18 julio 2025

El cine como arma para no olvidar: las películas sobre la Guerra Civil que la derecha no quiere ver

Para no olvidar lo que ocurrió el 18 de julio de 1936 y evitar que se repita la barbarie que desencadenó, el cine recuerda aquellos tiempos negros con magníficas películas.

Por BEGOÑA PIÑA

Público, 15 de julio de 2025

La derecha se desgañita indignada cada vez que en este país se anuncia el estreno de una película sobre la Guerra Civil. "Otra de la Guerra Civil" es la aburrida coletilla que se escucha sin descanso. Y, sin embargo, siempre que el cine dedica una historia a esta guerra, que fue salvaje y sangrienta y que abrió la puerta a décadas de una feroz dictadura, el público responde y la recibe con los brazos abiertos. Estos días no hay un nuevo título sobre el tema que llegue a las salas, pero los que aterrizan en ellas lo hacen el 18 de julio. Así que aprovechamos el aniversario de esta fecha nefasta, para disgusto y rabieta de los ultras que quedan en España, para recordar las mejores películas que se han hecho sobre la Guerra Civil.

Probablemente, estos reaccionarios sigan pensando que los hombres y mujeres que combatieron contra las tropas franquistas y lucharon [por la democracia] contra la dictadura fueron unos monstruos. Engendros como el Frankenstein que servía de extraordinaria metáfora a Víctor Erice en su inmensa El espíritu de la colmena (1973), que reflejaba el miedo de una sociedad empobrecida y desgarrada por la guerra. Fascinante y hermosa, es una de las más grandes películas del cine español, que se mereció la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián y que encumbró a su creador para siempre.

Fernando, el padre apicultor que pasaba las noches escribiendo un pasaje de La vida de las abejas, de Maurice Maeterlinck -que describía "ese espíritu todopoderoso, enigmático y paradójico al que las abejas parecen obedecer, y que la razón de los hombres jamás ha llegado a comprender"-, estaba en manos del portentoso Fernando Fernán-Gómez, que volvería a enriquecer con su trabajo otras películas sobre la guerra y la dictadura.

Fernando Fernán-Gómez

"Si conseguimos que una generación crezca libre en España, nadie les podrá arrancar nunca la libertad, nadie les podrá robar ese tesoro", decía el maestro Don Gregorio (Fernán-Gómez) en La lengua de las mariposas, una película hermosa, ambientada en un pueblo de Galicia en el invierno del 36, y en la que se reunieron unos cuantos nombres ilustres. Adaptación de un cuento del libro ¿Qué me quieres amor? de Manuel Rivas, el guionista fue Rafael Azcona (ganador del Goya por este trabajo), José Luis Cuerda dirigía, Javier Salmones hizo la fotografía y Alejandro Amenábar firmó la banda sonora.

"He hecho una película sobre la libertad, la dignidad y la supervivencia", dijo Cuerda en una presentación de la película, una historia que rendía homenaje a las maestras y maestros de la II República, represaliados brutalmente por el franquismo, y con la que denunciaba el rencor, el miedo y el enfrentamiento que la guerra había instalado en España.

Era también Fernando Fernán-Gómez el protagonista de Vida en sombras (1948), película de Llorenç Llobet-Gràcia, que fue censurada y que se recuperó y restauró en 2012, y en la que el actor daba vida a un fotógrafo y operador de cámara que, al estallar el conflicto, se convertía en reportero de guerra. Una película extraordinaria, olvidada durante demasiados años. Y, por supuesto, Fernán-Gómez era en Mambrú se fue a la guerra (1986), dirigida por él mismo, Emiliano, el ‘topo’ que, tras 40 años escondido en el sótano de su casa, a la muerte de Franco seguía oculto para que su mujer siguiera cobrando la pensión.

