de historiadores, arqueólogos, académicos de estudios culturales y especialistas en humanidades digitales.
“Es un proyecto al margen del relato oficial. Parte de la sociedad civil, en colaboración puntual con instituciones, que aportan dinero o derechos de imágenes. El enfoque del museo es desde la historia social y cultural”, indica Cazorla, aunque también se cuentan algunas de las batallas más importantes de la contienda.
Déficit de historia pública
Cazorla cree que en España “hay un déficit de historia pública”, que es la historia dedicada a formar al público. “El problema es que nuestra historia pública carece de un relato para el público. Eso es lo que quiere cubrir este museo”, dice. “Lo habitual es que se cuente la nación como víctima y heroína, pero no como nación bellaca. Por eso, los museos sobre guerras civiles son tan escasos. Por eso, hemos tratado de construir un espacio que el Estado español se ha negado a construir. Ni la izquierda ni la derecha se han atrevido a hacer la propuesta. Una prefiere refugiarse en la memoria y la otra, en que se reabren las heridas”, añade Antonio Cazorla desde Ontario (Canadá), donde desde hace más de una década ejerce como catedrático de Historia Contemporánea de Europa.
Un pañuelo bordado con los colores de la República. |
La misión declarada del Museo virtual de la Guerra Civil española es sintetizar la erudición más actualizada sobre la contienda y sus secuelas a largo plazo. También pretende evaluar los documentos en poder de las instituciones asociadas para su análisis y exhibición. Y montar una exhibición que combine síntesis académica y fuentes primarias de una manera que atraiga a un amplio público internacional. Son objetivos que insisten en reforzar la idea de “historia pública” que, sin renunciar a la calidad del contenido se esfuerza por comunicar. Porque, como dice Cazorla, “en España hay muchos lugares sin memoria y muchas memorias sin lugar”.
Un museo para leer
Entre los objetos que han rescatado de momento, y que irán creciendo, llama la atención un pañuelo bordado con los colores de la bandera de la Segunda República. Los investigadores que han escrito las fichas explican a partir de este caso el legado de los símbolos de represores y víctimas. Apuntan que la memoria de la Segunda República se ha desvanecido ante la de la guerra civil y la dictadura. “El cine y la literatura españoles, que se han centrado poderosamente en recuperar a las víctimas olvidadas de la Guerra Civil y la dictadura, han tendido a presentar a la Segunda República como un simple preámbulo para la acción, por ejemplo, en La lengua de las mariposas, de José Luis Cuerda, o en Belle Époque, de Fernando Trueba”, puede leerse en el museo.
Este museo virtual también es un ejercicio de contrapropaganda, en el que se aclara que, desde la más inmediata posguerra, las iniciativas de memoria de la dictadura reforzaron la victoria de Franco y descalificaron a los vencidos de cualquier presencia en el horizonte de la memoria nacional. De ahí se ha llegado al estado actual del Valle de los Caídos, en origen planeado para glorificar a los muertos de los rebeldes y transformado para contener los caídos de los dos ejércitos. “Es un monumento que nunca ha sido neutral y sigue siendo foco de una muy justificada polémica”, puede leerse en el museo. Tampoco elude la situación de la recuperación y dignificación de algunas víctimas de la represión franquista, “enterrados en fosas comunes o agujeros junto a las carreteras desde los años del conflicto, aunque muchos lugares están aún por excavar”.
17 septiembre 2022
Teoría del ciberarmario (o la curiosidad mató al "hetero")
- Heterosexualidad no es sinónimo de masculinidad, ni homosexualidad lo es de afeminamiento.
- La heterosexualidad NO aumenta la masculinidad.
- Creerse más hombre que otro por tener sexo con mujeres es propio de machistas. El supremacismo sexual es consustancial al macho.
- La nueva masculinidad no reside en la testosterona ni en la entrepierna sino en la inteligencia emocional y en la afectividad.
10 septiembre 2022
SEMIÓTICA DE UNA IMAGEN: Los buenos libros
Dedicado a Irene Vallejo
SE LEE EN 1 MINUTO
Aunque pudiera parecer lo contrario, esta calle no fue rotulada a propuesta de la Asociación de Abogados Cristianos, guardianes de la ortodoxia reaccionaria. El rótulo en cuestión está colocado, desde tiempo inmemorial, a escasos metros de la salida de un colegio religioso, en el centro de una ciudad muy santa y muy beata de este Estado, supuestamente aconfesional, llamado España. Pero, ya se sabe, quienes adoctrinan son siempre los otros.
