30 noviembre 2024

Roberto Pérez Toledo: Filmar la ternura

Roberto Pérez Toledo dirigiendo a sus actores en su último corto.

Por CARLOS MARTÍN GAEBLER

Roberto Pérez Toledo (robertopereztoledo.com) es un creador de ficciones sobre la diversidad afectiva, que indaga en las emociones que nos humanizan, en los miedos que nos atrapan. En sus cortometrajes logra filmar, con abundantes primeros planos, la ternura, la búsqueda dialogada del amor en sus diversas formas, o, como él diría, la poliafectividad de nuestro tiempo. Concibe sus piezas como un cara a cara conversacional, mayormente entre hombres, pero también entre un hombre y una mujer o entre dos mujeres. 

Apuesta por los formatos breves para tiempos apresurados. Sus cortometrajes emocionan porque no son chorradas tiktokeras para ver andando en la palma de la mano, sino piezas profundamente argumentativas, de una honestidad contundente, que se deben ver sentados y escuchar concentrados para saborearlos y pensarlos, porque Pérez Toledo rueda desde el humanismo, del que brota todo su imaginario. Crea retratos serenamente hedonistas de una España moderna.

Cineasta prolífico y laureado con multitud de premios, domina la narración fílmica y la técnica del suspense. Todos sus cortos finalizan cuando tienen que finalizar, ni un segundo antes, ni un segundo después. Que los actores y actrices (magníficamente dirigidos) que interpretan sus diálogos sean desconocidos para el gran público aporta mayor verosimilitud a sus microhistorias. Tras los créditos, la mayor parte de sus cortos aparecen fechados y geolocalizados en Madrid, la ciudad inclusiva, donde todos y todas pueden abrazarse, cogerse de la mano, besarse en las calles, hacer visible la ternura, rasgo de la nueva masculinidad. cmg2021

Todos los cortometrajes escritos y dirigidos por Roberto Pérez Toledo pueden verse en alta definición (algunos subtitulados en distintos idiomas) en su canal de YouTube. Cualquiera de ellos es una deliciosa joyita audiovisual; subrayo los más recomendados:

Brújula / Admirador secreto / Chicos que lloran / El amor mola / Sí a todo / La cuarta cita / Siempre que lo digo / Taras / Lo que ocurre en Cap Vermell / 40 años contigo / Motes de amor / Tu efecto en mí / Flechazos / Cada día / Los que odian la Navidad / Amor de autor / Pancarta / El poliamor explicado para madres y abuelas / Hola mamá, hola papá / Equis o corazón / Chica pidiendo matrimonio a su novio / Doce o trece tequieros al mes / El club de la L / Only us / Bajo la sábana / Todo lo que viene / Estriptis / Hidroalcohólico / La peli que vamos a ver / Fugaces / Eurofán / La teoría de la pluma / Cucharita triple / The Future AwaitsEngagement / Antes de la erupción.

Fotograma de "Siempre que lo digo", con Albert Suárez y Manuel Moya.

24 noviembre 2024

Los ángeles siguen siendo ángeles


En 2013 visité con unos amigos malagueños una espléndida exposición del escultor británico Richard Deacon en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga. Pero el CAC me tenía reservada una sorpresa en otra sala: una exposición de fotografías (La mirada subjetiva) realizadas por alumnos/as salientes de la Escuela de Arte San Telmo de la capital malagueña. Una obra me llamó poderosamente la atención. Titulada por su autora, Lourdes Mellado, "Los ángeles siguen siendo ángeles" (Técnica: color digital. 54x40cm, 2012), podría haber sido hecha en nuestro tiempo por el propio Caravaggio si le hubieran puesto una cámara digital en la mano. El fondo y la forma de la misma me recordaban al maestro del claroscuro italiano y me remitían a los Sonetos del Amor Oscuro que Federico García Lorca compuso para su amante Juan Ramírez de Lucas (recomiendo la lectura de la apasionante novelización de su amor publicada por Manuel Francisco Reina bajo el título Los amores oscuros [Temas de Hoy, 2012]). Nunca antes había contemplado la plasmación de un momento íntimo de amor entre dos varones con tanta elegancia. La he colgado aquí, junto a una foto de su autora, para compartirla con mis lectores y difundirla por la red. cmg2013


