25 diciembre 2014
22 diciembre 2014
Bar City, antes Sevilla
Por CARLOS COLÓN
Diario de Sevilla, 22 de diciembre de 2014
… el actual Ayuntamiento de Sevilla parece empeñado en
culminar la tematización del centro histórico iniciado por la anterior
corporación. Sevilla-velador, Sevilla-bar, Sevilla-monumento disecado,
Sevilla-tienda de camisetas, Sevilla-franquicia… Sevilla en venta,
turísticamente prostituida, torpemente explotada… Donde estuvo la librería Sanz
ha abierto otro bar. Se cumple lo que se decía de aquella población que era una
ciudad bravía con mil tabernas y una sola librería. ¡Y si por lo menos fueran buenas
tabernas antiguas! Pero ni eso: franquicias sin rostro, iguales unas a otras, o
negocios montados en dos días que se parecen a esos sórdidos bares que se
improvisan en Semana Santa metiendo un mostrador de publicidad y unas sillas
plegables en un local vacío. Cuando no aparece un arquitecto amigo que
"diseña" uno de esos bares fúnebres de brillante paredes negras,
brillante mostrador negro y brillante suelo negro sobre los que destellan unas
luces azul eléctrico o rosa rabioso, atendidos por camareros de luto riguroso.
Y lo peor es que esto parece imparable. Disecar una ciudad
es tan fácil como hacerlo con un animal muerto. Pero devolverle su vida,
activar su economía para que no tenga que venderse convirtiéndose en un parque
de atracciones arrasado por el tsunami turístico del que desesperadamente
depende, es tan difícil como resucitar al bicho muerto en la mesa del
taxidermista.¿Cosas de viejo pesimista? Tal vez. Pero no todos los
vecinos hartos y todos los transeúntes agobiados deben ser tan viejos y
pesimistas como yo. Que el centro es un casi ininterrumpido bar es una realidad
objetiva. Tanto como que donde estuvo la librería de Tomás y Fernando Sanz,
fundada en 1880 en Sierpes y después trasladada a la calle Granada en 1975, hay
un bar. Otro bar.
03 diciembre 2014
El ombligo de Sevilla
ARTURO PÉREZ-REVERTE
El Semanal - 17/4/2005
María José, la telefonista del hotel Colón, me va a echar
una bronca, como suele, en plan: esta vez se ha pasado varios pueblos, don
Arturo, de Dos Hermanas a Lebrija, o más lejos, a ver quién le manda a usted
meterse con la Sevilla de mi alma. Pero uno debe ser consecuente; y la semana
pasada, al socaire de [la película] Matanza cofrade y la parafernalia blasfemo-judicial que
arrastra cual bata de cola, se me calentó la tecla y prometí hablar hoy de
cultura sevillana. De manera que cumplo, arriesgándome a que me quiten los
premios que en esa ciudad me dieron por la cara, a que el director de ABC -allí
y en Madrid El Semanal sale con ese diario- se acuerde de mis muertos, a que
los amigos dejen de mandarme aceite, y a que Enrique Becerra diga que el
cordero con miel o la carrillada de ibérico me los va a poner la madre que me
parió. Pero uno tiene derecho a hablar de lo que ama. Y el caso, como dije que
diría, es que con la palabra cultura ocurre algo extraño. Cuando la pronuncian,
cinco de cada diez sevillanos piensan en la Semana Santa o la Feria de Abril. A
lo más que llegan algunos es al barroco de las iglesias. Mi compadre Juan
Eslava cuenta lo del turista que va en carruaje por la Alameda, y cuando pasa
ante una estatua y pregunta si se trata de un pintor, un escritor, un músico o
un poeta, el orgulloso cochero responde: «¡Qué va, hombre! Es Manolo Caracol».
Pese a los esfuerzos, casi suicidas, de heroicos paladines
locales por romper la burbuja en que esa ciudad vive ensimismada, el grueso de
los esfuerzos culturales sevillanos pasa por el embudo de las cofradías
locales, estructura social en torno a la que se ordena la vida pública. El
resto es secundario, no interesa. Los museos languidecen, las exposiciones
llegan con cuentagotas -y sólo si está Sevilla de por medio-, las librerías
cierran, las bibliotecas no existen o se ignoran. Si se tratara de una ciudad
donde imperase la modestia, uno creería que ésta se avergüenza de cuanto la
hizo hermosa e inmortal. Pero no es modestia sino egoísmo autocomplaciente,
indiferencia a cuanto no sea arreglarse el Jueves Santo para salir con la
medalla de la cofradía al cuello, a pintarla en la Feria, a tomarse una manzanilla
en Las Teresas o en Casa Román, mirando alrededor mientras se piensa, o se
dice, que Sevilla es lo más grande del mundo, y qué desgracia la de quienes no
nacieron sevillanos.
Siempre que viajo allí me pregunto lo que podría ser esa
ciudad si dejara de mirarse en su espejo autista y se abriera al mundo con la
cultura como reclamo y bandera. Hablo de la cultura de verdad, no de la caduca
soplapollez de diseño que pretenden vendernos políticos y mangantes en busca de
la foto y el telediario del día siguiente, o del folklore demagógico y
sentimental con el que quienes manejan el cotarro pretenden -y lo consiguen
desde hace siglos- llevarse al huerto a la ciudadanía. Hablo de la Sevilla que
va más allá de los retablos barrocos en misa de doce, de los bares de tapas, de
los pasos de Semana Santa, de la Feria de Abril y los carnets del Betis o del
otro, de los apresurados rebaños de chusma guiri que el sevillano necesita
tanto como desprecia. ¿Imaginan ustedes parte de la pasta invertida en
cofradías y casetas de feria, empleada en hacer de esa ciudad un verdadero polo
de atracción, no sólo del turismo, sino de la cultura internacional? ¿Calculan
lo que supondría aprovechar el clima, el fascinante escenario, la abrumadora
riqueza de palacios, atarazanas, lonjas e iglesias, para proyectar la ciudad
hacia el exterior, celebrar conciertos de renombre internacional, organizar
ferias y exposiciones que atrajeran a artistas, críticos y público culto de
todo el mundo? ¿Imaginan una gestión cosmopolita, lúcida y eficaz, de tanto
arte, arquitectura y belleza, con la extraordinaria marca registrada de Sevilla
como argumento? Es desolador que una ciudad así no se haya convertido -la
ocasión perdida de la Expo se esfumó con los mediocres y los catetos que la
gestionaron- en sede anual, bianual, quinquenal o lo que sea, de
acontecimientos culturales que pongan su nombre, a la manera de Venecia,
Salzburgo, París o Florencia, en la vanguardia de la cultura internacional. En
lugar de eso, Sevilla sigue resignada a ser una pequeña ciudad onanista y a
veces analfabeta, que no llora por las cenizas perdidas de Murillo, pero sí
cuando pasa la Virgen; y que emplea el resto del año en discutir sobre si los
arreglos florales de la Esperanza Macarena eran mejores o peores que los de la
Esperanza de Triana.
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Educación para la Ciudadanía,
ilustración
30 noviembre 2014
¡Encubrir también es delito!
Por CONCHA CABALLERO
Eso afirman algunos de los religiosos granadinos indignados
con la actitud del arzobispo Francisco Javier Martínez, a quien corresponde
este glorioso marcador: número de miembros retirados por él de las tareas
religiosas, tres; número de miembros citados por los tribunales de justicia 12,
10 de ellos religiosos y otros dos laicos.
Se autodenominan Club de los Romanones y viven varios días a
la semana juntos, en alguna de sus propiedades o, en otras que la Iglesia
atesora en la provincia de Granada, alguna de las cuales proviene de donaciones
particulares para que esta institución religiosa atienda situaciones de pobreza
o desamparo pero que ellos convirtieron en clubs privados para sus andanzas
sexuales o su disfrute particular. Casi todos ellos son de educación selecta,
con grandes contactos en las escalas más altas de la sociedad granadina. Uno de
ellos pertenece, incluso, a la curia diocesana, el máximo rango religioso de la
Iglesia en la provincia.
Estas alas sociales son las que determinan que el arzobispo
granadino, ante el propio denunciante, insistiera en la idea de que “sólo daba
crédito a la participación de tres religiosos y que el resto podía encontrarse
en una situación parecida a la del propio joven”, algo que humilló al
denunciante y que lo decidió a exponer ante los tribunales ordinarios el crimen
cometido por todos ellos.
