28 diciembre 2022
20 diciembre 2022
18 diciembre 2022
Cuando el polvo se asienta_serie
Las vidas de ocho personajes se entrelazan después de que un brutal atentado terrorista sacuda Copenhague en uno de los últimos grandes éxitos de la televisión escandinava. 21 días antes de la masacre, Nikolaj está a punto de hacerse cargo del restaurante donde trabaja como chef. Jamal quiere aprobar el examen de conducir para cumplir con las expectativas de la familia. Lisa, una famosa cantante sueca, está a punto de comenzar una nueva vida con su amante danés. Y Holger, un viejo solitario, está tratando de acabar con la suya. Elisabeth, la ministra de Justicia danesa, se debate entre retirarse para pasar más tiempo con su esposa o permanecer en el juego político, donde se siente más viva. Mientras tanto, Marie, una niña de 8 años, encuentra una bala brillante y dorada en el bosque, y Ginger, una joven sin hogar, aún no sabe que se convertirá en una importante testigo ocular. En el transcurso de tres semanas, la vida de estos ocho personajes principales cambiará dramáticamente...
Una excepcional, emocionante y cruda ficción danesa de ritmo trepidante y estructura coral. Lo mejor que he visto desde Breaking Bad, que ya es decir. Me encandiló la riqueza dramática y la complejidad humana de los y las personajes creados, con sensibilidad exquisita, por las dos guionistas principales, Dorthe W. Høgh e Ida Maria Rydén. El actor que interpreta a Jamal, y la actriz que da vida a la cantante Lisa, transmiten una belleza hipnótica. Diría que es una ficción muy honesta sobre nuestra Europa de cada día. Oh, Dinamarca, ese pequeño gran país.
Disponible en Filmin. Diez episodios de 55 minutos.
10 diciembre 2022
Cachorro Lozano: El hombre y el artista
El artista y el exhibicionista que comercia con su propia imagen se superponen en la obra de Cachorro Lozano, un artista global made in Spain, fruto de internet y de las redes sociales, cuyas creaciones y actitud vital son un antídoto necesario contra el oscurantismo, contra la glorificación religiosa de la virginidad, y contra el miedo al sexo de tantos hombres que viven escondidos en el ciberarmario. A steady fuck is good for you. • cmg2018
Exposición What a Gay Day to be Alive en BCN |
Paco Tomás sobre la toxicidad del patriarcado futbolero
"No hay un solo dolor de este adulto, un solo miedo, una lápida bajo la que sepultar mi autoestima, que no tenga su origen en los trece primeros años de mi vida", afirma el protagonista de Coto privado de infancia (Planeta), la novela con la que Paco Tomás indaga en las secuelas que deja en un hombre gay el acoso que sufrió en el colegio, la vulnerabilidad y la desconfianza que arrastrará ese tipo desde entonces. Tomás (Palma de Mallorca, 1967), presentador del programa Wisteria Lane y uno de los activistas más admirados del país, ha escrito un libro hondo y hermoso que desprende la verdad de lo vivido. La visita del autor la pasada semana a Sevilla, donde fue premiado en el festival Togaytherland, propició esta charla.
–Tomás Yagüe, su protagonista, asegura haberse construido a partir del acoso que sufrió en la infancia. Él dice que no ha sabido pasar página, que aquello ha marcado su vida...
–Desde muy pequeño, es algo que a mí me pasaba y que le he prestado al protagonista de la novela, lo primero que aprendes es a odiar. A odiarte a ti mismo y a odiar a los demás. Te construyes desde un lugar muy peligroso, desde un espacio de víctima, que a la larga, con el tiempo, también acaba siendo un lugar tóxico. Así que tienes que deconstruirte en el camino, para volver a ser la persona que tenías que haber sido sin todo ese proceso. Pero la hostilidad que vives a una edad muy temprana, cuando no tienes herramientas para gestionarla, te marca de por vida. En mi caso, pensé que aquello estaba superadísimo, que cuando dejé el colegio y terminó el acoso ya no tenía que preocuparme. Pero un día vas al psicólogo para tratar una separación de pareja y todo lo que tenías dormido estalla.
–"Cuidado con los supervivientes", advierte un personaje. "Suelen creerse con el derecho a cosas que no les pertenecen".
