31 julio 2022
SEMIÓTICA DE UNA IMAGEN: Esa España feudal
29 julio 2022
Troles célibes a su pesar
En su reciente columna Te cortaré en trocitos, Paula Bonet describe a grupos de hombres que, cual troles sexuales, han construido espacios peligrosos para las mujeres gracias al anonimato de las redes. Los inceles (neologismo generado a partir del acrónimo inglés incels, derivado de la expresión involuntarily celibate, o célibe involuntario, y que se pronunciaría como pinceles sin la p) son hombres que aseguran que el mundo les ha sido arrebatado por las feministas (“feminazis” las llaman), redactan manifiestos y pasan a la acción para recuperar un espacio que piensan que les pertenece. “Solo si redescubrimos nuestra masculinidad”, afirma uno de ellos, “seremos viriles. Y solo cuando seamos viriles seremos capaces de defendernos”.
Algo muy similar defiende el autor estadounidense Jack Donovan: éste quiere destruir una sociedad feminizada que, según él, se burla de los hombres. A quienquiera que lea sus manifiestos le pueden parecer ridículos, pero de inmediato aparece el terror, porque después de colgarlos en redes o grabarse defendiéndolos, son capaces de torturar y matar a mujeres por el simple hecho de haberse sentido rechazados por ellas. “No sé por qué no os atraigo a vosotras, chicas, pero os voy a castigar por ello… Finalmente, veréis quién soy de verdad, el ser superior, el auténtico macho alfa”, dijo Elliot Rodger antes de asesinar a seis personas en el campus universitario de Isla Vista, California. Siempre se ha dicho que el cerebro es el órgano erótico por antonomasia, pero estos individuos de escasa materia gris parecen ignorarlo.
En esta línea de lo ridículo, Donovan apunta que el clásico rapto de las sabinas, “mito fundacional por excelencia del hombre y la civilización” (Bonet recomienda leer a Susanne Kaiser), es su escenario ideal: exige que se acepte la masculinidad tóxica/violenta. Mary Beard nos alerte sobre lo peligroso que es la aceptación de algunos de los legados del mundo antiguo, como la violencia sexual o el poder del hombre por ser hombre. Estos hombres ven en las sabinas un cúmulo de carne que les pertenece pero que únicamente pueden poseer con violencia: la carne de las mujeres es el blanco de su ira más profunda. ¿Quiénes son aquí los nazis? ¿Las feministas o los odiadores?
Y concluye Bonet: La misoginia nos devuelve a las sabinas. Muchas de nosotras despertamos en el feminismo al observar la cara de terror de una de ellas que intentaba huir de su violador. Aquella mujer esculpida en Florencia por Juan de Bolonia nos salvó la vida.
15 julio 2022
“¿Y si son homosexuales también?”
Por MAR GONZÁLEZ, eldiario.es, 15 de julio de 2022
Profesora Titular de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla
En estos días se han cumplido 20 años de la presentación pública del primer estudio sobre las familias homoparentales españolas, del que se hizo eco la prensa en aquel momento. Su objetivo principal era dar respuesta a las preguntas que esta sociedad se hacía acerca del desarrollo infantil y adolescente en unas familias de las que lo desconocía casi todo.
Los resultados de aquel estudio, publicado en revistas científicas, evidenciaron que no había diferencias significativas entre quienes crecían con madres lesbianas o padres gays y sus compañeros de clase con progenitores de distinto sexo: eran indistinguibles en autoestima, ajuste emocional y comportamental, competencia social o aceptación por sus compañeros o compañeras, entre otras dimensiones evaluadas. Sirvieron para despejar dudas y ahuyentar preocupaciones de buena parte de la sociedad, al tiempo que fundamentaron el cambio legislativo que propició el matrimonio igualitario en 2005.
Sin embargo, también provocaron un sorprendente y airado escándalo en una minoría, reticente a aceptar que pudieran desarrollarse bien quienes crecían con madres lesbianas o padres gays. Así, se puso en cuestión el rigor científico de este estudio y hasta se orquestó una campaña en contra de que fuera publicado o se volviera a financiar a nuestro equipo de investigación. Una de las críticas recibidas estuvo relacionada con el hecho de que ese estudio no respondía a “la pregunta fundamental” (para esta minoría): si estos chicos o chicas serían también homosexuales. Obviando el carácter prejuicioso de la crítica, al considerar implícitamente que sería un efecto indeseable y patológico, ese aspecto ciertamente no había sido objeto de análisis en aquel estudio, dado que los chicos o chicas estudiados tenían edades tempranas.
Años después, nuestro equipo ha estudiado las experiencias vitales y el perfil psicológico de chicos y chicas mayores de edad que habían crecido con madres lesbianas o padres gays en España. Los resultados relacionados con la orientación sexual de esta prole ya adulta acaban de ser publicados en el Journal of Homosexuality y permiten responder a aquella pregunta de un modo claro, aunque con algunos matices interesantes.
Un primer dato de su comportamiento sexual daría una respuesta simple y tajante a la pregunta formulada, puesto que, en una escala de siete puntos, desde la absoluta homosexualidad a la absoluta heterosexualidad, el 87% de los hijos e hijas de lesbianas o gays se situaba en este último polo. O sea, la inmensa mayoría de los chicos o chicas que entrevistamos mantenían relaciones sexuales solo con personas del otro sexo, como ocurre en la población general, desmontando los prejuicios que inspiraban la pregunta.