Me pregunto si esos buenos libros se refieren a libros de texto edificantes contra el machismo o la homofobia en las escuelas; o a manuales divulgativos de la diversidad afectivo-sexual y los tipos de familia; o a folletos pedagógicos sobre cómo evitar embarazos no deseados o cómo promover una sexualidad sana y segura. Póntelo. Pónselo. Buenos libros para la buena educación cívica. Quiero pensar que sí, pero no las tengo todas conmigo. cmg2022
05 septiembre 2022
DARK: por qué la serie de ciencia ficción de Netflix se ha convertido en un fenómeno cultural
Por JORGE LOSER, xataca.com
La serie alemana ‘Dark’ (26 episodios en tres temporadas) ha ido creciendo en popularidad lentamente hasta llegar a ser considerada la mejor serie original de Netflix, superando a ‘Stranger Things’ en una encuesta de Rotten Tomatoes; hasta el 80% eligieron el título como mejor producción del catálogo internacional.
No deja de sorprender que la primera serie original en alemán de Netflix, un producto extranjero y en su idioma local, que lidia con la física cuántica, los viajes en el tiempo y las paradojas, haya superado su condición de apuesta de riesgo para llegar a ser la número uno en el top 10 de la plataforma en numerosos países. Además, 'Dark' es compleja, con muchas implicaciones en sus giros. No es el clásico caso de éxito seguro y se ha convertido en una suerte de fenómeno cultural, quizá por algunos de los siguientes factores.
‘Dark’ no es una serie norteamericana y se nota en su ritmo diferente, más lento, lleno de pausas y con una construcción narrativa que exige atención para entender su juego temporal. Su trama del espacio-tiempo desafía al espectador que va descubriendo todo a la vez que los personajes, con espesas disertaciones del cómo, cuándo y por qué.
Hay algunos puntos en común con Stranger Things, como ciertas subtramas románticas entre adolescentes, pero no es una serie en la que sus personajes jueguen con sus poderes o maten monstruos. El estilo narrativo también es muy diferente. El director Baran bo Odar crea planos sostenidos, montajes con mucha información visual sin palabras, cambiando los puntos de vista entre muchos personajes, épocas y bandos.
‘Dark’ expone temas relacionados con el período de posguerra, la energía nuclear, las secuelas de Chernobyl, la literatura clásica alemana, el cristianismo, y, sobre todo, la mitología griega. La presencia del hilo de Ariadne, dentro del episodio mitológico del laberinto de Creta, establece una similitud entre Martha y Ariadne, que ayuda a Teseo, Jonas, a vencer al Minotauro y luego a salir del laberinto, usando un ovillo para marcar el camino de regreso. Algo que no solo no oculta sino a lo que se hacen guiños con obras de teatro y libros.
Muchos ingredientes han hecho atractiva la serie para millones de personas, pero puede que no haya más gancho que la trama misma. Escrita por Jantje Friese, la serie pasa del misterio de desapariciones, más presente en su primera temporada, hasta dibujar una trama que se mueve entre tres líneas de tiempo explotadas en una historia compleja que implica a Jonas y Martha como personajes principales y un conflicto infinito conducido con viajes en el tiempo.
Los personajes viajan entre distintos periodos del pueblo de Winden y sus acciones en cada visita, deliberadas o no, tienen efectos colaterales que dejan eco a lo largo de las décadas, con algunas complicaciones de impacto. Sin embargo, fue la segunda temporada la que realmente picó a sus espectadores, al complicar aún más la trama, introduciendo parentescos inesperados e impactantes e introdujo una mitología aún más establecida con la rivalidad entre un anciano llamado Adam y otra llamada Claudia, doblando los personajes e hilos de trama hasta tal punto que es realmente difícil seguir a cada uno de ellos sin perder de vista a otros.
Máquinas del tiempo, partículas de Dios y algunos conceptos cuánticos se implementaron con el final de la segunda temporada, cuando se introdujeron realidades paralelas, construyendo una mitología que añadía alternativas a sus ya complicadas paradojas. En un tiempo en el que toda ficción viene mascada y simplificada, puede que el éxito de ‘Dark’ sea una llamada de atención sobre un público eternamente subestimado por muchas multinacionales del entretenimiento.
Uno de los distintivos de ‘Dark’ sobre otras series de es su soberbia fotografía. El trabajo de Nikolaus Summerer no solo ofrece un uso impresionante de la nitidez digital sin perder profundidad y textura, sino que crea una una paleta oscura que añade peso a su atmósfera agobiante, a menudo puntualizada por siniestros golpes de sonido que, especialmente en su primera temporada, acercaban la ficción al lenguaje cinematográfico del horror. ‘Dark’ se guía por el determinismo y la falta de albedrío, lo que conecta con su aspecto árido y crudo.