–Claro, cuando partes de esa situación crees que el mundo te debe una disculpa, que los agresores tienen que pagar lo que han hecho contigo. Y alcanzas un estatus de víctima muy dañino, te puedes convertir en un monstruo sin quererlo, pensar que nadie es más víctima que tú. En esa conversación, Lola pone el ejemplo de una superviviente de un campo de concentración que después es capaz de justificar las atrocidades del gobierno de Israel. Hay que tener cuidado con el lugar en el que nos colocamos.
–El libro explora cómo "el patriarcado encumbra a los hombres que no tienen miedo" y cómo ser débil es considerado "indigno".
–Es que yo creo que el patriarcado tiene la culpa de casi todos los males que estamos viviendo hoy. Y me explico. ¿Quién está detrás del cambio climático, de las grandes empresas que contaminan, por ejemplo? Señores, y ese poder que se les ha dado desde el origen de los tiempos. Esos señores heterosexuales y blancos han gestionado desde su privilegio la economía, el medio ambiente, la libertad... Es verdad que esa estructura se está resquebrajando con el discurso feminista, el de las comunidades LGTB, el anticolonizador, pero a la vez quienes han crecido en ese sistema sienten como una amenaza todas esas voces. Por eso, cuando aparece un partido de extrema derecha que defiende los valores puros del patriarcado, mucha gente que no lo votaría en otras circunstancias, como ve que está en peligro su identidad, lo acaba votando. Toni, el hermano de Tomás, es uno de ellos.
–La madre, que acaba pidiendo perdón a su hijo, representa a una generación que no supo qué hacer con los niños que no respondían a la norma.
–Esta novela nace precisamente porque unas navidades mi madre me pidió perdón. Yo sentí que una etapa que se había alargado toda mi vida se cerraba. La relación entre una madre y un hijo homosexual es como un viaje, y ese viaje a veces puede llegar a un destino o no. La madre dice en la novela que la engañaron: entonces había unos programas de televisión, unas políticas sociales, una cultura general que creía que a los hijos homosexuales se les podía curar con disciplina y menosprecio, para que viesen que estaban en el camino equivocado. Hasta que esas mujeres se topan con otros referentes, con que la Organización Mundial de la Salud rechaza que ser gay sea una enfermedad, con que se aprueban otras políticas... Eso no significa, que conste, que mi madre salga ahora a la calle el día del Orgullo. Ella está marcada por esas mentiras y esas manipulaciones, del mismo modo que yo estoy marcado por el acoso que sufrí. La sensación de tiempo perdido y fracaso es común en los dos. Ahora estamos empezando a tener una relación sana.
–En un pasaje de la novela, Tomás lamenta que los hombres homosexuales "hemos decidido que el sexo que mola es el violento", han "fetichizado la estética y los roles del agresor".
–Y yo no lo acabo de entender. Quizás forme parte de un proceso de apropiación de aquello que nos hacía daño, del mismo modo que nos apropiamos del insulto de maricón y lo desactivamos. En el fondo es lo que hacía Tom of Finland, que convertía en objetos de deseo a policías o soldados nazis, y en eso percibo una sensación de sometimiento que yo no acabo de entender. Lo que ahora llaman empotrador, en el fondo, era el agresor del patio del colegio. No reivindico el sexo vainilla, pero esa fetichización me cuesta un poco, lo admito.
–En el libro se cuenta que Luis Aragonés rechazó un ramo de flores que le regalaban y él respondió que a él "por el culo, ni el pelo de una gamba".
–Y uno escribe en Google las mejores frases de Luis Aragonés y te sale esa. El fútbol me parece un entretenimiento atávico donde puedes gritar insultos racistas, homófobos, sexistas... Y me da la razón que se celebre un Mundial en un país que vulnera los derechos humanos, pero los derechos de las víctimas del patriarcado, de las mujeres y de las comunidades LGTB. ¿Cuál es el problema? Para el patriarcado, ninguno. Yo siempre vincularé el fútbol al patio del colegio, a ese día que me fui a jugar con las chicas y mis compañeros pararon el partido para venir a insultarme. Dicen que transmite los valores del deporte, pero no es verdad, el fútbol es un negocio. No puedes comparar las gradas de un partido de tenis, de balonmano, con el de un partido de fútbol.
–Usted aprendió de Tom Spanbauer que "escribir es una buena manera de curarse por dentro". ¿Este libro le ha sanado?
