Desde tiempo inmemorial, a muchos heterosexuales que van de machitos les ha dado por reírse de las maneras y formas afeminadas de los travestis. Pero, de un tiempo a esta parte, muchos de esos mismos machitos adoptan algunas de las características que definen la apariencia de aquellos. Se depilan las cejas, el vello de las piernas y de las axilas, se colocan brillantes en las orejas, se hiperbroncean (CR7 hasta se pinta las uñas de los pies), en fin, que acaban pareciéndose a aquellos mismos travestis de los que ellos se mofaban desde su ignorancia heterosexista, una ignorancia que, además, les lleva a equiparar heterosexualidad con masculinidad y homosexualidad con afeminamiento. Un joven ilustrado y progresista, opositor a maestro de Primaria, que me presentaron en una marcha del Orgullo Gay en Sevilla, ha bautizado este fenómeno como la venganza del travesti. Cuando me lo explicó, me pareció un caso felicísimo de justicia poética. cmg2015
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