Una playa paradisiaca, un pequeño parque urbano, el pico de una montaña aparentemente inaccesible, un bosque en medio de la nada. Cualquier espacio natural imaginable comparte una misma amenaza: la basuraleza, aquellos residuos vertidos sin control que dañan el entorno y las criaturas que lo habitan.
Proponemos a paseantes, bañistas, buceadores o pescadores retirar la contaminación por plásticos, cristales o latas en las zonas vírgenes de la playa de Bolonia, áreas a donde no llegan los servicios de limpieza municipales porque el Estado de bienestar ya no da más de sí, y nuestros impuestos tampoco. Es hora de que quienes disfrutamos del paraíso del Parque Natural del Estrecho hagamos algo por preservarlo. Pásalo.
Llena un día una bolsa con residuos a la vuelta del paseo por la playa. |
Una voluntaria recoge plásticos llegados a través del mar. |
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El biólogo Alexis Rivera lidera un programa de recogida de basura que el mar devuelve cada día a La Gomera |