–A mí me sana escribir, aunque no lo publique. Spanbauer es el creador de eso que se llama escritura peligrosa, que en el fondo es la gran frase de Carrie Fisher de coge tu corazón roto y conviértelo en arte. Rebusca en tu daño y pon sobre el papel tus entrañas. Eso lo he hecho con este libro. ¿Y sabe una cosa? Estoy viendo con sorpresa que la gente más joven se ve reflejada también en esta historia. En otro nivel, porque la sociedad ya es distinta, afortunadamente, pero sí sienten algo parecido a lo que se retrata en la novela: que fueron bichos raros, que estuvieron solos... Al fin y al cabo, esas vivencias, esas experiencias comunes, son las que nos hacen comunidades, por eso somos comunidades LGTBI+, porque hemos vivido algo similar, da igual la edad, el país o la raza.
31 octubre 2022
Recuperando la memoria de Manuel Sánchez Librero
En el trágico verano español de 1936 Manuel Sánchez Librero (Aznalcóllar, Sevilla, 1904-1937) trabajaba como chófer del autocar de la Compañía Gaditana de Minas que cubría las rutas entre Aznalcóllar y Sevilla, Sanlúcar la Mayor y Gerena. Hasta nuestros días ha llegado su permiso de conducción de "vehículos mecánicos de cuarta categoría" número 1982, (era propietario de su propio camión de transporte, lo que le generó envidias entre algunos vecinos maliciosos), extendido por el Gobierno Civil de Sevilla, y en cuyo reverso se hacía constar que se había examinado en un camión "Wichita".
También se ha conservado el último taco de billetes de 2,50 pesetas que él mismo arrancaba y entregaba a cada pasajero. En su último trayecto entre Sanlúcar la Mayor y Gerena solo pudo utilizar los primeros 12 billetes de ese taco gris. Su vida se paró en el billete número 13. Igualmente, sus descendientes han conservado su pase gratuito para Tranvías de Sevilla correspondiente al año 1936, en el que aparece retratado sujetando un periódico en las manos. Una imagen que sugiere un joven lector.
Ya tenía los dichos tomados, como se decía por aquel entonces, con Marina, su prometida. Se lo llevaron cuando estaba a punto de casarse por lo civil (como hiciera su hermana Erodia, madre de su sobrina Manola) y de estrenar casa en Aznalcóllar, motivo de envidia entre los que lo arrestaron, que prendieron fuego a la misma. No estaba afiliado a ningún partido o sindicato. Se decía de él que no se metía en política.
Guapo, rubio y de ojos verdes, Manuel Sánchez Librero era hermano de Amelia Sánchez Librero, y tío de Manola Palomo Sánchez , quien ha cedido su ADN salivar para la identificación futura de sus restos cuando éstos aparezcan. Fue asesinado a los 33 años de edad dentro del término de Sanlúcar la Mayor, por demócrata, por agnóstico, y, seguramente también, por ser una persona decente. Residía en la casa de sus padres, ubicada en la Calle Alcalde Felipe Macías Caparrós. A día de hoy permanece desaparecido.
Tras el asesinato de Manuel, su hermana Amelia comenzó a enfrentarse a menudo con los falangistas, que la obligaban a poner la bandera franquista en el balcón de la casa familiar en Aznalcóllar. En una ocasión, Amelia se fue resuelta a la azotea, echó mano de una bata negra, la colgó de un escobón y la fijó al balcón en señal de luto por la muerte de su hermano. Al pronto, volvieron a presentarse los falangistas en el domicilio recordándole que esa no era la bandera que ellos le habían dado para que la colgara. Amelia desobedeció la orden y el escobón siguió colgado del balcón con la bata a modo de crespón negro. Amelia era una mujer echá p'alante, que no se callaba una. Cuando la obligaban a alzar el brazo para hacer el saludo fascista, ella no lo levantaba nunca. Los falangistas solían meterle por el costado la muleta que llevaban para hacerle levantar el brazo, pero ella se metía las manos en los bolsillos o se cruzaba de brazos.
Su sobrina Manola, de 84 años, que me refiere los hechos, conserva aún hoy (guardado en una bolsita hermética de plástico) el amuleto que su tío Manuel llevaba (imaginamos que colgado) en su camión, y que no era una estampita religiosa ni cualquier otro objeto supersticioso sino un pequeño rosquito de pan duro de apenas 6 x 3 centímetros, con el que ella aún pasea sintiéndole a su vera. No sale a la calle sin él.PD: Hoy, 31 de octubre de 2022, el Estado español ha celebrado en el Auditorio Nacional de Música, en Madrid, el primer acto conmemorativo con motivo del Día de Recuerdo y Homenaje a todas las víctimas del golpe militar, la Guerra Civil y la dictadura franquista. ¡NUNCA MÁS!