Todo ello contrasta con las motivaciones de los personajes, normalmente guiados por el amor romántico, paterno o fraternal. Amores no correspondidos, prohibidos y con turbias relaciones familiares entre los Kahnwalds, Dopplers, Nielsens y Tiedemanns. Clanes que proporcionan un culebrón de matices bíblicos que explora la mortalidad, la naturaleza humana, el dolor y la pérdida.
Detalles de cultura popular como la música, el idioma exótico y las actitudes con la que lo expresan los personajes resultan un componente atractivo más eficiente para enganchar a públicos de otros países que los mejores efectos especiales. Hoy las series son un elemento clave de lo global, que une a personas de diferentes edades e intereses con acceso a producciones audiovisuales de muchos países, tradicionalmente más restringidas a un público más conectado con la cinefilia de pequeños circuitos, festivales y exposiciones internacionales. Pero no es solo ese factor, hay temas profundos de la serie que hablan del libre albedrío, que aluden a la mentalidad filosófica teutónica.
Las pistas para el desenlace de ‘Dark’ están integradas en el propio lema de la secta. El fin es el principio, el principio es el fin. Si en las dos primeras temporadas, la serie se dedica a explicar las conexiones de las cuatro familias y su relación en el espacio y el tiempo, la tercera abre las posibilidades con versiones alternativas. Durante los primeros 16 episodios, se insiste en frases como "todo está conectado" pero su conclusión trata de explicar esas conexiones surgidas en las tres temporadas de la serie.
La trama tiene en común, desde el principio, el hilo de Ariadne. Al comienzo vemos a Martha Nielsen interpretando una obra en la que ella es Ariadne, por lo que la temporada final aumenta su importancia en la resolución del problema del laberinto temporal creado por el viaje en el tiempo, y se resuelve si la secta creada por el misterioso Adam, Sic Mundus, tiene sentido. La tercera y última temporada de ‘Dark’ juega en paralelo a la primera, incluso con los mismos diálogos y eventos repetidos en el mundo especular adquiriendo un nuevo significado mientras se encamina a una conclusión que deja gran cantidad de cabos sueltos.
Los episodios, tratan de llenar los vacíos del pasado, pero es difícil satisfacer tantas cuestiones abiertas. Sin embargo, su final es suficientemente definitivo y completo para ofrecer la gran culminación a la historia general que promete. Los ocho últimos episodios son grandes y diferentes y conducen a una solución que opta por simplificar toda la complejidad que ha ido alimentando con cierta coherencia. Pese a que puede decepcionar, hay una visión de un gran plan cuyos creadores han tenido la inteligencia de no alargar, por lo que cada pieza encaja con precisión. Pero el elemento diferencial de ‘Dark’ es que tiene una factura por encima de la media de muchas otras series fantásticas que, si bien están cargadas de efectos especiales, cuando implican elementos de drama juvenil tienden a ser planas e intercambiables, por lo que, salvo casos como ‘Stranger Things’, el nivel a batir es flojo.
Entre toda la cantidad de producción hay de todo, pero muchas series recientes de Netflix son ejercicios rutinarios que hacen que ‘Dark’ destaque sin demasiada dificultad y, esto, hoy por hoy, con más de 180 millones de suscripciones, hace que contenidos de calidad amplifiquen su importancia y resonancia crítica, porque la ubicuidad también crea una nueva necesidad de posicionarse, comentar y participar en el fenómeno. El tiempo dirá si se confirma su condición de clásico de la televisión.
02 septiembre 2022
Semiótica de una imagen: ¿LIBERTAD?
Libertad para ver matar a seis toros (algunos con nombres como Feminista o Nigeriano) como espectáculo. Libertad para tomarse unas cañas en la barra de un bar sin guardar las distancias. Libertad para dejar el aire acondicionado encendido al dejar la habitación del hotel o el apartamento alquilado. Libertad para contaminar conduciendo por la Gran Vía. Libertad para aparcar un vehículo de gran cilindrada donde les plazca. Libertad para poder llevar corbata en verano. Libertad para adoctrinar en la superstición a niños y niñas. Libertad para matar a 26 millones de rojos por hijos de puta. Libertad para seguir denominando ejército nacional al ejército sublevado (contra la democracia). Libertad para decirle al adversario que se largue. Libertad para negarse a compartir la memoria colectiva. Libertad para hacer chistes de mariquitas. Libertad para agredir o asesinar al grito de maricón de mierda. Libertad para no participar del Orgullo. Libertad para quedarse sin argumentos. Libertad para destrozar la convivencia. cmg2021