Pero merece la pena comprobar su recorrido. El denunciante
tiene ahora 23 años y se ha atrevido, por primera vez, a revelar unos hechos
que empezaron hace casi 10 años, lo que supone una década de silencio, de
intentos de olvido, de asumir en solitario las violaciones de las que había
sido víctima. Silencio total hasta que el nuevo Papa, de nombre español, le
animó a acudir a los tribunales y a romper el silencio impuesto por la propia
iglesia.
En España ha sido excesivo el silencio respecto a los abusos
sexuales cometidos por miembros de la comunidad eclesiástica. La propia Iglesia
ha sido absolutamente hábil en ocultar, desviar y hacer callar los centenares o
miles de casos que se han producido a cambio de unas actuaciones internas que
siempre han sido insuficientes o completamente irrelevantes. Para la Iglesia
española, la autoridad civil en materia de abusos sexuales, ha sido siempre
inexistente. Las jerarquías locales, con alguna excepción, han laminado la
posibilidad de que sus miembros sean castigados por estos crímenes. En algunos
casos, los violadores de niños han sido reconvenidos o censurados; en otras, ni
siquiera eso, han cerrado los ojos ante esta “debilidad humana” difícil de
evitar, en su opinión.
En España y, especialmente en Andalucía, hay muy pocas
denuncias vivas que afecten a la comunidad eclesiástica. El miedo a esta gran
institución y a su poder de persuasión o de disuasión, parecen ser la causa.
Pero este tiempo parece haberse cerrado por parte incluso de su máxima
autoridad, el papa Francisco. Por eso, sería hoy muy conveniente que todas las
personas afectadas por estos delitos los denuncien sin reparos ante las
autoridades civiles. Sólo de esta forma se conseguirá limpiar esta institución
y librarla de su oscuro pasado en este tema tan repugnante. Y, sobre todo, no
dejar solos a quienes, tras muchos años de silencio, se han atrevido a levantar
la voz. El País, 30.11.14 @conchacaballer
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iglesia,
Pedagogía social,
regeneración
26 noviembre 2014
Deprimidos con causa
A pesar del uso continuado del término recuperación, los más
afectados por la crisis no acaban de percibir grandes mejoras en la situación
económica. La recesión pasada —que, medida como caída del PIB, ha sido gravísima—
no solo ha destruido rentas, sino que ha enraizado un malestar persistente en
la percepción de los ciudadanos.
La zozobra y la desesperación se pueden medir. Seis de cada
10 jóvenes españoles (entre 18 y 30 años) se proponen emigrar a otros países en
busca de empleo; tres de cada cuatro considera que las oportunidades laborales
son mejores en el extranjero que en España y 7 de cada 10 asumen que vivirán
peor que sus padres. Este es el retrato de la juventud española, la más
pesimista de Europa junto con la italiana, tal como queda pintado por la
encuesta del Instituto para la Sociedad y las Comunicaciones realizada en seis
países de Europa. Contraste: en Alemania solo dos de cada 10 se propone
trabajar en el extranjero y cuatro de cada 10 pronostica que vivirá peor que
sus padres.
No es difícil rastrear las causas de este pesimismo. Los
jóvenes tienen una tasa de paro que supera el 40%, un drama laboral que solo
tiene parangón en la desdichada tasa de paro en los mayores de 45 años o sin
empleo anterior. La tasa de rotación del empleo, agravada por la dualidad del
mercado (contratos fijos con plenos derechos frente a contratos por días, o por
horas, sin derechos), impide que se renueven las plantillas en buenas
condiciones para los asalariados; y la retribución media de los jóvenes que
acceden a un infracontrato impide cualquier expectativa de futuro, para los
trabajadores y para las empresas.
Quien pretenda ofrecer una recuperación económica de verdad
y no un cliché verbal tendrá que romper esta espiral de fatalidad. El Banco de
España asegura que ya es hora de que las empresas rentables empiecen a subir
los salarios. También es hora de una reforma laboral que acabe con la
precariedad; y de que desaparezca el error pertinaz de que la rentabilidad es
inversamente proporcional al nivel salarial. Como estos encadenamientos
perversos no se rompan pronto, va a haber muchos devorados por la depresión;
pero la depresión moral. El País
21 noviembre 2014
Diez minutos_cortometraje
"Diez minutos", de Alberto Ruiz Rojo, con más de 85 premios en festivales nacionales e internacionales, incluido el Goya al Mejor Cortometraje de Ficción en 2005, es el corto más premiado de la historia del corto en España.
Sinopsis
"Diez minutos" cuenta la historia de una persona que llama al servicio de atención al cliente de su teléfono móvil para solicitar una información, de ello depende que pueda recuperar a su chica. Pero se encuentra con la inflexibilidad e impersonalidad de la operadora que sistemáticamente se niega a ayudarle. El corto es un toque de atención del modelo de sociedad al que nos dirigimos, donde la frialdad de normas absurdas se impone a la humanidad y el sentido común.
Notas del director
"La clave del éxito del corto está en la identificación tan absoluta del espectador con la historia, (todo el mundo me dice que le ha pasado) y en el acierto de haber creado una historia universal que no pertenece a ningún lugar especifico ni habla de una edad o gente determinada".
"Al final responde al argumento clásico del hombre contra el sistema, como miles de historias. Lo importante es haber conseguido estructurarlo de tal forma que el espectador se enganche y se mantenga con ganas de saber cómo acaba todo esto al final".
"Creo que otro gran valor del corto es el maravilloso trabajo que han hecho los actores Gustavo Salmerón y Eva Marciel. Este es un corto sin explosiones, donde lo único que hay es lo que dos personas, cada uno en un lugar, se dicen por teléfono. Desde luego era muy arriesgado hacer un corto bajo esta premisa".
"Personalmente lo que más me gusta del corto es como juega con la paradoja de la comunicación. Justo cuando la operadora calla es cuando comienzan a comunicarse. Al final, la única forma de entenderse es con el silencio".
"Diez minutos es una crítica al tipo de sociedad hacia donde nos dirigimos. Un mundo donde se supone prima la comunicación y el entendimiento y que, sin embargo, levanta continuas barreras invisibles de incomunicación que nos impiden el contacto directo con las personas".
"En la historia que presentamos, nuestro protagonista lucha desesperadamente por hacer valer el sentido común, la flexibilidad, el entendimiento, la humanidad... Pero la frialdad y rigidez de normas absurdas se antepone al más mínimo brote de comprensión".
"La historia del mundo de la atención telefónica, donde habitualmente tenemos que hablar con ordenadores o, lo que es aún mucho peor, personas que han sido enseñadas a hablar, razonar y comportarse como ordenadores, no es más que una muestra de las dos caras de este progreso".
"A la vez que la vida se nos hace más cómoda y accesible, gracias al teléfono, internet, etc., también perdemos el contacto directo con las personas. ¿Quién no echa de menos, de vez en cuando, a ese viejo tendero que nos escuchaba, que entendía de lo que hablaba, que estaba dispuesto a ser flexible?".
"En muchos casos, (como curiosamente ocurre en las empresas de telefonía y comunicación) ya no existe un sitio físico donde uno pueda ir a reclamar sus derechos o sus demandas. Esto evita multitud de problemas a las empresas, les ayuda a evadir miles de responsabilidades, haciendo desesperar o desistir al pobre consumidor, que se vuelve loco, en un laberinto de contestadores, menús, teleoperadores y llamadas cortadas. ¿Qué pasará cuando esto se trasplante a las instituciones?".
"Después de todo, nuestra historia deja abierta una puerta a la esperanza. Por encima de todas las normas aprendidas, por encima de las amenazas de despido si se quebrantan, por encima de todo, está nuestra verdad y todos tenemos un lado humano, que puede aparecer, aunque a veces parezca imposible. Al menos eso quiero creer yo".
03 noviembre 2014
Los verdaderos antisistema
Por ELVIRA LINDO
El País, domingo 2 de noviembre de 2014
No aprenden nada. Y de ese su no aprender vamos a salir perdiendo todos. No aprenden. Son una bomba para el sistema que dicen defender. Más complejo aún: son una bomba para el sistema que a ellos mismos les conviene. Una bomba que lleva ya unos cuantos años a punto de estallar, tan a punto está de pegar el petardazo que hay mañanas en que una se levanta y no se atreve a conectar la radio por si lo que siente de pronto es un tremendo silencio. No aprenden. Piden perdón y pretenden que eso toque alguna fibra sensible, pero el corazón de quienes les escuchan ya está completamente endurecido. Perdón y qué, ¿y tres padrenuestros? Esto no es una escuela, ni un confesionario, esto es un país de ciudadanos que de la indignación pasaron esta semana al temor, al temor al futuro, que pinta negro.
