El humor es el mejor disolvente de la intolerancia y el tribalismo que se generalizan en las redes sociales, y supone también la herramienta más eficaz para poner en cuestión los propios prejuicios. La heterodoxia y la provocación son sus armas y fortalece a cualquier sociedad que se quiera abierta y tolerante. Sana, en definitiva.
Este divertido cortometraje es más educativo e integrador que cualquier veto parental porque demuestra que el amor es más potente que el odio. No debemos dejar que los hijos de padres homófobos también lo sean.
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El humor es el mejor disolvente de la intolerancia y el tribalismo que se generalizan en las redes sociales, y supone también la herramienta más eficaz para poner en cuestión los propios prejuicios. La heterodoxia y la provocación son sus armas y fortalece a cualquier sociedad que se quiera abierta y tolerante. Sana, en definitiva.
Este divertido cortometraje es más educativo e integrador que cualquier veto parental porque demuestra que el amor es más potente que el odio. No debemos dejar que los hijos de padres homófobos también lo sean.
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