13 diciembre 2022

Bésale, bésale mucho

Por CARLOS MARTÍN GAEBLER

Los españoles nos besamos y tocamos tanto en público que es una alegría. Debe ser el lado tierno de la marca España. Recuerdo que, ya en el añorado 1992 del olímpico Amics per sempre, lo resaltaba la escritora Rosa Montero en un artículo titulado Besos y otras cosas. Hasta nuestros waterpolistas se besan en los morros cuando conquistan un título de relumbrón. Pero no todos los hombres se sienten libres para besar o acariciar a sus novios, maridos o amigos en público. Un reciente y original anuncio publicitario australiano anima a las parejas del mismo sexo a cogerse de la mano, estén donde estén.

La visibilidad es un derecho orgullosamente conquistado. Fruto de la lucha por la igualdad son las bodas entre personas del mismo sexo, cuya difusión mediática ha contribuido a normalizar la visión que los heteros tienen de nosotros. Sin embargo, cada uno de nosotros puede hacer más por esa normalización, porque la visibilidad sí que importa. ¿Te vas a perder la incomparable sensación de libertad que da ir cogido de la mano de tu amado/a por la calle? Échale huevos, y disfruta de la vida ahí fuera (del armario). Si escondes la mano y sucumbes al miedo, les haces el juego a los homófobos, a los machistas, y ganan ellos. Que no nos dé miedo el amor. 

Para que los heteros aprendan a mirarnos con naturalidad debemos comportarnos con la naturalidad que proporciona la ternura, también en la vía pública, en las playas, en un restaurante, en el cine, en la universidad, en el metro. Muchos gays y lesbianas deben aún guardarse la mano en el bolsillo cuando pasean junto a su pareja por la calle. No nos reprimamos nunca cuando queramos acariciar o besar a nuestro chico o chica, o nos apetezca ir cogidos de la mano, por miedo a fascistas homófobos. Mostrando nuestro amor podemos parar su odio. Pásalo. cmg2019

20 comentarios:

Unknown dijo...

BESOS TERNURA QUE DERROCHE DE AMOR """CUANTA LOCURA""" DE.V.M.CANTADO POR ANA BELEN...PARA EL MUNDO Y LA HUMANIDAD...BESEMOSNO TODOS CON TODOS 😘😘😘😘😘🎶🎵

Anónimo dijo...

Impresionante cómo nos miraban en Austria y en Budapest hace poco por ir con un chico cogidos de la mano. Me di cuenta de que la situación les extrañaba.

Ignacio dijo...

Muy buena entrada, Carlos. Hay que perder el miedo. Ya, afortunadamente, se ha normalizado algo, y se ven muchas parejas jóvenes de la mano.

Guillermo Calderón dijo...

Ya quisiera yo. La losa de la represión, y también, todo hay que decirlo, la falta de costumbre de llevar casi toda la vida sin una relación estable, me hacen muy difícil esas muestras de cariño outdoors. Pero estoy en ello. Gracias por recordar lo que debe ser normal y hasta rutinario.

Anónimo dijo...

Muy interesante. Seguro que es algo sobre lo que reflexionar, que, en mi caso, no es solo cuestión de salir del armario sino que también debo afrontar a la familia.

Anónimo dijo...

También los hetero, no nos excluyáis porque muchos de nosotros nunca nos hemos planteado la diferencia , la expontaniedad y las muestras de cariño en público siempre molestan a la gente triste

Anónimo dijo...

Muy bueno el post, aunque soy de los que no lo hacen... Me encantaría hacerlo aunque, como dice un comentario, se me hace muy difícil. No es el mismo caso que el del chico ese, puesto que mi motivo es haber crecido rodeado de un ambiente homófobo, pero el problema final es el mismo: el miedo...

Víctor Gutiérrez dijo...

Si le quiero dar un beso a mi novio estoy en mi derecho, pero sigue suscitando miradas.. Y sí que noto que no es lo mismo pasear por la Gran Vía que por Ávila o Córdoba. Eso cambiará a base de no censurarnos.

Ricardo F, Jaramillo, NYC dijo...

Oh, that sacred human practice of hand holding!

Anónimo dijo...

Este textito me ha gustado mucho porque me ha hecho reflexionar un poco. Porque cuando estoy con mi pareja a veces me pasa eso que comentas, y si me quedo en el miedo es peor pues hago a los homófobos más fuertes, y a partir de ahora voy a hacer todo lo contrario. Porque a lo mejor aunque en mi casa me acepten (que todavía no lo he dicho), en la calle hay gente todavía que no puede ver eso y te dice algo y a mi el que me diga algo cobra. Ya una vez el me agarró de la mano y cuando pasaba gente yo la soltaba. A él le da igual pero yo todavía tengo un poco de miedo.

CMS dijo...

Acabo de leer tu texto y me ha gustado mucho. Se lo voy a enviar a un par de amigos (que jamás se han atrevido a cogerse de la mano, y mucho menos besarse en público). No espero que tras la lectura de tu articulito vaya a operarse un gran cambio en su vida, pero les servirá para sentirse reconfortados. Y también les servirá para seguir abrigando esperanzas.

Joaquín Caro dijo...

El articulo me parece perfecto. Nos animas a que no nos reprimamos en público, pero, como bien dices, hay gente fascista y reprimidos heteros que joden al resto, y la mayoría, yo el primero, no lo hace por miedo.