¿Perdón? Es que no hay perdón que valga, muchas de esas marrullerías, chorizadas, delitos fiscales, billetes a Suiza, concesiones irregulares de obras, comisiones bajo manga, negocietes a cuenta del dinero público tuvieron lugar cuando ya sabíamos que éramos un país casi en quiebra, casi a punto del rescate. Fue cuando ya no existía el respaldo de la bonanza y habíamos perdido la fe en nosotros mismos. Unos robaron a un país asfixiado; los otros consintieron. Y gran parte del pueblo siguió votando a los corruptos. No aprenden, insisto. Les falta la empatía necesaria para saber que hace ya años que se les está exigiendo una catarsis que ponga freno a este desatino, para que no haya un “y tú más” que valga, y veamos de una vez por todas una depuración real, dimisiones, compromiso con la justicia, castigo a los culpables. No aprenden. ¿Y nosotros, hemos aprendido? ¿Hemos aprendido a no admitir conductas corruptas, a no votar como borregos a quien abusa del cargo, a quien ostenta el poder para ejercerlo ilegítimamente en todos los aspectos de la vida ciudadana? ¿Entendemos ya que sólo una Administración de funcionarios implacables podría contener las malas prácticas de quienes caen en la tentación de enriquecerse o de enriquecer a su familia? No aprenden.
Qué falta de sensibilidad contemplar cómo se mofaron en el debate de los Presupuestos cuando el líder socialista trajo a cuento la pobreza infantil en España. Sánchez se hacía eco del estudio de Unicef que ha visto la luz esta semana, y que cifra en 2.700.000 los niños españoles que están en riesgo de exclusión social. Hubo un rumorcillo burlesco y no llegó a escucharse que nuestra protección a la infancia en comparación con otros países desarrollados es ridícula, que los porcentajes de abandono escolar son alarmantes, que la caída de la natalidad refleja una situación que se resume en lo siguiente: tener hijos hoy en España es un lastre. Dicho estudio ocupó un lugar en las primeras planas, pero al día siguiente desapareció; todo el espacio fue ocupado por las detenciones de unos cuantos colegas de los que se mofaron del asunto. Cincuenta y un individuos que nunca encontrarán relación entre el enriquecimiento ilícito y el número de criaturas que en nuestro país crece ya con un futuro lastrado. No aprenden ni entienden que los ciudadanos, al enfrentarnos a este circo diario, sí que relacionamos la corrupción y el que haya un número creciente de jóvenes que no se atreven a tener hijos o que los tienen sin poder ofrecerles todo aquello que los niños precisan para ser iguales a los demás, que se suponía que era la base del sistema.
Ah, el sistema. Tanto que han hablado los señores diputados del peligroso acecho de los antisistema, tanto que han querido blindar plazas y avenidas para disolverlos, tanto que han alertado en sus tertulias contra el perroflautismo, y han resultado ser ellos los que cucamente y con el nudo de la corbata bien ajustado socavaban el sistema desde dentro, vulnerando las instituciones que debían proteger al ciudadano del mangoneo y saltándose la legalidad que decían defender. Cómo imaginar que andaban dinamitando el sistema desde dentro.
Y entonces asistimos esta semana a la emotiva ceremonia de los perdones. El primero fue el de Esperanza Aguirre, que no estaría de más pensar que, fiel a su estilo, quisiera adelantarse al perdón de su jefe. Pero han llegado tarde los dos con las disculpas. Lo que se percibe es que la realidad no consigue cambiarles, pegarles un meneo, son rocosos en su manera de hacer política: piden perdón y en cuanto se calienta el debate exigen al del partido de enfrente que pida perdón también, para que nadie pueda creer que asumen en solitario todas las culpas. Hablo en plural aun a sabiendas de que hay políticos honrados, reconociendo también que esto no surge en cualquier país, sino que ha brotado del nuestro y que no es casualidad, que será por algo. No aprenden, aunque esta semana les hayamos notado un ligero temblor en sus discursos y un tono más pálido en la piel. No saben que hay algo que estamos esperando hace tiempo, algo que no sé nombrar, pero que comparto con ciudadanos que, creyentes en el sistema democrático, han concluido esta semana que hay que jubilar a estos antisistema que han malbaratado la democracia, que quieren arrebatarnos lo público para beneficiarse ellos; que nos roban, ante todo, la confianza en el futuro. Y eso no tiene perdón.
El País, domingo 2 de noviembre de 2014
¿Perdón? Es que no hay perdón que valga, muchas de esas marrullerías, chorizadas, delitos fiscales, billetes a Suiza, concesiones irregulares de obras, comisiones bajo manga, negocietes a cuenta del dinero público tuvieron lugar cuando ya sabíamos que éramos un país casi en quiebra, casi a punto del rescate. Fue cuando ya no existía el respaldo de la bonanza y habíamos perdido la fe en nosotros mismos. Unos robaron a un país asfixiado; los otros consintieron. Y gran parte del pueblo siguió votando a los corruptos. No aprenden, insisto. Les falta la empatía necesaria para saber que hace ya años que se les está exigiendo una catarsis que ponga freno a este desatino, para que no haya un “y tú más” que valga, y veamos de una vez por todas una depuración real, dimisiones, compromiso con la justicia, castigo a los culpables. No aprenden. ¿Y nosotros, hemos aprendido? ¿Hemos aprendido a no admitir conductas corruptas, a no votar como borregos a quien abusa del cargo, a quien ostenta el poder para ejercerlo ilegítimamente en todos los aspectos de la vida ciudadana? ¿Entendemos ya que sólo una Administración de funcionarios implacables podría contener las malas prácticas de quienes caen en la tentación de enriquecerse o de enriquecer a su familia? No aprenden.
Qué falta de sensibilidad contemplar cómo se mofaron en el debate de los Presupuestos cuando el líder socialista trajo a cuento la pobreza infantil en España. Sánchez se hacía eco del estudio de Unicef que ha visto la luz esta semana, y que cifra en 2.700.000 los niños españoles que están en riesgo de exclusión social. Hubo un rumorcillo burlesco y no llegó a escucharse que nuestra protección a la infancia en comparación con otros países desarrollados es ridícula, que los porcentajes de abandono escolar son alarmantes, que la caída de la natalidad refleja una situación que se resume en lo siguiente: tener hijos hoy en España es un lastre. Dicho estudio ocupó un lugar en las primeras planas, pero al día siguiente desapareció; todo el espacio fue ocupado por las detenciones de unos cuantos colegas de los que se mofaron del asunto. Cincuenta y un individuos que nunca encontrarán relación entre el enriquecimiento ilícito y el número de criaturas que en nuestro país crece ya con un futuro lastrado. No aprenden ni entienden que los ciudadanos, al enfrentarnos a este circo diario, sí que relacionamos la corrupción y el que haya un número creciente de jóvenes que no se atreven a tener hijos o que los tienen sin poder ofrecerles todo aquello que los niños precisan para ser iguales a los demás, que se suponía que era la base del sistema.
Ah, el sistema. Tanto que han hablado los señores diputados del peligroso acecho de los antisistema, tanto que han querido blindar plazas y avenidas para disolverlos, tanto que han alertado en sus tertulias contra el perroflautismo, y han resultado ser ellos los que cucamente y con el nudo de la corbata bien ajustado socavaban el sistema desde dentro, vulnerando las instituciones que debían proteger al ciudadano del mangoneo y saltándose la legalidad que decían defender. Cómo imaginar que andaban dinamitando el sistema desde dentro.
Y entonces asistimos esta semana a la emotiva ceremonia de los perdones. El primero fue el de Esperanza Aguirre, que no estaría de más pensar que, fiel a su estilo, quisiera adelantarse al perdón de su jefe. Pero han llegado tarde los dos con las disculpas. Lo que se percibe es que la realidad no consigue cambiarles, pegarles un meneo, son rocosos en su manera de hacer política: piden perdón y en cuanto se calienta el debate exigen al del partido de enfrente que pida perdón también, para que nadie pueda creer que asumen en solitario todas las culpas. Hablo en plural aun a sabiendas de que hay políticos honrados, reconociendo también que esto no surge en cualquier país, sino que ha brotado del nuestro y que no es casualidad, que será por algo. No aprenden, aunque esta semana les hayamos notado un ligero temblor en sus discursos y un tono más pálido en la piel. No saben que hay algo que estamos esperando hace tiempo, algo que no sé nombrar, pero que comparto con ciudadanos que, creyentes en el sistema democrático, han concluido esta semana que hay que jubilar a estos antisistema que han malbaratado la democracia, que quieren arrebatarnos lo público para beneficiarse ellos; que nos roban, ante todo, la confianza en el futuro. Y eso no tiene perdón.
