Revista ¿Entiendes?_diciembre de 2001
La Real Academia Española de la Lengua acaba de incluir, por fin, los vocablos homofobia ("aversión obsesiva hacia las personas homosexuales") y homofóbico (aunque mejor hubiera sido que adoptaran el término "homófobo", más versátil por ser tanto sustantivo como adjetivo), en la vigésimo segunda edición de su diccionario publicado a finales de octubre de 2001. La vetusta Academia ha sido la última en hacerlo, pues todos los nuevos diccionarios que se han publicado en España recientemente ya habían incorporado dicho término.
Hace ahora casi diez años, y desde mi condición de profesor universitario, me dirigí a la Real Academia Española para solicitarles que procedieran a dicha inclusión, pues ello redundaría indirectamente en un fortalecimiento de las libertades individuales en España y en otras sociedades hispanohablantes, sociedades mayoritariamente homófobas e intolerantes hacia gays y lesbianas. Durante los años 90 envié varias cartas y abundante documentación a la Academia ya que ésta no consideraba el término lo suficientemente documentado. Sólo el académico y escritor José Luis Sampedro (¡qué mente tan sabia y joven la suya!) se mostró partidario de apoyar esta iniciativa lexicográfica ante la Comisión de Diccionarios. Casi una década ha pasado y, gracias a nuestra creciente visibilidad y presión social, hemos conseguido esta pequeña victoria, que es un logro de todos y de todas nosotros. Ahora los jueces ya no podrán esgrimir que no pueden condenar a alguien por comportamiento homófobo porque esta palabra no exista en el diccionario, como arguyeron en una sentencia de mediados de los años 90 en Madrid.
Con esta carta deseo compartir esta buena noticia con todos vosotros y vosotras, compañeros de COGAM, personas que también lucháis por la igualdad de gays y lesbianas en España. Hoy nuestros enemigos ya tienen nombre oficial en el diccionario de diccionarios. Estamos de enhorabuena.
Carlos Martín Gaebler
Universidad de Sevilla