03 octubre 2022
La belleza cruda
Hombre anónimo autorretratándose en bañador |
29 septiembre 2022
No hay pensamiento sin tiempo para pensar
21 septiembre 2022
Museo Virtual de la Guerra Civil Española
El primer museo sobre la Guerra Civil española es virtual y está alojado en Canadá. Un grupo de académicos, historiadores, arqueólogos y especialistas en humanidades han lanzado, tras cinco años de trabajo, una institución digital para acabar con un “déficit de historia pública.” Tras cinco años de trabajo y con la aportación de 20.000€ por parte del Gobierno de Canadá, nace el Museo Virtual de la Guerra Civil Española, el primero dedicado a este “evento crucial del siglo XX”, como reza la portada del sitio web. El proyecto ha sido creado por los académicos Antonio Cazorla y Adrian Shubert, junto con otros investigadores como Alison Rivero de Meneses, Sofía Rodríguez, Jesús Espinosa o Alfredo González-Ruibal.
Además de la aportación de Canadá, que proviene de sus presupuestos para el área de investigación, han logrado reunir otros 20.000 euros de varias instituciones, como la York University (Toronto, Canadá) y la Trent University, que mantendrán durante los próximos diez años el alojamiento y actualización de la web del museo.
La embajada de España en Canadá contribuye con 2.000 euros que servirán para sufragar el diseño gráfico del museo. Cuentan los creadores del museo que lo más difícil ha sido conseguir los derechos de las imágenes para publicarlas y aquí han ayudado tanto el Archivo General de la Administración (AGA) como el Centro Documental de la Memoria Histórica, en Salamanca. ¿Ha colaborado la Secretaría de Estado de Memoria Democrática en el proyecto? “Existe la promesa de apoyarlo con la traducción a otras lenguas del Estado”, responde el historiador Antonio Cazorla. El museo es accesible en inglés y español, de momento.
La imagen con la que recibe al visitante es la desgarradora fotografía de la mujer llorando a los pies del cadáver de su marido, asesinado por el bombardeo franquista sobre la ciudad de Lleida. A Cazorla le parece oportuna para señalar las contradicciones de esta guerra civil, porque el hombre fallecido era favorable al golpe de Estado. “No queremos glorificar la guerra, sino contar la miseria”, dice por teléfono desde su despacho en la Universidad de Trent.
La foto es un icono revelador sobre el punto de vista del museo, que podría tener un reflejo en el Museu Memorial de l'Exili, en La Jonquera, cuyo objetivo es difundir la memoria y el legado de las personas que tuvieron que huir del franquismo y de “la diáspora catalana contemporánea”. Sin embargo, no hay institución dedicada al repaso pormenorizado de aquellos acontecimientos que avanzaron el desastre del siglo XX. Reconoce que han puesto en marcha el museo virtual porque no existe en España un museo “de ladrillo” dedicado a contar la Guerra Civil. “En el Estado español no ha existido ningún interés por contarla”, dice. Lamenta esta situación y la compara con Francia, donde Cazorla ha contado hasta un centenar de museos dedicados a reconstruir el relato de la II Guerra Mundial.
Lenguaje directo
De momento, podrán consultarse 130 entradas sobre el comienzo de la Guerra Civil y desarrollo del conflicto, las retaguardias, la vida cotidiana en el frente, el contexto internacional y la memoria histórica. Cada una de ellas incluye fichas en las que se explica, por ejemplo, el avión Dragon Rapide, el avión alquilado por el banquero Juan March para transportar a Franco hasta Tetuán y poner en marcha los planes que desencadenarían el golpe de Estado y levantamiento militar contra la República. También hay imágenes sobre la represión, objetos, la vida en las trincheras, las tropas rebeldes y un largo etcétera. Para la segunda fase de crecimiento del museo se incluirá un capítulo dedicado a las causas de la Guerra Civil, el papel desempeñado por la mujer o los paisajes de la guerra.