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26 octubre 2014
Nicolás y los papanatas
Por JOSÉ MANUEL ATENCIA
A veces una noticia menor tiene la capacidad de convertirse en una enorme metáfora de todo lo que estamos viviendo en este país. Admito que hace mucho tiempo que no leía en la prensa una historia más extraordinaria que la protagonizada por ese joven de 20 años, el pequeño Nicolás. Un hábil Lazarillo de Tormes con aires de grandeza que llegó a codearse con las más altas esferas de este país y culminó su carrera asistiendo a la recepción que ofreció el Rey tras su proclamación.
Sólo en un país de papanatas es posible una historia como la de Nicolás. Un estudiante barbilampiño que pone en vilo a los servicios secretos del Estado y que es capaz de sacarles una pasta gansa a curtidos empresarios con un puñado de fotos y un inventado cargo de asesor de la vicepresidencia del Gobierno. ¿En qué país vivimos para que un joven de cara aniñada y con aspecto de no haber terminado la ESO consiga impartir una conferencia con el expresidente del Gobierno? ¿O que se reúna con un abogado para que retire una denuncia contra, nada más y nada menos, que una Infanta de España?
Este país de charanga y papanatas, devoto del dinero y de la nadería, resulta, a veces, de risa, de no ser por la triste realidad que hay detrás de esta historia. Un chico se mete en un partido político, se hace de las juventudes y a partir de entonces empieza a medrar a base de engaños y mentiras. Sólo precisó de una cosa: que la gente creyera lo que no era. Y nada mejor para ello que lograr hacerse fotos con los que son. Los empresarios no se reunían con Nicolás, que no era nadie. Se reunían con el chico que aparecía en la foto con Aznar o Aguirre, con el que saludaba a Rato o con el que se sentaba en el palco del Real Madrid. En una sociedad donde nadie es lo que es, sino lo que aparenta ser, se le abrieron todas las puertas del engaño.
Padecemos un país donde todo camino se puede recorrer más fácil con la ayuda de alguna persona próxima al poder. Y eso está tan metido en el ADN de los españoles, que un empresario sexagenario le entrega 25.000 euros a un chico que parece haber salido del recreo, tan sólo porque este joven le enseña una foto donde aparece con exministros o personajes públicos. Este es el nivel. Nicolás, en vez de tarjeta, tenía fotos con poderosos: el mayor reclamo para embaucar a tanto papanata que anda suelto.
Todo caso de corrupción requiere de muchos papanatas. Urdangarín montó el Instituto Nóos con todos los papanatas que querían quedar bien con el Rey. Y la familia Pujol se hizo de oro gracias a los papanatas que morían por estrechar la mano del honorable president. Qué triste lo de Nicolás, al que le han cortado una carrera meteórica. Con 20 años, ya era un maestro del engaño. Para saber en España que otros también lo eran, hemos tenido que esperar que estuvieran décadas en el poder. Qué gran metáfora de este país, esta pequeña historia de Nicolás. @jmatencia
A veces una noticia menor tiene la capacidad de convertirse en una enorme metáfora de todo lo que estamos viviendo en este país. Admito que hace mucho tiempo que no leía en la prensa una historia más extraordinaria que la protagonizada por ese joven de 20 años, el pequeño Nicolás. Un hábil Lazarillo de Tormes con aires de grandeza que llegó a codearse con las más altas esferas de este país y culminó su carrera asistiendo a la recepción que ofreció el Rey tras su proclamación.
Sólo en un país de papanatas es posible una historia como la de Nicolás. Un estudiante barbilampiño que pone en vilo a los servicios secretos del Estado y que es capaz de sacarles una pasta gansa a curtidos empresarios con un puñado de fotos y un inventado cargo de asesor de la vicepresidencia del Gobierno. ¿En qué país vivimos para que un joven de cara aniñada y con aspecto de no haber terminado la ESO consiga impartir una conferencia con el expresidente del Gobierno? ¿O que se reúna con un abogado para que retire una denuncia contra, nada más y nada menos, que una Infanta de España?
Este país de charanga y papanatas, devoto del dinero y de la nadería, resulta, a veces, de risa, de no ser por la triste realidad que hay detrás de esta historia. Un chico se mete en un partido político, se hace de las juventudes y a partir de entonces empieza a medrar a base de engaños y mentiras. Sólo precisó de una cosa: que la gente creyera lo que no era. Y nada mejor para ello que lograr hacerse fotos con los que son. Los empresarios no se reunían con Nicolás, que no era nadie. Se reunían con el chico que aparecía en la foto con Aznar o Aguirre, con el que saludaba a Rato o con el que se sentaba en el palco del Real Madrid. En una sociedad donde nadie es lo que es, sino lo que aparenta ser, se le abrieron todas las puertas del engaño.
Padecemos un país donde todo camino se puede recorrer más fácil con la ayuda de alguna persona próxima al poder. Y eso está tan metido en el ADN de los españoles, que un empresario sexagenario le entrega 25.000 euros a un chico que parece haber salido del recreo, tan sólo porque este joven le enseña una foto donde aparece con exministros o personajes públicos. Este es el nivel. Nicolás, en vez de tarjeta, tenía fotos con poderosos: el mayor reclamo para embaucar a tanto papanata que anda suelto.
Todo caso de corrupción requiere de muchos papanatas. Urdangarín montó el Instituto Nóos con todos los papanatas que querían quedar bien con el Rey. Y la familia Pujol se hizo de oro gracias a los papanatas que morían por estrechar la mano del honorable president. Qué triste lo de Nicolás, al que le han cortado una carrera meteórica. Con 20 años, ya era un maestro del engaño. Para saber en España que otros también lo eran, hemos tenido que esperar que estuvieran décadas en el poder. Qué gran metáfora de este país, esta pequeña historia de Nicolás. @jmatencia
07 octubre 2014
La fiebre nacionalista
Por Rosa Montero
El País, 7 de octubre de 2014
El País, 7 de octubre de 2014
Hace unos días, en Barcelona, escuché el bello
discurso de Muñoz Molina agradeciendo el premio del Liber: enumeró lo que amaba
de Cataluña y renegó de los nacionalismos. Yo también recuerdo los años que
trabajé en revistas catalanas; la época en que Barcelona era un prodigio, una isla
de modernidad dentro de la casposa sociedad española de los setenta. Siempre he
admirado a los catalanes. Siempre los he querido. Empezando por la escritora
Montserrat Roig, que falleció tan joven, y que ocupa un lugar en mi corazón.
Después de tanta vida juntos, de tantas emociones compartidas, es natural que a
muchos españoles nos apene separarnos de Cataluña. Y a mí, que entiendo bien el
catalán y que tanto he aprendido en mi juventud de esa sociedad tan
vanguardista, también me apena que ahora se entregue al nacionalismo. Porque
sigo creyendo que los nacionalismos son un atraso; todos ellos, diré una vez
más tediosamente (ya se sabe que para poder criticar el catalanismo hay que
repetir que también detestas el españolismo), me parecen un impulso retrógrado,
un regreso a la horda, a la demonización del otro para crear una identidad
protectora de tribu. Y lo peor es que todos llevamos este anhelo primitivo a
flor de piel y podemos potenciarnos unos a otros la parte nacionalista más
feroz. Ya lo estamos haciendo. No veo una solución fácil a esta fiebre fatal, a
esta siembra de odio. Me preocupa la cerrazón del PP, no ya ante el órdago del
9-N, sino de antes, de siempre, porque habrá que ofrecer una verdadera salida;
pero, sobre todo, no puedo evitar pensar que esta crispación ha sido fomentada
por los políticos catalanes por intereses propios. Porque hace muy pocos años
Cataluña no sentía esto, aunque ahora intenten inventarse otra cosa. Que cada
cual aguante su responsabilidad frente a la historia.