Un 26% de las chicas o chicos que entrevistamos reconocía haber tenido relaciones sexuales con personas de ambos sexos. Estas experiencias eran enmarcadas en un contexto de exploración en la adolescencia y habían sido vividas sin culpa ni preocupación
Sin embargo, al considerar otras dimensiones de la sexualidad, se añadían matices a la respuesta. Así, descendía al 67% quienes reconocían sentir atracción solo por personas del otro sexo y al 60% quienes se identificaban únicamente como heterosexuales. O sea, una parte de las personas entrevistadas, aunque solo tenía relaciones con personas del otro sexo, reconocía haber sentido en algún momento atracción por personas del mismo sexo y eso les lleva a autodefinirse de modo menos tajante (p.e. mayoritariamente heterosexuales), mostrando sintonía con la diversidad de su deseo sexual.
Abundando en esa idea, preguntarles por sus experiencias pasadas aporta también datos interesantes, puesto que un 26% de las chicas o chicos que entrevistamos reconocía haber tenido en el pasado relaciones sexuales con personas de ambos sexos, aunque fuera de modo esporádico. Estas experiencias eran enmarcadas en un contexto de exploración de su sexualidad en la adolescencia y habían sido vividas sin culpa ni especial preocupación.
Por último, el género se desveló como una variable relevante a la hora de definir la orientación sexual: mientras los varones entrevistados se autodefinían situándose en los extremos de la escala (uno como “absolutamente homosexual” y el resto como “absolutamente heterosexual”), las mujeres mostraban un patrón significativamente más variado y menos polarizado, posicionándose frecuentemente en los niveles intermedios. Estas diferencias por género concuerdan con las halladas en otros estudios con población general, que han encontrado mayor fluidez y menor polarización de las mujeres a la hora de definir su orientación sexual.
A la vista de los resultados obtenidos, hemos de concluir que no se ha visto confirmada la mal llamada “preocupación” que albergaba una parte de la sociedad acerca de que estos chicos o chicas fueran también gays o lesbianas, como sus padres o madres. Lo que sí evidencian nuestros datos es su mayor libertad para experimentar y definir su orientación sexual, sin temor al rechazo y sin culpa. En este sentido, quienes reconocían una orientación homosexual o bisexual nos comentaron que nunca lo ocultaron y que empezaron por comentarlo con su familia. Y esto es así porque saben que sus familias solo quieren que sean felices, amen a quien amen, se eroticen con quien se eroticen.
Mucho que seguir aprendiendo de las familias homoparentales en España.
04 julio 2022
Vulnerables
Auf immer, lieber Cousin Rolf
Rolf Henke war ein unvergesslicher Charakter, der sichtbare Spuren in unserer Welt hinterlassen hat.
Er war getrieben von seinen Ideen, Werten und Visionen. Und dabei immer 100% er selbst. Seine Visionen waren groß und viele haben darin Platz gefunden.
Rolf hatte die ungewöhnliche Gabe, die Dinge wachsen zu lassen und gleichzeitig war er es, der säte und lenkte, strategisch, unkonventionell und auf seine Weise fast geheimnisvoll.
Wir alle sind tief von Rolf beeinflusst, in unseren Werten, unserem Verständnis von Lebensqualität, unserem Geschmack, und auch von seiner unermüdlichen Lust zu leben und immer wieder aufs Neue etwas anzuzetteln.
Rolf war ein Spurenleger, der jeden von uns auf seine Art und Weise geprägt hat. Er wird in und durch uns weiter wirken.
Lieber Rolf, wir danken dir für all die Bäume, die du gepflanzt hast und den Weg, den du uns damit aufzeigst.
B.H-S.
+ Nordkurier: Ein Millionär fand sein Glück in der Uckermark
03 julio 2022
Las humanidades lo petan
El desprestigio de las Humanidades ha calado en una sociedad digital que ha sentido robustecido con las nuevas tecnologías su menosprecio por ellas como materias prescindibles. Ese desdén no afecta paradójicamente a las Humanidades mismas sino que aleja del conocimiento —histórico, filosófico, estético, filológico— a quienes lo asocian a tostones casposos, incapaces de disfrutar del valor emancipador de saberes que cuestionan y transforman el mundo. Ningún cambio relevante en ninguna esfera de la era moderna y contemporánea —el fin de la esclavitud, la conquista del Estado de derecho, la execración de la tortura, la consagración de los derechos de la infancia y de las mujeres, el respeto a las minorías— ha sucedido sin que alguien haya armado una idea y la haya difundido por todos los medios, incluido internet. Las Humanidades parecen barridas por la revolución tecnológica pero ahí siguen, fomentando la independencia crítica y la virtud del saber heredado y compartido. Los estudiantes de estas materias se habrán sentido hermanados con Gabriel Plaza: se saben de segunda categoría en un mundo hipertecnológico. Lo peor sería que escogieran el camino de muchos en los últimos 15 años: buscar trabajo fuera de España. Frente a la prepotencia y la defensa a ultranza de una rentabilidad del saber instrumental y miope, solo cabe respirar hondo y darle la enhorabuena a Gabriel.
Editorial del diario El País, domingo 3 de julio de 2022