La intención es profundizar en el conocimiento y divulgación de los estudios secundarios sobre la guerra, apoyándose para contextualizarlos en documentos y artefactos, conservados en el depósito español más grande, el AGA. “La Guerra Civil española (1936-1939) fue un acontecimiento definitorio de la historia de España y uno de los eventos seminales del siglo XX. A pesar de su importancia y de la inmensa literatura académica dedicada a su conocimiento, tanto en España como a nivel mundial, las formas en que se ha comunicado la guerra civil al público español e internacional han sido, en general, muy polémicas”, explican los organizadores del museo compuesto por un equipo internacional, multilingüe y multidisciplinario de historiadores, arqueólogos, académicos de estudios culturales y especialistas en humanidades digitales.
“Es un proyecto al margen del relato oficial. Parte de la sociedad civil, en colaboración puntual con instituciones, que aportan dinero o derechos de imágenes. El enfoque del museo es desde la historia social y cultural”, indica Cazorla, aunque también se cuentan algunas de las batallas más importantes de la contienda.
Déficit de historia pública
Cazorla cree que en España “hay un déficit de historia pública”, que es la historia dedicada a formar al público. “El problema es que nuestra historia pública carece de un relato para el público. Eso es lo que quiere cubrir este museo”, dice. “Lo habitual es que se cuente la nación como víctima y heroína, pero no como nación bellaca. Por eso, los museos sobre guerras civiles son tan escasos. Por eso, hemos tratado de construir un espacio que el Estado español se ha negado a construir. Ni la izquierda ni la derecha se han atrevido a hacer la propuesta. Una prefiere refugiarse en la memoria y la otra, en que se reabren las heridas”, añade Antonio Cazorla desde Ontario (Canadá), donde desde hace más de una década ejerce como catedrático de Historia Contemporánea de Europa.
Un pañuelo bordado con los colores de la República. |
La misión declarada del Museo virtual de la Guerra Civil española es sintetizar la erudición más actualizada sobre la contienda y sus secuelas a largo plazo. También pretende evaluar los documentos en poder de las instituciones asociadas para su análisis y exhibición. Y montar una exhibición que combine síntesis académica y fuentes primarias de una manera que atraiga a un amplio público internacional. Son objetivos que insisten en reforzar la idea de “historia pública” que, sin renunciar a la calidad del contenido se esfuerza por comunicar. Porque, como dice Cazorla, “en España hay muchos lugares sin memoria y muchas memorias sin lugar”.
Un museo para leer
Entre los objetos que han rescatado de momento, y que irán creciendo, llama la atención un pañuelo bordado con los colores de la bandera de la Segunda República. Los investigadores que han escrito las fichas explican a partir de este caso el legado de los símbolos de represores y víctimas. Apuntan que la memoria de la Segunda República se ha desvanecido ante la de la guerra civil y la dictadura. “El cine y la literatura españoles, que se han centrado poderosamente en recuperar a las víctimas olvidadas de la Guerra Civil y la dictadura, han tendido a presentar a la Segunda República como un simple preámbulo para la acción, por ejemplo, en La lengua de las mariposas, de José Luis Cuerda, o en Belle Époque, de Fernando Trueba”, puede leerse en el museo.
Este museo virtual también es un ejercicio de contrapropaganda, en el que se aclara que, desde la más inmediata posguerra, las iniciativas de memoria de la dictadura reforzaron la victoria de Franco y descalificaron a los vencidos de cualquier presencia en el horizonte de la memoria nacional. De ahí se ha llegado al estado actual del Valle de los Caídos, en origen planeado para glorificar a los muertos de los rebeldes y transformado para contener los caídos de los dos ejércitos. “Es un monumento que nunca ha sido neutral y sigue siendo foco de una muy justificada polémica”, puede leerse en el museo. Tampoco elude la situación de la recuperación y dignificación de algunas víctimas de la represión franquista, “enterrados en fosas comunes o agujeros junto a las carreteras desde los años del conflicto, aunque muchos lugares están aún por excavar”.
17 septiembre 2022
Teoría del ciberarmario (o la curiosidad mató al "hetero")
- Heterosexualidad no es sinónimo de masculinidad, ni homosexualidad lo es de afeminamiento.
- La heterosexualidad NO aumenta la masculinidad.
- Creerse más hombre que otro por tener sexo con mujeres es propio de machistas. El supremacismo sexual es consustancial al macho.
- La nueva masculinidad no reside en la testosterona ni en la entrepierna sino en la inteligencia emocional y en la afectividad.