Carlos Martín Gaebler, PhD dijo...

La homofobia se ha incrementado entre los jóvenes andaluces, según alerta un informe del Observatorio Andaluz contra la Homofobia presentado este mes. El informe alerta de que en el último año se ha incrementado el rechazo hacia el colectivo LGTB entre los adolescentes, y refleja, por ejemplo, que un 10,41% de los jóvenes de entre 12 y 18 años encuestados considera que tener un profesor homosexual influye negativamente en su educación, cuando hace un año ese porcentaje era solo del 8%. En cuanto a la visibilidad, el 9,51% considera que las parejas del mismo sexo no tienen derecho a mostrar su afectividad en público, frente al 8% del año anterior. Las ideas reaccionarias y el pensamiento de ultraderecha se abren paso cual mancha de aceite entre un sector de la juventud machista, regresivo y esclavo de la desinformación fomentada por las redes.

Anónimo dijo...

Es bueno el artículo, y lo que describe es una realidad como un templo.

Carlos Martín Gaebler, PhD dijo...

En su irónica y lúcida reflexión sobre el ambiente publicada en 2002, Ojo de loca no se equivoca, Leopoldo Alas escribía: "harto no sólo de no ligar yo sino de ver que nadie liga ni se enamora en el ambiente, propongo que empecemos a besarnos tranquilamente en las cafeterías que frecuentan las señoras más rancias, en los parques que toman por asalto las familias en vías de extinción, por las calles más transitadas de nuestras ciudades. Hay que atreverse a ligar en cualquier sitio público, con ese hombre o mujer que no acabamos de saber si entiende (aunque dicen que "ojo de loca no se equivoca"). Total, con el no ya contamos. Pero, ¿y si nos dijera que sí? Hay que atreverse, vencer el miedo, lanzarse; sólo así conseguiremos romper de una vez por todas con la falsa idea de que los homosexuales conformamos un mundo paralelo, apartado y casi subterráneo."

Leopoldo Alas dijo...

Nosotros, incluso los primeros y aventajados gays de la democracia, hemos tenido que educarnos sin manual de instrucciones, apoyándonos en una cultura subterránea para construirnos una identidad secreta cuando no en la semiclandestinidad, en el silencio. Y de poco sirve que ahora por fin figuremos en el abigarrado escaparate social, que tengamos una ruidosa existencia pública --con los inconvenientes que implica haber sido clasificados como individuos diferentes, dignos de una insultante tolerancia y una rara simpatía--, porque seguimos soportando un déficit social que obstaculiza la espontánea manifestación de nuestros afectos y la consolidación de nuestras relaciones. Ni siquiera la revolución gay de los 90, con su espectacular estallido social, cultural y económico (en Occidente) y con sus avances legales, sirvió para normalizar la afectividad entre individuos del mismo sexo.

Juan Naranjo, en su libro autobiográfico MARIQUITA dijo...

Nuestro profesor de Historia del Arte [en el instituto] decidió llevarnos a unos pocos alumnos de viaje de estudios a Madrid. Allí podríamos ver en vivo algunas de las cosas de las que habíamos hablado en clase y entrar en contacto con la vida cultural madrileña como forma de cargar las pilas antes de la temible selectividad... Al salir del Museo del Prado vi algo que no sabía que existía: una pareja de chicos que iban por la calle cogidos de la mano. Mi cara debió ser un poema. No sé qué transmitiría mi expresión: alegría, sorpresa, envidia, esperanza o alivio. Esos chicos me parecieron felices, libres, orgullosos, profesionales e invencibles. Ellos debieron intuir rápidamente esta mezcla de sentimientos que se me amontonaban. Se apretaron más fuerte, me sonrieron y asintieron como diciendo: "Tú también tendrás esto algún día." Los sentí amigos, familiares, hermanos. Supe que estábamos en el mismo barco, que éramos lo mismo. Y me sentí acompañado. Esa imagen me duró 10 segundos pero estará conmigo para siempre.

Anónimo dijo...

Pues, la gente que se quiere, no sólo se quiere en la intimidad, se quieren en todas partes, que muestren su amor donde les pazca. ❤️

Jose Oriek dijo...

Muy interesante tu propuesta. Es crucial seguir rompiendo barreras y actuar con naturalidad. Comprendo lo difícil que puede ser, incluso yo, con experiencia, a veces me cuestiono hasta mi forma de vestir para no llamar la atención. No todos los días nos sentimos fuertes, lo cual es una lástima. Deberíamos vivir sin preocuparnos por estas cosas. En fin, aún hay mucho trabajo por hacer.

Asier Bombín Martín, Madrid dijo...

Me ha llamado mi madre preocupada. Llevo un reloj inteligente con la correa de la bandera arcoíris. Tras leer la noticia de los asaltos a la marcha por los derechos LGTB en Tiflis, Georgia, y por las noticias de los pactos PP-VOX, me ha pedido que me quite la pulsera. Que no la enseñe. Que tenga cuidado. Que mire por la calle al volver a casa. Que no vaya a manifestaciones. Me ha pedido que vuelva al armario porque tiene miedo. Miedo del auge de la ultraderecha en España y en Europa. Miedo de que me den una paliza. Miedo de que me maten, como a Samuel. Votad el 23-J, hacedlo para que mi madre deje de tener miedo.