25 abril 2012

My First Time in Many Ways


MY FIRST TIME IN MANY WAYS
Carlos Martín-Gaebler

This is the first time I go back to America after my three best gay friends, Ritchie Bennett, Dan Moseley and David McCarn, have died. I will miss their big hugs…
The first time after a whole generation of talented American writers and scholars that I interviewed for my dissertation in 1987 have literally been swept away by the aids epidemic.
This is my first time back in America in the digital era.
This is my first time back in America with a black president in the White House. Yes, we can.
This is my first time I am back in America and I will not see the Twin Towers in the NYC skyline from the plane, my first time after the criminal attack on 9/11.
This is my first time back in America after Mr Bush and Mr Aznar’s illegal war on Iraq.
This is my first time back in the United States after Abu Ghraib, Guantánamo and Wikileaks.
The first time after I have travelled to Cuba and realized how counterproductive the American embargo is to bring about a democratic transition on the island.
After it has been proved that financially deregulated capitalism sucks!
After the 15-M protest movement has taken to the streets globally to demand a better world.
After getting captivated by the magic of Paul Auster’s literary universe and Clint Eastwood’s films.
After Hollywood has given the world the gift of Brokeback Mountain and Spain a new film star, a man called Miguel Ángel Silvestre.
After realizing that Bruce Springsteen is still rock’n rolling 30 years later.
The first time I am coming from a country where all have now been granted equal rights, even same-sex couples, but which is stricken with corruption at every level of society.
The first time after La Roja has won the World Cup!
The first time after making several new American friends in many parts of the world.
Still, in a way, by going back to Chapel Hill, NC, 25 years later I feel like I am coming home.cmg2012

14 abril 2012

Cuidado con las crisis: engordan a las bestias


Fotografía: Gonzalo Orquín

Por CARLOS MARTÍN GAEBLER

Vivimos tiempos oscuros, propensos al populismo y al odio al diferente. Y muchos vivimos también indignados por la ola de homofobia que nos invade y cuyo más reciente exponente son las declaraciones homófobas del obispo de Alcalá de Henares en la misa del pasado domingo, retransmitida por TVE, asociando homosexualidad y prostitución y situando a los gays en el infierno. Como llevo ya seis días lleno de rabia por dentro y de impotencia por no poder defenderme ni por contar con los medios de comunicación a los que sí ha tenido acceso este sacerdote, quiero desahogarme en esta preciosa tarde republicana con esta columna en mi blog.

¿Cómo se permite Juan Antonio Reig Pla, que así se llama este individuo, atentar de esta forma contra la dignidad de las personas homosexuales desde el púlpito privilegiado de la televisión pública de todos los españoles (de los católicos y de los no católicos) excusándose en la libertad de expresión? La libertad de expresión acaba donde empieza la dignidad del otro. ¿Cómo se atreve a tildar de corruptos a los gays siendo como es representante de una iglesia apestada por casos de pederastia y habiéndose demostrado que le paga el alquiler a un cura condenado por pederastia? ¿No le valdría más limpiar su propia casa de sacerdotes corruptores de niños y de monjas que vendían bebés? El día en que se forme una Comisión Nacional para la Reparación a las Víctimas de Abusos en la Infancia, como se hizo en Irlanda tras la acumulación de 30.000 denuncias, no van a tener fondos suficientes para indemnizar a las víctimas de tanta crueldad. Y cada vez estamos más cerca de que estalle esa cascada de denuncias que lleva años incubándose en la sociedad española. Y, si no, al tiempo.

Convendría al obispo de Alcalá leer el artículo que Mario Vargas Llosa publicaba el mismo día en que él se despachaba a gusto desde la televisión pública, La caza del gay (a propósito del reciente asesinato de joven Daniel Zamudio en el ¿civilizado? Chile), para que se dé cuenta del daño que hace con sus palabras a tantos jóvenes y no tan jóvenes que no pueden salir del armario, que viven su sexualidad con miedo y sentimiento de culpa, o que se ven abocados a vivir una doble vida para aparentar lo que no son. Sus palabras son tan constitutivas de delito como las que incitan a la violencia contra las mujeres del imán islamista de Tarrasa.

Algún día la Iglesia católica española habrá de pedir perdón por tanto sufrimiento causado a las personas homosexuales, no sólo a los hombres traumatizados por ser víctimas de abusos en su infancia, sino también a aquellos que murieron de una enfermedad de transmisión sexual incurable y que acabaron sus días estigmatizados por sus propios familiares como apestados. Eso sí que no tiene perdón de dios.

Si nadie les obliga a los religiosos a practicar sexo, ¿por qué ese empeño en inmiscuirse en la sexualidad de los demás? El sexo es vida, alegría, comunicación y no mero intercambio de fluidos, por si no lo sabían. ¿Por qué insisten estos sumos sacerdotes obsesionados con la virginidad en ver el sexo como algo manchado, maculado? Como decía aquel, si algunos follaran más, joderían menos.

Sé que no todos los católicos son intolerantes hacia los homosexuales y desde el seno de la propia Iglesia católica han surgido voces condenando el desvarío de este obispo de trayectoria fascista. Pero yo no quiero ser tolerado, yo quiero ser respetado, igual que yo respeto su derecho a practicar sus creencias, aunque no las comparta, que ésa es la condición para la convivencia.

Yo soy un ciudadano honesto, pago mis impuestos (incluido el IBI que la Iglesia católica no abona), no soy ningún corrupto, no adoctrino a mis alumnos y, desde luego, no me acuesto con menores. A lo largo de mi vida he conocido a sacerdotes que no podrían decir lo mismo. Y contribuyo cada día a construir un país decente, donde no sobra nadie, si acaso lo que sobran son expresiones denigrantes como las de estos religiosos islamistas o católicos que nos retrotraen al tiempo de la barbarie (es lo que tiene no haber tenido una revolución francesa). Mi generación ha luchado por conseguir la igualdad de todos los españoles ante la ley, y nunca voy a dejar de luchar contra el machismo y la homofobia –las dos caras de la bestiacmg2012

Feliz 14 de abril. Salud y República. 

-->

09 abril 2012

La caza del gay

Por MARIO VARGAS LLOSA

La noche del tres de marzo pasado, cuatro “neonazis” chilenos, encabezados por un matón apodado Pato Core, encontraron tumbado en las cercanías del Parque Borja, de Santiago, a Daniel Zamudio, un joven y activista homosexual de 24 años, que trabajaba como vendedor en una tienda de ropa.

Durante unas seis horas, mientras bebían y bromeaban, se dedicaron a pegar puñetazos y patadas al maricón, a golpearlo con piedras y a marcarle esvásticas en el pecho y la espalda con el gollete de una botella. Al amanecer, Daniel Zamudio fue llevado a un hospital, donde estuvo agonizando durante 25 días al cabo de los cuales falleció por traumatismos múltiples debidos a la feroz golpiza.
Este crimen, hijo de la homofobia, ha causado una viva impresión en la opinión pública no sólo chilena, sino sudamericana, y se han multiplicado las condenas a la discriminación y al odio a las minorías sexuales, tan profundamente arraigados en toda América Latina. El presidente de Chile, Sebastián Piñera, reclamó una sanción ejemplar y pidió que se activara la dación de un proyecto de ley contra la discriminación que, al parecer, desde hace unos siete años vegeta en el Parlamento chileno, retenido en comisiones por el temor de ciertos legisladores conservadores de que esta ley, si se aprueba, abra el camino al matrimonio homosexual... (El artículo continúa en El País.es)