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24 septiembre 2014
Tecnologías inteligentes, humanos tontos
La tecnología nos está robando habilidades y talentos, nos está quitando libertad de pensamiento, en suma, nos está idiotizando. Esta podría ser la conclusión sobre lo que razona en su nuevo libro Nicholas Carr, Atrapados. Cómo las máquinas se apoderan de nuestra vida. Satisface comprobar que aún hay mentes lúcidas capaces de observar la realidad de forma crítica, y es que no hay más que mirar alrededor para constatar la veracidad de tales afirmaciones. Las capacidades intelectuales, como la escritura, que confieren al ser humano su condición de tal están comenzando a ser anuladas y relegadas por las nuevas tecnologías. La primera en ser eliminada ha sido la gramática, por innecesaria. La ortografía ya pasó a la historia. Ahora ya no es necesario completar la escritura de las palabras, que para eso están los programas informáticos y las aplicaciones, basta con escribir las primeras letras. Pronto ocurrirá lo mismo con las frases. Ya hay aplicaciones que leen lo escrito o escriben lo dictado. Saber leer y escribir ya no será necesario, como tampoco lo es ya el saber realizar operaciones matemáticas, sencillas o complejas, o la capacidad de orientarse leyendo un mapa. ¿Y para qué aprender idiomas o memorizar datos, fechas, nombres o simplemente conocer el significado de cualquier palabra o concepto cuando podemos acceder a ello en cualquier momento y lugar? Pronto, para vivir ya solo será necesario saber comunicarse con el dispositivo móvil, que él ya se encargará de todo lo demás. Los dispositivos, cada vez más inteligentes, y los humanos, cada vez más tontos. Sebastián Fernández, Alicante
18 septiembre 2014
Legalizar las drogas
Un elevado número de notables líderes internacionales, entre los que se encuentran varios expresidentes y el exsecretario general de la ONU, Kofi Annan, acaban de presentar un informe en Nueva York en el que proponen un viraje radical en el enfoque de la lucha contra la droga. En concreto, sugieren despenalizar el consumo y facilitar el acceso controlado a la misma. La iniciativa debe ser tomada muy en serio. Tras años de insistir en la misma estrategia, hay que constatar el fracaso de las actuales políticas punitivas, que tienden a convertir a los adictos en delincuentes y nutren una economía criminal cada vez más poderosa. Los carteles de la droga manejan más recursos que muchos de los países en los que operan; se han convertido en una gangrena que corroe al Estado de derecho.
Por otra parte, los Gobiernos tienen que destinar cada vez más dinero a sostener unas políticas cuyos resultados son decepcionantes. No solo no se reduce el problema, sino que aumenta. La criminalidad asociada al tráfico ilegal supone en muchos países una sangría en vidas insoportable, y una amenaza política muy seria.
Se impone la necesidad de abordar otras alternativas. El hecho de que entre los promotores de la propuesta figuren no pocos antiguos mandatarios de países que han sufrido los estragos de este problema indica hasta qué punto están agotadas las políticas que se mantienen más por la inercia y los intereses creados en torno a ellas que por una evaluación racional y ponderada de sus logros.
La legalización no debe tomarse, sin embargo, como una panacea. El camino es sin duda complejo y nadie asegura el éxito. El objetivo es intentar un cambio de paradigma que permita reducir el problema a una escala más manejable. No se trata, por supuesto, de convertir de repente las drogas en una mercancía de libre acceso; en ningún caso se plantea algo parecido a abrir estancos de narcóticos, estupefacientes y alucinógenos. Una liberalización total regida únicamente por las reglas del mercado permitiría aflorar la economía que ahora sustenta el tráfico ilegal, y hasta convertirlo en un lucrativo negocio, pero a costa de extender todavía más el problema sanitario.
Lo que se propone es la despenalización del consumo y la regulación responsable del acceso a las sustancias psicoactivas. Se trata de habilitar un sistema que permita a los adictos recibir la droga, al tiempo que se les ofrece ayuda médica para tratar su dependencia. Ello rompería el principal eslabón de la actual cadena criminal, basada en que cada nuevo adicto se ve impelido a convertirse en camello y conseguir nuevos adictos para poder sostener su consumo. Romper esta cadena supone dejar sin mercado a los carteles de la droga.
Este es un debate que afecta especialmente a España. No solo es un eslabón muy importante en el tráfico ilegal, sino que su consumo lastra el futuro de muchos jóvenes. Las razones para explorar esta vía son muchas. Merece la pena intentarlo.
(Editorial de El País, 14 de septiembre de 2014)
Por otra parte, los Gobiernos tienen que destinar cada vez más dinero a sostener unas políticas cuyos resultados son decepcionantes. No solo no se reduce el problema, sino que aumenta. La criminalidad asociada al tráfico ilegal supone en muchos países una sangría en vidas insoportable, y una amenaza política muy seria.
Se impone la necesidad de abordar otras alternativas. El hecho de que entre los promotores de la propuesta figuren no pocos antiguos mandatarios de países que han sufrido los estragos de este problema indica hasta qué punto están agotadas las políticas que se mantienen más por la inercia y los intereses creados en torno a ellas que por una evaluación racional y ponderada de sus logros.
La legalización no debe tomarse, sin embargo, como una panacea. El camino es sin duda complejo y nadie asegura el éxito. El objetivo es intentar un cambio de paradigma que permita reducir el problema a una escala más manejable. No se trata, por supuesto, de convertir de repente las drogas en una mercancía de libre acceso; en ningún caso se plantea algo parecido a abrir estancos de narcóticos, estupefacientes y alucinógenos. Una liberalización total regida únicamente por las reglas del mercado permitiría aflorar la economía que ahora sustenta el tráfico ilegal, y hasta convertirlo en un lucrativo negocio, pero a costa de extender todavía más el problema sanitario.
Lo que se propone es la despenalización del consumo y la regulación responsable del acceso a las sustancias psicoactivas. Se trata de habilitar un sistema que permita a los adictos recibir la droga, al tiempo que se les ofrece ayuda médica para tratar su dependencia. Ello rompería el principal eslabón de la actual cadena criminal, basada en que cada nuevo adicto se ve impelido a convertirse en camello y conseguir nuevos adictos para poder sostener su consumo. Romper esta cadena supone dejar sin mercado a los carteles de la droga.
Este es un debate que afecta especialmente a España. No solo es un eslabón muy importante en el tráfico ilegal, sino que su consumo lastra el futuro de muchos jóvenes. Las razones para explorar esta vía son muchas. Merece la pena intentarlo.
(Editorial de El País, 14 de septiembre de 2014)
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04 septiembre 2014
Harto
Uno de mis alumnos más brillantes publicó este video en su Twitter. Yo no lo podría haber dicho con más convicción.
