19 noviembre 1991

El español colonizado

Apretó el botón de on, y en el walkman empezó a sonar uno de los hits del momento. Acababa de comprar el single hacía tan sólo unos días. La música era su gran hobby, aunque el heavy le parecía insufrible. Mientras paseaba en su Golf, observaba los posters electorales que aún colgaban de las paredes, junto a anuncios de apartamentos de alto standing para yuppies con posibles. El inevitable atasco lo aprovechó para encenderse uno de los pitillos light que había comprado en el drugstore de Castellana.

Se encontraba relajado. No obstante, algunos pensamientos le aturdían: la interrogante de qué hacer con su flamante master en marketing; la cada vez más imperiosa necesidad de hacer jogging con mayor regularidad; y cómo ingeniárselas para conseguir la tarjeta Oro de American Express.

Había dejado el coche en el parking. Al llegar a casa, y con el sonido del compact disc de fondo, se miró al espejo. Su nuevo look no dejaba lugar a dudas: el lifting al que se había sometido recientemente le hacía sentirse eufórico para, como quien dice, dar la cara en la entrevista que le aguardaba al día siguiente con el director de un influyente holding dedicado al floreciente negocio del leasing.

Al aplicarse el balsámico after-shave con colágeno que había adquirido en el VIPS esa mañana, rememoró por unos instantes los inolvidables momentos pasados leyendo el último best-selller y saboreando gin-tonics junto a la piscina del beach club… De repente, las señales horarias del reloj-despertador incorporado a su PC le despertaron de sus recuerdos vacacionales. cmg1991