Uno de los lugares más sobrecogedores y solemnes de Berlín, y hay muchos, es el interior de la Neue Wache, una estancia minimalista en Unter den Linden, a escasos metros de la Isla de los Museos. La Neue Wache (nueva guardia) es el monumento conmemorativo erigido por la República Federal de Alemania en recuerdo de las víctimas de las dos tiranías que sufrió Alemania, el fascismo y el comunismo.
Fue construida entre los años 1816 y 1818, según los planos de Karl Friedrich Schinkel para el rey de Prusia Friedrich Wilhelm III. Desde 1818 hasta 1918 albergó a la Guardia Real.
En 1931, el gobierno prusiano ordenó reformarla. Heinrich Tessenow creó un “lugar conmemorativo para los caídos en la guerra mundial.” En el centro del recinto, que invita a la reflexión y al silencio, había originalmente un bloque de granito con una corona de roble en hierro argentado.
Poco antes de finalizar la Segunda Guerra Mundial, la Neue Wache fue seriamente dañada por los bombardeos. Desde 1960, el edificio reconstruido sirvió a la República Democrática Alemana como “Monumento de conmemoración a las víctimas del fascismo y del militarismo.” En 1969 se colocó una llama eterna en el centro del recinto.
en 1969, fueron inhumados los restos de un soldado desconocido y de un preso desconocido de un campo de concentración. Los restos de ambos descansan en tierra traída de los campos de batalla de la Segunda Guerra Mundial y de los campos de concentración nazis. Desde 1993, La Neue Wache es el principal monumento conmemorativo de la República Federal de Alemania, y me atrevería a decir de Europa.
La decoración interior, realizada en la época de la República de Weimar, fue reconstruida casi en su totalidad. En la actualidad, alberga únicamente una escultura en bronce de la artista judía Käthe Kollwitz, Madre con su hijo muerto, realizada a mayor escala por Harald Haacke, y colocada en el centro de la estancia, bajo la intemperie de un óculo abierto en el techo, que deja entrar la luz, la lluvia y la nieve y el frío, y que representa a una madre agarrada a su hijo muerto (a modo de piedad laica que recuerda a la iconografía cristiana de la Piedad). Expuesta al rigor de los elementos, simboliza el sufrimiento de los berlineses durante la Segunda Guerra Mundial.
A la entrada se puede leer, en mayúsculas, y en varios idiomas, el siguiente texto:
CONMEMORAMOS A LOS PUEBLOS QUE SUFRIERON POR LA GUERRA.
CONMEMORAMOS A SUS CIUDADANOS QUE FUERON PERSEGUIDOS Y PERDIERON LA VIDA.
CONMEMORAMOS A LOS INOCENTES QUE PERDIERON LA VIDA A CAUSA DE LA GUERRA Y DE LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA EN LA PATRIA, EN EL CAUTIVERIO Y EN EL DESTIERRO.
CONMEMORAMOS A LOS MILLONES DE JUDÍOS ASESINADOS.
CONMEMORAMOS A TODOS AQUELLOS QUE FUERON ASESINADOS POR SU ORGEN, POR SU HOMOSEXUALIDAD, POR ESTAR ENFERMOS, O SER DÉBILES.
CONMEMORAMOS A TODAS LAS VÍCTIMAS A LAS QUE SE LES NEGÓ EL DERECHO A LA VIDA.
CONMEMORAMOS A TODOS LOS SERES HUMANOS QUE TUVIERON QUE MORIR A CAUSA DE SUS CONVICCIONES RELIGIOSAS O POLÍTICAS. CONMEMORAMOS A TODOS LOS QUE FUERON VÍCTIMAS DE LA TIRANÍA Y MURIERON SIENDO INOCENTES.
CONMEMORAMOS A LAS MUJERES Y A LOS HOMBRES QUE SACRIFICARON SU VIDA EN LA RESISTENCIA CONTRA LA TIRANÍA. RENDIMOS HOMENAJE A TODOS LOS QUE ELIGIERON LA MUERTE PARA NO DOBLEGAR SU CONCIENCIA.
CONMEMORAMOS A LAS MUJERES Y A LOS HOMBRES QUE FUERON PERSEGUIDOS Y ASESINADOS PORQUE SE OPUSIERON AL RÉGIMEN TOTALITARIO DE LA DICTADURA DESPUÉS DE 1945.
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