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02 septiembre 2014
Cuaderno de apuntes
La idea de editar este Cuaderno de apuntes la tomé de mi amigo el pintor Fernando Zóbel, quien un día, siendo yo aún adolescente, me regaló un librito donde él había recopilado citas e ideas sobre el arte que a él le habían formado como artista. A lo largo de los años, he ido recopilando opiniones y palabras sabias que, sobre sobre la vida, el arte, o sobre España, me he encontrado en el camino y que, de alguna forma, reflejan mi propio pensamiento. He decidido publicarlas en la red, a modo de compendio minimalista, para que puedan ilustrar también al lector o lectora con curiosidad intelectual, pues todas ellas nos hacen reflexionar sobre la condición humana. ¡Que le aproveche! cmg
1. Reflexiones sobre la vida
Patriotism is the last refuge of a scoundrel._Samuel Johnson
El patriotismo es el amor al país, puro y simple. El nacionalismo es el amor al propio país más el odio a otro._George Orwell
El nacionalismo se cura viajando._Pío Baroja
La patria no es el lugar donde se nace, sino donde se es libre._Mario Onaindía, escritor vasco
Cuanto más fuerte se es, menos razón se tiene._Enrique Tierno Galván
Sólo cuando los años pasan, se comienza a vivir; tal vez porque se deja de tener miedo._Giorgio Armani
El signo de una mente madura es su capacidad para albergar dos ideas contradictorias sin aturullarse._Scott Fitzgerald
Imagination is more important than knowledge._Albert Einstein
Leer un gran libro es muchísimo más enriquecedor que contemplar una gran película._Steven Spielberg
La llibertat ès una llibreria._Joan Margarit
Para saber poco hay que estudiar mucho._Montesquieu
It is only when one is happy or undisturbed that one can bear silence._Graham Greene
La curiosidad es lo que mueve la vida._Jostein Gaarder, escrito noruego
La felicidad no es, ni más ni menos, que una aceptación de los límites._Leopoldo Alas
Lo óptimo es enemigo de lo bueno._Anónimo
¡Qué placer decir lo que a uno se le ocurre!_Adolfo Marsillach
La vida produce cáncer._Woody Allen
El placer es la armonía de pasar los días con dignidad._Manuel Vicent
Las cosas serias son el auténtico gozo._Dicho latino
Hay un solo placer, el de estar vivos, y todo lo demás es miseria._Cesare Pavese
Sólo a las personas sin ideas les gusta ser chocantes._Duane Michels, fotógrafo norteamericano
La capacidad de resistencia al ruido es inversamente proporcional al índice de coeficiente intelectual._Schopenhauer, filósofo alemán
El mejor Papa es ninguno._Eduardo Haro Tecglen
La religión separa; lo laico nos une._Goran Bregovic, músico bosnio
Los hombres se inventan dioses porque no son capaces de mirar la realidad cara a cara._Michel Onfray, filósofo
La iglesia católica se siente perseguida cuando no la dejan perseguir._Luis Antonio de Villena
La realidad no la elegimos; la fantasía, sí._Anónimo
Lo rojo no está reñido con lo glamouroso._Maruja Torres
Hay que saber que las cosas no tienen remedio, pero hay que pelear por cambiarlas._F. Scott Fitzgerald
El humor es el sufrimiento que nos ahorramos._Peridis
I can resist everything except temptation._Oscar Wilde
Por algún motivo, por alguna ley física o psicológica que nadie ha descubierto todavía, las tonterías se difunden con mayor eficacia y rapidez que las ideas sensatas, quizá porque el cerebro humano no es un buen conductor de la inteligencia, en el mismo sentido en que la madera o la porcelana no son buenos conductores de la electricidad._Antonio Muñoz Molina
La tolerancia es el lado amable de la hipocresía._Anónimo
La televisión no se opone a lo escrito sino a la vida._Jean-Philippe Toussaint, cineasta y escritor belga
Sin cristianismo no habría erotismo._Georges Bataille
Todos los problemas tienen la misma raíz: el miedo. El miedo desaparece gracias al amor, pero el amor nos da miedo._Anthony de Mello
La república está en la naturaleza de las cosas._Eduardo Haro Tecglen
El poder hipnótico de la televisión dificulta el pensamiento._Andrés Rábago, El Roto
Si el hombre puede imaginar cualquier cosa, y puede, entonces, la mente es más grande que la realidad toda._Anónimo
El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son y de las que pueden ser._Protágoras
La historia de la civilización es la historia de las ciudades._Luis Rojas Marcos
La tolerancia implica que alguien tolera y decide qué es lo tolerable._Rafael Aliaga
Lo que quieras para la ciudad, ponlo en la escuela._Platón
Lo que tenemos que aprender, lo aprendemos haciéndolo._Aristóteles
El turista viaja por vacación; el viajero por vocación._Anónimo
Lo importante en la vida es amar y conocer, no haber amado o haber conocido._Pier Paolo Passolini
La vida es primeramente un conjunto de problemas esenciales al que el hombre responde con un conjunto de soluciones: la cultura._José Ortega y Gasset
La tradición es la cultura de los imbéciles._Anónimo
Todos los barcos de las armadas más poderosas del mundo podrían navegar holgadamente en el mar de sangre vertido por el cristianismo._Mark Twain, en "Cartas contra la religión"
Hay hombres que luchan un día y son buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos.
Pero los hay que luchan toda la vida: ésos son los imprescindibles.
Bertold Brecht
Keep people scared and they’ll consume._Marilyn Manson
Los norteamericanos nos han colonizado el subconsciente._Wim Wenders
Europa es donde no hay pena de muerte._Jean Pierre Faye, filósofo francés
Un militante de izquierda frustrado es la primera victoria del sistema._Lluis Llach
Primero follar, luego la moral._Bertold Brecht
No hay nada menos sexy que un hombre que parece preocuparse demasiado por su aspecto. Es horrible._ Dirk Bikkembergs, diseñador alemán
La modernidad consiste en separar la fe del poder, y el Estado de la religión._Jean Daniel, escritor francés
La libertad es como el horizonte. Te acerques o te alejes, siempre está a la misma distancia._Juan Vicente Muñoz Martínez, un amigo del alma
[Hay un tipo de hombre que,] como no ha aprendido a vivir naturalmente, declina toda responsabilidad de sus actos y decisiones, y reclama que le dirijan y le frenen._Wilhelm Reich, en su La psicología de masas del fascismo (1933), al señalar que la represión sexual fue la cadena de transmisión de las ideas fascistas entre las clases populares en 1933.
El que no sale nunca de su casa está lleno de prejuicios._Carlo Goldoni, escritor italiano
En el primer volumen de sus memorias, Pretérito imperfecto, Carlos Castilla del Pino confiesa que "tenía -y tengo- contraída una deuda impagable [con José Ortega y Gasset]: que acabase, temprana y definitivamente, con la sordidez y estrechez intelectual del universo católico."
2. Reflexiones sobre el arte
Lo moderno es lo que llega a antiguo._Dino Gavina, diseñador italiano
Lo clásico es todo aquello que no se puede mejorar._Rafael el Gallo
La ciudad es la más bella obra de arte de la humanidad._Hegel
People trying to explain pictures are usually barking up the wrong tree._Pablo Picasso
La vanguardia es una forma de repensar lo clásico._Bob Wilson, dramaturgo norteamericano
La literatura es una defensa contra las ofensas de la vida._Cesare Pavese
La mayor libertad nace del mayor rigor._Paul Valery
El arte es un lugar de refugio donde el espíritu vuela._Gao Xingjian
Less is more/Menos es más._Mies van der Rohe
Arte es lo que el artista llama arte._Marcel Duchamp
El arte es el mayor placer que el hombre se da a sí mismo._Karl Marx
All our creativity comes from our discontent._Deepak Chopra
Saber pintar no es saber copiar lo que ven los ojos; ésa es una actitud escolar._Antoni Tàpies
La originalidad consiste en volver al origen._Antoni Gaudí
El arte es una mentira, pero nos acerca a la verdad._Pablo Picasso
Si una canción pasa de moda, es mala._Bryan Ferry
El riesgo es lo que está mas cerca del éxito._José Tamayo, dramaturgo
La elegancia es siempre discreta._Robert Clergerie, diseñador
El arte es educador en cuanto arte, pero no en cuanto que “arte educador”, porque en ese caso no es nada, y la nada no puede educar._Gramsci
Ante Beethoven todos somos iguales._Daniel Barenboim
Paintings are not to be reasoned with, they are not to be understood, they are to be recognized. They are an equivalent to nature, not an illustration of it._John Hoyland
Con una línea el mundo se une, con una línea el mundo se divide. Dibujar es hermoso y tremendo._Eduardo Chillida
Tenemos el arte para no morir de la verdad._Albert Camus
3. Reflexiones sobre España
El español desprecia cuanto ignora._Antonio Machado
En España, lo mas fácil es siempre lo más difícil._John Elliot, hispanista
En España, hacer las cosas bien es poco menos que un acto de soberbia._Francisco Macera
De todas las historias de la Historia, sin duda la más triste es la de España._Jaime Gil de Biedma
En un país tan conservador como España, lo nuevo se ataca por miedo intelectual a no dominarlo, a la propia ignorancia._Eduardo Haro Tecglen
No es la religión de la libertad lo que falla en España, sino su clero._Eduardo Haro Tecglen
Lo que en Francia es razón, en Italia es comedia y en España tragedia._Dicho italiano
Para ser graciosos, el precio que tenemos que pagar los andaluces es muy alto._Miguel García Delgado, escultor
En España, en el metro, las mujeres leen libros y los hombres leen el Marca._Adelaida García Morales
España es el problema; Europa la solución._José Ortega y Gasset
Portugal es ese país que, para los españoles, está más lejos que la India._Luis Buñuel
España no se puede entender sin saber qué fue el franquismo, una etapa muy compleja que duró cuarenta años y terminó con Franco muerto en la cama, una metáfora que significa que no se le pudo echar ni matar._Juan Luis Cebrián
El nacionalismo es la indignidad de tener un alma controlada por la geografía._ George Santayana, filósofo
En España no se sabe debatir por tantos siglos de educación en el dogma._José Alvarez Junco, historiador
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31 julio 2014
Un oxímoron en la universidad
No deja de sorprender la pretensión de relacionar ciencia y religión, como si no fuera un oxímoron evidente, como si se tratase de dos categorías complementarias, cuando no equivalentes. Y no menos paradójico es el celebrar misa en el espacio público de la universidad. En la universidad pública se enseña conocimiento científico basado en la razón, no en la especulación de la fe o del dogma. No tiene, pues, sentido racional alguno la existencia en su seno de capillas ni otros lugares de culto, ni siquiera como fuente de ingresos.— Javier Gimeno Perelló. Bibliotecario de la Universidad Complutense de Madrid. (El País, 19 de julio de 2014)
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22 junio 2014
¡Levante la mirada!