Escrita por él también, aunque para el teatro, Las bicicletas son para el verano es otro título a recordar. Dirigida por Jaime Chávarri, esta adaptación estaba protagonizada por Amparo Soler Leal, Agustín González, Victoria Abril y Gabino Diego, y en ella se contaba una historia que arrancaba al mismo tiempo que la guerra y que mostraba las miserias de ésta a través de lo cotidiano en la vida de una familia, de la criada y de los vecinos del edificio.

Fantástico y comedia

El mexicano Guillermo del Toro conquistó nada menos que tres Oscar con El laberinto del fauno (2006), una película de género fantástico, ambientada en 1944, en plena posguerra, que exhibía la aberración del franquismo y que, además del reconocimiento en Hollywood, ganó siete Goyas, tres premios de la Academia de Cine Británica, nueve premios Ariel y unos cuantos reconocimientos más. Para muchos, es la mejor película del director.

Geniales Carmela y Paulino (Carmen Maura y Andrés Pajares), los cómicos de ¡Ay, Carmela! (1990), de Carlos Saura, con guion escrito junto a Azcona sobre una obra de Sanchís Sinisterra. Cargada también de galardones (13 premios Goya), es una conmovedora, aunque amarga, comedia. Y unas risas menos ásperas eran las que despertaba Luis García Berlanga con La vaquilla (1985), también con guion de Azcona, y protagonizada por Alfredo Landa, y en la que unos soldados republicanos decidían robar la vaquilla a un pueblo vecino y fastidiarles la corrida de la fiesta. Agustí Villaronga exploró, esta vez muy lejos de la comedia, la conciencia moral de la España de la posguerra en la estupenda Pa negre (2010), adaptación de la novela de Emili Teixidor.

Brigadas internacionales

No han sido solo los creadores españoles los que han acudido al cine para contar la Guerra Civil. Algunos importantes títulos sobre estos años oscuros de la historia de España los han firmado cineastas extranjeros. El maestro Ken Loach es uno de ellos, que en 1995 estrenó Tierra y libertad, una historia protagonizada por un voluntario en las Brigadas Internacionales y una anarquista española, que compitió en Cannes, donde ganó el premio de la prensa internacional y el del Jurado Ecuménico. Preciosa y emotiva, es una celebración de la resistencia.

"Ocupando cada callejuela llena de escombros como si ella misma hubiera hecho la guerra, el humo invadía metro por metro las posiciones republicanas. Los sitiadores estaban ahora alejados unos de otros: la mina había hecho saltar las posiciones más avanzadas de los fascistas, pero no los subterráneos", escribió André Malraux en la novela La esperanza. El escritor, que combatió en la Guerra Civil como aviador del ejército republicano, quiso también llevar al cine esta historia y lo hizo en Sierra de Teruel (1949).

Codirigida junto a Boris Peskine, con guion de Antonio del Amo, Denis Marion, Peskine y Max Aub (que fue ayudante de dirección y traductor del guion al español), la película contaba un episodio de los inicios del conflicto, cuando uno de los aviones de una escuadrilla aérea de las Brigadas Internacionales fue derribado y cayó sobre Valdelinares (Teruel). El rodaje se terminó en Francia, por la llegada de las tropas franquistas, y se estrenó en París. Franco la prohibió en España, donde no se pudo ver hasta 1978.

Tal vez estas películas estén hoy en la lista negra de algunos herederos del franquismo, probablemente porque saben, como sabía David Carr (Ian Hart), el protagonista de la película de Loach, que "las revoluciones son contagiosas".

Begoña Piña es redactora-crítica de cine en Público. Escribe en Librújula, Archiletras, Best Movie y La Gran Ilusión. Periodista, ha publicado en Diario 16, La Vanguardia, Fotogramas, Caimán. Cuadernos de cine... Premio Comunicación Alfonso Sánchez 2018 de la Academia de Cine y Mención a la Labor Periodística en el Zinemaldia/Festival de Cine de San Sebastián de 2024.

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