12 noviembre 2024

Se llama Festival DE CINE EUROPEO de Sevilla

Por CARLOS MARTÍN GAEBLER 

De la noche a la mañana, el Festival de Cine Europeo de Sevilla ha cambiado su nombre y ha pasado a llamarse simplemente Festival de Sevilla, para sorpresa de cinéfilos, ilustrados y europeístas de pro. Y no solo eso. El acrónimo SEFF, una marca ya incorporada a la nomenclatura cultural de la ciudad y al circuito internacional de festivales, ha desaparecido en esta vigésimo primera edición de toda la cartelería relativa al festival.

El mismo día de la inauguración tuve ocasión de toparme con Manuel Cristobal, director de la presente edición del certamen, en el vestíbulo del hotel Plaza de Armas y de preguntarle sobre esta cuestión, argumentándole que, el festival de cine europeo aporta cada año nueve días de cosmopolitismo y multilingüismo a una ciudad rancia y provinciana como es Sevilla. Le recordé que, mientras que el festival de Málaga está especializado en programar cine español, el de Sevilla tiene vocación de exhibir cine producido en Europa o por europeos, y que ambos festivales se complementan perfectamente. 

Aunque mi interlocutor, que insistía una y otra vez en que le tuteara, decía entender lo legítimo de mi razonamiento, me explicó, poniendo el dedo sobre la portada del programa de mano en la palabra Sevilla, que al nuevo equipo organizador del festival le interesaba, sobre todo, "promocionar la ciudad." Literal. ¿Pretende este Ayuntamiento utilizar el festival de cine para incrementar la turistificación que ya padece la ciudad? ¿Realmente necesita Sevilla más promoción aún? Saque el lector sus conclusiones.

En este punto debo reivindicar a tantos profesores y profesoras que en estos últimos veinte años hemos aprovechado la existencia del Seville European Film Festival (SEFF) y su carácter plurilingüe para promover la afición al cine en versión original entre nuestras alumnas y alumnos de lenguas extranjeras. Esta exposición al multilingüismo no debe caer en saco roto precisamente en una sociedad poco dada a hablar idiomas distintos del castellano. Demos la batalla por que nuestro festival siga mostrando sin complejos ficciones creadas por cineastas europeos o producidas por entidades europeas en cualquier lugar del mundo (el festival, además, está cofinanciado por la UE) para que las podamos visionar y escuchar en el próximo Festival de Cine Europeo de Sevilla 2025. cmg2024



08 noviembre 2024

Por qué la cocaína favorece la violencia sexual

Por GUILLERMO LAHERA

El País, 8 de noviembre de 2024

La cocaína desata los instintos primarios, de la mano de la verborrea, la grandiosidad y el deseo de dominancia. Prevenir su consumo reduciría la exposición a experiencias traumáticas que son un factor de riesgo de graves trastornos mentales.


Es un clásico de las guardias hospitalarias de fin de semana: el paciente es llevado de madrugada por sus compañeros de farra, algunos asustados y otros infantilmente risueños. El chico presenta unas pupilas como dos agujeros negros, está sudoroso, taquicárdico y no para de moverse. Conductualmente, se muestra retador, desafiante, buscando pelea. En un momento dado, ante una mínima frustración —una leve espera en ser atendido, una petición de análisis de tóxicos en orina, por ejemplo—, eleva el tono de voz, insulta, denigra a todos los presentes y pega una brutal patada a un monitor de constantes vitales. Ni sabe su coste, ni le importa. Se le acerca algún enfermero para calmarle y entra en escalada, a veces haciéndose el ofendido: “¡Que no me toques!”, repite. Uno que recuerdo se fijó en la joven residente que me acompañaba y le dedicó varios comentarios soeces y machistas. A mí me dijo: “Te voy a arrancar la cabeza”.


Estas escenas nocturnas no son agradables y requieren del personal sanitario mucha paciencia, dedicación y templanza de espíritu. Pero lo más chocante es visitar al enfermo a la mañana siguiente y encontrar a un desvalido corderito. Envuelto en sábanas, aturdido por haber dormido poco, sollozante y arrepentido.