Look Up! es un vídeo hablado dirigido a una generación que vive en línea, una lección ilustrada a través de una historia de amor, en un mundo donde no dejamos de dar con formas para comunicarnos los unos con los otros con mayor facilidad, pero el resultado es que pasamos cada vez más tiempo solos. ¡Levante la mirada del móvil, apague la pantalla, mire a su alrededor y aproveche el día al máximo! Escrito, interpretado y dirigido por Gary Turk. Subtitulado en español. © Gary Turk, 2014
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20 junio 2014
Los Patios. Promoción 1965
Fotografías promocionales inéditas del conjunto residencial Los Patios, dieciocho búngalos adosados (quince en la actualidad por diversas fusiones), construido cada uno en torno a un patio a cielo abierto, diseñados por el arquitecto madrileño Julián Luis Manzano Monis en 1965 y construidos sobre una parcela de 3.200 metros cuadrados en la zona costera de Artola Baja (kilómetro 195 de la Autovía 340), en el límite municipal de Marbella, Málaga. La belleza de la sencillez arquitectónica mediterránea.
Vista de los Patios 5 al 10, de derecha a izquierda, con la antigua alberca en primer plano. |
Vista general de los Patios 5 al 14 desde el aparcamiento sur. |
Vista trasera de los Patios 15 al 18 junto al acceso al aparcamiento norte. |
Vista trasera de los Patios 5 al 14 desde el antiguo campo de golf del Hotel Artola, con la duna de Artola al fondo. |
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09 junio 2014
30 mayo 2014
16 mayo 2014
Religiones, nacionalismos y violencia
Más de 200 niñas han sido raptadas de las escuelas nigerianas por grupos islamistas rebeldes para ser forzadas a comportarse como “buenas musulmanas”. La relación histórica entre religión y violencia resulta innegable. Podemos partir de los sacrificios rituales, seguir con la ley judía del Talión (Ojo, por ojo...), pasando por la conquista de América con la Cruz y la Espada, las guerras de religión contra los Protestantes hasta llegar al concepto de Yihad o Guerra Santa, compartido tanto por los antiguos Cruzados como por los modernos yihadistas.
El hecho religioso, en sí mismo, no tiene por qué inducir a la violencia. Sin embargo, es utilizado con harta frecuencia para enmascarar fines políticos y económicos subyacentes, lo mismo que ocurre con el concepto de patria para los nacionalismos. Las guerras religiosas y/o nacionalistas implican luchas de poder más allá de pretextos de dioses y banderas. Se induce a los fieles a matar y morir por Dios y por la Patria, buscando aglutinar a los creyentes mediante la fe ciega y la pasión irreflexiva en la lucha contra los infieles, contra los extranjeros opresores, el enemigo externo al que se hace responsable de todas nuestras desdichas. La violencia, pues, deviene el argumento último de quien no tiene otros argumentos que aportar. Es la lucha de la fuerza contra la razón, el odio y la xenofobia contra la tolerancia y el diálogo. Es, en definitiva, la ley de la selva contra el progreso humano y la civilización. Luciano López Nieto, Badajoz (El País, 15 de mayo de 2014)
11 mayo 2014
30 abril 2014
Santiago Picatoste y el poder del color
La obra de Santiago Picatoste es una investigación sobre la psicología de la forma y el color. En sus series más recientes, expuestas en la Casa de la Provincia de Sevilla hasta el 7 de mayo, el artista nos propone una experiencia para que nos dejemos embriagar por el color. Cómo percibimos el mundo, la forma en que nos comunicamos con los demás, la manera en que buscamos nuestra identidad como individuos y seres gregarios está definida, entre otros parámetros, por el color. Picatoste se sirve del color y la forma para producir sensaciones y experiencias. Sus grandes cuadros se revelan ante el espectador como magos hipnotizadores cuyos trucos son el color y la forma. El arte vive en el territorio de las emociones y de las experiencias compartidas y es la herramienta más eficaz para comprender al otro. Nada une más que un recuerdo y una emoción compartidos. Y esta emoción surge muchas veces en la contemplación de una obra de arte. No hay vehículo más poderoso para unir que una obra de arte ante la que, por casualidad o con toda intención, coinciden dos personas y comparten una experiencia estética. El arte es el terreno de la libertad y cuando experimentamos una obra de arte nos expresamos libremente. Santiago Picatoste nos propone un juego de seducción donde la forma y el color son los protagonistas. ELENA FERNÁNDEZ MANRIQUE
25 abril 2014
Sevilla in Motion_vídeo
José Font, fotógrafo lleno de imaginación e inquietud cultural, y brillante antiguo alumno, ha codiseñado este timelapse de la Sevilla moderna y clásica a partir de la concatenación digital de 12.000 imágenes fijas. Disfrútalo a pantalla completa. ¡Toda una gozada visual!
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20 abril 2014
Salir de la barbarie
Por Mario Vargas Llosa
El Perú tiene en estos días una oportunidad para dar un paso más en el camino de la cultura de la libertad, dejando atrás una de las formas más extendidas y practicadas de la barbarie, que es la homofobia, es decir, el odio a los homosexuales. El congresista Carlos Bruce ha presentado un proyecto de ley de Unión Civil entre personas del mismo sexo, que cuenta con el apoyo del Ministerio de Justicia, la Defensoría del Pueblo, de las Naciones Unidas y de Amnistía Internacional. Los principales partidos políticos representados en el Congreso, tanto de derecha como de izquierda, parecen favorables a la iniciativa, de modo que la ley tiene muchas posibilidades de ser aprobada.
De este modo, el Perú sería el sexto país latinoamericano y el 61 en el mundo en reconocer legalmente el derecho de los homosexuales de vivir en pareja, constituyendo una institución civil equivalente (aunque no idéntica) al matrimonio. Si da este paso, tan importante como haberse por fin librado de la dictadura y del terrorismo, el Perú comenzará a desagraviar a muchos millones de peruanos que, a lo largo de su historia, por ser homosexuales fueron escarnecidos y vilipendiados hasta extremos indescriptibles, encarcelados, despojados de sus derechos más elementales, expulsados de sus trabajos, sometidos a discriminación y acoso en su vida profesional y privada y presentados como anormales y degenerados.
Ahora mismo, en el previsible debate que este proyecto de ley ha provocado, la Conferencia Episcopal Peruana, en un comunicado cavernario y de una crasa ignorancia, afirma que el homosexualismo “contraría el orden natural”, “atenta contra la dignidad humana” y “amenaza la sana orientación de los niños”. El inefable arzobispo primado de Lima, el cardenal Cipriani, por su parte, ha pedido que haya un referéndum nacional sobre la Unión Civil. Muchos nos hemos preguntado por qué no pidió esa consulta popular cuando el régimen dictatorial de Fujimori, con el que fue tan comprensivo, hizo esterilizar manu militari y con pérfidas mentiras a millares de campesinas (haciéndoles creer que las iba a vacunar), muchas de las cuales murieron desangradas a causa de esta criminal operación.
Hace algunos años, me temo, una iniciativa como la del congresista Carlos Bruce (quien, dicho sea de paso, acaba de ser amenazado de muerte por un fanático) hubiera sido imposible, por la férrea influencia que ejercía el sector más troglodita de la Iglesia católica sobre la opinión pública en materia sexual, y, aunque en la práctica el homosexualismo fuera la opción ejercida por una franja considerable de la sociedad, este ejercicio era riesgoso, clandestino y vergonzante, porque, quien se atrevía a reivindicarlo a cara descubierta, era objeto de un instantáneo linchamiento público. Las cosas han cambiado desde entonces, para mejor, aunque todavía quede mucha maleza por desbrozar. Veo, en el debate actual, que intelectuales, periodistas, artistas, profesionales, dirigentes políticos y gremiales, oenegés, instituciones y organizaciones católicas de base se pronuncian con meridiana claridad contra exabruptos homófobos como los de la Conferencia Episcopal y los de alguna de las sectas evangélicas que está en la misma línea ultra conservadora, y recuerdan que el Perú es constitucionalmente un país laico, donde todos tienen los mismos derechos. Y que, entre los derechos de que gozan los ciudadanos en un país democrático, figura la de optar libremente por su identidad sexual.
