Las bibliotecas: un viaje interminable
En el evocador ambiente de las bibliotecas comienzan aventuras inimaginables, tantas como libros reposan en sus estantes. Por YOLANDA CARDO
Para nuestra mente el confinamiento es como “poner puertas al campo”. Nada hay que nos impida viajar a cualquier lugar gracias a la literatura.
Mucho antes de que la tecnología se convirtiera en algo tan cotidiano en nuestras vidas, hasta el punto de no concebir nuestro día a día sin las luminosas pantallas, los libros nos transportaban alrededor del mundo sin levantarnos del sofá. Viajes épicos por todo el planeta. Es tanta la libertad que incluso podemos viajar a lugares inventados, abstractos, mágicos, explorar el futuro o trasladarnos al pasado.
No hay mejor plataforma de embarque que las bibliotecas. Maravillosas estancias, algunas con mucha historia, repletas de destinos. Son por sí solas un codiciado reclamo para bibliófilos empedernidos. Largas hileras de tentadoras estanterías sobre las que descansan millones de historias.
Biblioteca clementina en Praga
En el corazón de Praga, a escasos metros del Puente de Carlos, se encuentra un complejo de edificios conocido como el Klementinum. Un histórico y espectacular conjunto que posee varias estancias atractivas como son la Torre Astronómica y la Capilla de los Espejos, pero la más hermosa es la biblioteca barroca. Una bella sala abarrotada de libros cuya cubierta está decorada con frescos de motivos alegóricos de Jan Hiebl y el centro de la habitación luce una hilera de antiguos globos terráqueos. Sus muros albergan más de seis millones de libros entre los que se encuentran valiosas colecciones y manuscritos. Un sinfín de lomos con sugerentes títulos que, a veces sin pretenderlo, nos guían por la historia y los paisajes de República Checa.
La capital es el telón de fondo de muchos de ellos y en cada obra descubrimos una cara diferente de esta polifacética ciudad. La compleja en La metamorfosis o El proceso de Kafka, la misteriosa en El Gólem de Gustav Meyrink, El cementerio de Praga de Umberto Eco, El molino de las momias de Petr Stancík o El Violinista de Praga de Michael Crane. Su tumultuosa historia está en el trasfondo de muchas otras como La insoportable levedad del ser de Milan Kundera, El dinero de Hitler de Radka Denemarková, Misiones nocturnas de Jáchym Topol o El espíritu de Praga de Ivan Klíma. O la costumbrista, vieja y poética de la mano de Jan Neruda en Cuentos de Malá Strana.
Trinity college en Dublín
Viajamos hasta Dublín, concretamente a la biblioteca del Trinity College. Visita casi obligada para todo viajero a la capital irlandesa. Un impresionante edificio construido entre 1712 y 1732 que alberga más de tres millones de libros e innumerables manuscritos, de todos ellos, los más antiguos reposan en la llamada “Long Room”, la sala principal con 65 metros de longitud. Entre tanto tesoro destaca uno en particular: el Libro de Kells, un bello manuscrito del siglo IX atribuido a los monjes de la isla de Iona. Por sus regias estancias han paseado algunos de sus grandes escritores: Samuel Beckett, Oscar Wilde o Bram Stoker.
Irlanda es tierra de escritores. Gracias a ellos nos adentramos en su historia, sus costumbres y sus paisajes, leyendo obras como Dublineses, Ulises o Retrato del artista adolescente de James Joyce. Otro de los grandes de las letras irlandesas, William Butler Yeats en El Crepúsculo celta y El niño robado nos trasladan hasta el condado de Sligo. No puede faltar todo un clásico llevado al cine por el director Alan Parker en 1999: Las cenizas de Ángela de Frank McCourt.
Biblioteca pública de Évora
Portugal es uno de los destinos más cercanos y queridos por los españoles. Situada en la región del Alentejo se encuentra la ciudad de Évora. Su biblioteca es una auténtica joya. Inaugurada en 1666 como sede del Colegio de Mozos de la Catedral, guarda en sus estantes hasta 664 incunables, multitud de manuscritos y documentos además de numerosos libros impresos durante el siglo XVI. Está considerada como una de las más antiguas y notables del país. Un lugar que invita a sumergirse entre las páginas escritas por alguno de sus más ilustres escritores: António Lobo Antunes, José Saramago, Fernando Pessoa, Eça de Queirós, José Luís Peixoto, Ana Luisa Amaral, João de Melo…
Existen muchos más templos consagrados a la literatura. La Biblioteca Pública de Nueva York, la Bodleiana en la universidad de Oxford, la de Alejandría, la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. También en España encontramos muy bellos ejemplos: La Biblioteca Nacional en Madrid, la Biblioteca General Histórica de la universidad de Salamanca, la Real Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, la del Monasterio de Yuso en La Rioja, el Archivo General de Simancas en Valladolid o la Biblioteca Arús en Barcelona.
Mágicos espacios en los que habitan millones de universos esperando ser descubiertos. Hermosos ecosistemas de conocimiento en estado puro.
(EL ESPAÑOL,26.04.2020)
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