La cocaína es, de lejos, el psicoestimulante ilegal más usado en el mundo, con aproximadamente 23 millones de consumidores, cifra que va ascendiendo. Esta sustancia dispara en el cerebro las concentraciones extracelulares de dopamina, noradrenalina y serotonina, actuando especialmente sobre las vías de la recompensa. Por eso, inicialmente, produce aumento de la energía, las emociones positivas y la confianza. Es altamente adictiva y puede tener graves consecuencias médicas, psicosociales y psiquiátricas. Nada menos que la mitad de los consumidores desarrolla síntomas psicóticos a lo largo de su vida, incluyendo reacciones paranoides, delirios o aterradoras alucinaciones visuales o táctiles.


Se asocia también a crisis de pánico, depresión y desregulación emocional. Pero otro efecto de la cocaína es especialmente relevante para la convivencia y la salud de las víctimas: se asocia robustamente a irritabilidad, agresividad, conductas de dominación y delitos. En estado de intoxicación se desatan los instintos primarios, de la mano de la verborrea, la grandiosidad y el deseo de dominancia, y se pueden aplicar ferozmente contra la persona que está más cerca.


La violencia en el ámbito doméstico es aterradoramente frecuente: una de cada cinco mujeres estadounidenses la ha sufrido. Y algunos estudios indican que el 92% de los hombres que agredieron a su pareja femenina había consumido sustancias el día de la agresión, de los cuales el 67% había consumido la explosiva mezcla de cocaína y alcohol. Una deriva son las agresiones facilitadas por drogas administradas a la víctima, normalmente altas cantidades de alcohol.


En un estudio español entre 1.600 mujeres jóvenes, la mitad reportó haber sido víctimas de actos, comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, que van desde el acoso verbal hasta la penetración forzada, con sustancias tóxicas de por medio. El riesgo aumenta en mujeres extranjeras, de bajo nivel educativo y no heterosexuales. La foto del estudio nos muestra que el consumo de alcohol en la víctima y de alcohol y cocaína en el agresor suponen un caldo de cultivo propicio para la violencia sexual. Por supuesto, no se trata exclusivamente de un efecto químico. Los contextos asociados al tráfico de drogas, la pobreza, la exclusión social y la falta de oportunidades aumentan la probabilidad de violencia. Piensen en el estremecedor cóctel de cocaína y prostitución, donde las mujeres son consideradas objetos sexuales y donde la violencia contra ellas está normalizada.


El uso de alcohol, cannabis y cocaína está dramáticamente arraigado en nuestra sociedad. Alguien me tiene que dar muchos argumentos para aceptar que tolerar o fomentar las drogas es de izquierdas: arruina la vida de los más vulnerables. En los años ochenta el viejo profesor Tierno Galván —admirable, por lo que dicen, en todo lo demás— alentó a las masas con su “el que no esté colocado, que se coloque”. La devastadora epidemia de heroína y delincuencia ya había estallado en los barrios populares, para desgracia de las sufridoras madres. El boom de la cocaína iba a seguir a continuación, con el ilusorio marchamo de droga de ganadores, y porque generaba esa hiperactivación tan propicia para el ritmo frenético de nuestros días. Con el cannabis, aún tenemos partidos políticos que minimizan sus daños, contra la evidencia científica disponible, y es consumido por el 28 % de los adolescentes españoles; todos ellos, con cerebros en desarrollo. Socialmente, tomar sustancias tóxicas parece un signo de ser enrollado, saber divertirse y sentirse parte de un grupo.

El discurso antidrogas, en cambio, suena puritano, retrógrado y punitivo. Pues que siga la fiesta, ¿no? Depende de lo que nos importen, por ejemplo, los problemas de salud mental, el fenómeno de la violencia machista o el maltrato infantil, en los que el alcohol y la cocaína parecen ser relevantes. Prevenir el consumo de estas sustancias reduciría la exposición a experiencias traumáticas, que son un factor de riesgo de desarrollar graves trastornos mentales. Si como sociedad apostamos realmente por la prevención, uno de los objetivos tiene que ser tratar de revertir esta distorsionada percepción social de las drogas, informar abiertamente a los ciudadanos sobre sus efectos neurobiológicos o las consecuencias a largo plazo de su consumo y ofrecer tratamiento y ayuda a las personas adictas.

02 noviembre 2024