Las opciones sexuales son distintas, pero no normales y anormales según se sea gay, lesbiana o heterosexual. Y, por eso, gays, lesbianas y heterosexuales deben gozar de los mismos derechos y obligaciones, sin ser por ello perseguidos y discriminados. Creer que lo normal es ser heterosexual y que los homosexuales son “anormales” es una creencia prejuiciosa, desmentida por la ciencia y por el sentido común, y que sólo orienta la legislación discriminatoria en países atrasados e incultos, donde el fanatismo religioso y el machismo son fuente de atropellos y de la desgracia y sufrimiento de innumerables ciudadanos cuyo único delito es pertenecer a una minoría. La persecución al homosexual, que predican quienes difunden sandeces irracionales como la “anomalía” homosexual, es tan cruel e inhumana como la del racismo nazi o blanco que considera a judíos, negros o amarillos seres inferiores por ser distintos.
La unión civil es, claro está, sólo un paso adelante para resarcir a las minorías sexuales de la discriminación y acoso de que han sido y siguen siendo objeto. Pero será más fácil combatir el prejuicio y la ignorancia que sostienen la homofobia cuando el común de los ciudadanos vean que las parejas homosexuales que constituyan uniones civiles conformadas por el amor recíproco no alteran para nada la vida común y corriente de los otros, como ha ocurrido en todos (todos, sin excepción) los países que han autorizado las uniones civiles o los matrimonios entre parejas del mismo sexo. Las apocalípticas profecías de que, si se permiten parejas homosexuales, la degeneración sexual cundirá por doquier ¿dónde ha ocurrido? Por el contrario, la libertad sexual, como la libertad política y la libertad cultural, garantiza esa paz que sólo resulta de la convivencia pacífica entre ideas, valores y costumbres diferentes. No hay nada que exacerbe tanto la vida sexual y llegue a descarriarla a extremos a veces vertiginosos como la represión y negación del sexo. Sacudida como está por los casos de pedofilia que la han afectado en casi todo el mundo, la Iglesia católica debería comprenderlo mejor que nadie y actuar en consecuencia frente a este asunto, es decir, de manera más moderna y tolerante.
Yo creo que eso es una realidad de nuestros días y que cada vez más hay en el mundo católicos —laicos y religiosos— dispuestos a aceptar que el homosexual es un ser tan normal como el heterosexual y que, como éste, debe tener un derecho de ciudad, poder formar una familia y gozar de las mismas prerrogativas sociales y jurídicas que las parejas heterosexuales.
La llegada al Vaticano del Papa Francisco comenzó con muy buenos síntomas, pues los primeros gestos, declaraciones e iniciativas del nuevo Pontífice parecían augurar reformas profundas en el seno de la Iglesia que la integraran a la vida y la cultura de nuestro tiempo. Todavía no se han concretado, pero no hay que descartarlo. Todos recordamos su respuesta cuando fue interrogado sobre los gays: " ¿Quién soy yo para juzgarlos? " Era una respuesta que insinuaba muchas cosas positivas que tardan en llegar. A nadie —tampoco a los que no somos creyentes— conviene que, por su terca adhesión a una tradición intolerante y dogmática, una de las grandes Iglesias del mundo se vaya alejando del grueso de la humanidad y confinándose en unos márgenes retrógrados.
Eso le está pasando en el Perú, por desgracia, desde que su jerarquía ha caído en manos de un oscurantismo agresivo como el que encarna el cardenal Cipriani y transpira el comunicado contra la Unión Civil de la Conferencia Episcopal. Digo, por desgracia, porque, aunque sea agnóstico, sé muy bien que, para el grueso de la colectividad, la religión siempre es necesaria, ya que ella le suministra las convicciones, creencias y valores básicos sobre el mundo y el trasmundo sin los cuales entra en aquel desconcierto y zozobra que los antiguos incas llamaban “la behetría”, esa desolación y confusión colectivas que, según el Inca Garcilaso, padeció el Tahuantinsuyo en ese período en que pareció que los dioses se le eclipsaban.
Yo tengo la esperanza de que, contra lo que dicen ciertas encuestas, la ley de la Unión Civil, por la que se acaban de manifestar en las calles de Lima tantos millares de jóvenes y adultos, será aprobada y el Perú habrá avanzado algo más hacia esa sociedad libre, diversa, culta —desbarbarizada— que, estoy seguro, es el sueño que alienta la mayoría de peruanos.
© Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2014.
© Mario Vargas Llosa, 2014.
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12 abril 2014
Derecho a desconectar
Hace no tantos años, en los inicios de las nuevas tecnologías digitales, a Steve Jobs y otros grandes emprendedores les costaba convencer a los empresarios de que regalaran ordenadores portátiles y teléfonos móviles a sus empleados. Pensaban que lo que querían era vender más aparatos. "Una buena idea puede surgir en la ducha”, decía Jobs. Pronto se convencieron de las ventajas de la propuesta: facilitarles la conexión ponía a cualquier empleado en disposición de producir las 24 horas del día.
Ahora son algunos empleados los que tratan de liberarse del yugo de la conectividad. Tienen todas las facilidades, todo cuanto necesitan para trabajar al alcance de un clic, pero ya no hay límites a su jornada laboral. Mejor dicho, toda la jornada es laboral. Un alto número de empresas ha aprovechado esa mayor disponibilidad para aumentar la carga de trabajo, especialmente en los niveles directivos y de gestión, de modo que no desconectan, literalmente. Así es como hemos llegado a una reivindicación insólita: definir la jornada laboral, no por el tiempo de trabajo, sino por el tiempo de descanso. Por primera vez se ha plantado en Francia el derecho a la desconexión como una reivindicación laboral.
La patronal y los sindicatos de los sectores de asesoría técnica, ingeniería, informática, recursos humanos y consultoría han llegado a un acuerdo por el que los empleados desconectarán sus aparatos al menos 11 horas al día y los fines de semana. El acuerdo surge después de constatar que la conexión permanente tiene un coste en términos de salud: aumenta el estrés y la ansiedad. El sociólogo Daniel Cohen ya advirtió en Nuestros tiempos modernos que el estrés es la enfermedad laboral de este momento.
El trabajo por objetivos y la competitividad extrema han creado tal clima de tensión en algunas empresas que ha llegado a ser acusado de causar suicidios. El expresidente de France Télécom, Didier Lombard, fue procesado el año pasado por acoso moral tras el suicidio de una treintena de empleados entre 2008 y 2009.
El acuerdo puede aportar cierta mejora, pero no será fácil que se cumpla y tampoco aborda el problema de la exigencia de disponibilidad absoluta y de las cargas de trabajo excesivas. (El País, 12.04.14)
18 marzo 2014
Miguel de Molina y la homofobia institucional
En
el marco del Festival de Cine Español MAF de Málaga, Javier Hirschfeld Moreno,
Javier Cuevas y Alfonso Silva comisarían una exposición en homenaje a Miguel de
Molina que puede visitarse en el Estudio de los Interventores hasta el 29 de
marzo.
La
exposición "Miguel de Molina. Copla de un exilio" es un canto a la
memoria y al arte de un malagueño universal como fue Miguel de Molina. Pero
también es un grito, un quejío, sobre el exilio y la homofobia. El veinticinco
aniversario de Las cosas del querer, película de Jaime Chávarri, libremente
inspirada en la vida de Miguel de Molina, supone una ocasión excepcional para
homenajear a este artista nacido en el barrio de Capuchinos. Así, su cante y su
amor por la copla son protagonistas de esta exposición como también son los
motivos por los que tuvo que abandonar el país, siendo condenado al exilio
después de haber conocido el mayor de los éxitos.
Estas
situaciones son, por suerte, pasado en nuestro país. No obstante, el problema
de la homofobia está presente en otros países, como en los casos recientes de
Uganda o Rusia, que, a través de leyes homófobas, provocan salvajes actos de
odio intolerable y caza al gay. La exposición pretende poner el foco sobre la
lacra de la homofobia institucional, invitando a reflexionar sobre los avances
conseguidos en nuestro país, y observa la necesidad de proteger esos logros en
dignidad y en libertades.
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